Según indican los análisis sobre la historia bursátil llevados a cabo por Fisher Investments España, durante la mayor parte del siglo XX los datos disponibles eran limitados. En la era anterior a Internet, dominaba la prensa escrita, lo que significaba que se accedía a la información con cierto retraso. Los periódicos populares se imprimían una vez al día, de modo que los resultados del mercado y los datos económicos se conocían, en el mejor de lo casos, un día después. Las revistas y periódicos financieros publicaban análisis más detallados, pero con un retraso aún mayor —con una periodicidad semanal, mensual o trimestral—. Quienes necesitaran datos históricos para añadir contexto y color tenían que consultar los archivos (por ejemplo, en las bibliotecas o en microfichas), un proceso que llevaba mucho tiempo, por no mencionar que los cálculos también requerían más trabajo, porque había que introducir los números a mano o realizarlos con calculadoras rudimentarias.

Esos días ya pertenecen al pasado y gracias a Internet, es mucho más fácil obtener información. Un inversor puede acceder a bases de datos muy completas y detalladas mediante unos pocos clics. Por ejemplo, puede consultar este artículo o el sitio web del Banco de Inglaterra, que incluye una calculadora de la inflación que muestra el coste de bienes y servicios desde 1209 (i). Muchas otras organizaciones estadísticas disponen de conjuntos de datos del índice de precios de consumo que se remontan a la Segunda Guerra Mundial o incluso antes. Los programas de procesamiento de datos hacen que resulte más fácil organizar grandes volúmenes de información para hacer cálculos complejos.

Pero esta evolución no necesariamente brinda a los inversores una ventaja de la que carecían las generaciones anteriores. Es verdad que la tecnología ha acelerado el análisis de los datos, y hemos observado una proliferación de indicadores que, supuestamente, proporcionan una información especial sobre el mercado. Por ejemplo, algunos equipos de análisis agregan un sinfín de matices (por ejemplo, la valoración de las acciones o el diferencial entre el rendimiento de los bonos basura y los de grado de inversión) para determinar el sentimiento que impera en el mercado (ii). De todo ello podría concluirse que si conocemos cuál es el sentimiento predominante en un determinado momento, sabremos hacia dónde se encaminan los mercados. Sin embargo, Fisher Investments España opina que dicha teoría no se sostiene, ya que las emociones humanas cambian sin previo aviso.

También hemos observado que algunos economistas estudian las implicaciones de conjuntos de datos específicos. Por ejemplo, durante la pandemia de COVID, leímos algunos informes en los que se analizaba el número de casos de coronavirus y las tendencias previstas. Esta información puede ser útil para las autoridades gubernamentales. Pero, ¿lo es para los inversores? A nuestro juicio, no mucho, ya que las cifras de casos de COVID nunca estuvieron realmente correlacionadas con la rentabilidad del mercado de renta variable más allá de algunas oscilaciones iniciales a corto plazo (aunque observamos que algunos analistas trataban de argumentar lo contrario) (iii). En otras palabras, no todos los conjuntos de datos son útiles para los inversores, aunque parezca que pueden serlo o que lo fueran en algún momento.

Entonces, ¿por qué Fisher Investments España sostiene que estas sofisticadas series de datos no aportan ninguna información especial acerca del mercado? Según nuestros análisis, los mercados descuentan eficientemente toda la información de dominio público, lo que significa que los precios ya reflejan los acontecimientos y los datos bien conocidos, incluidas las valoraciones, las tendencias de los precios y las opiniones de los analistas. Dada la ubicuidad de los datos, las cifras por sí solas no revelan nada especial. Según la experiencia de Fisher Investments España, lo más probable es que ya se haya tenido en cuenta cualquier información que es de dominio público o ampliamente conocida, lo que anula su ventaja. En nuestra opinión, para lograr una ventaja, hay que observar los datos de manera distinta y más concreta a como lo hace la mayoría.

Sin embargo, no por eso los inversores se encontrarán necesariamente en desventaja. Al contrario, este enfoque les permite descartar los datos que no son pertinentes o reveladores, o minimizar su importancia. A nuestro juicio, no sirve de nada empeñarse en extraer pistas únicas de las cifras citadas habitualmente: la ventaja reside en analizar la manera en que los analistas evalúan y comentan la información.

Por ejemplo, según la opinión de Fisher Investments España tras analizar los parámetros de valoración, muchos analistas utilizan estas cifras para evaluar si una acción está barata o cara y extraen conclusiones a partir de estos criterios subjetivos. Un inversor puede tomar esos datos de Internet y aplicarlos a su evaluación, pero, a nuestro juicio, muchos otros estarán haciendo lo mismo. En opinión de Fisher Investments España, ¿puede un inversor hacer algo distinto de los demás? Consideremos, por ejemplo, la cuestión de las valoraciones. Habría que hacerse algunas preguntas: ¿qué razones se alegan para el optimismo o el pesimismo?, ¿estas razones resisten un escrutinio más concienzudo?, ¿cuáles son los argumentos generales relacionados con las cifras?, ¿se basan estos puntos en razonamientos sólidos, basados en pruebas, o solo en conjeturas especulativas, posiblemente de carácter emocional? En nuestra opinión, una síntesis de los argumentos convencionales sobre los datos puede aportar algunas pistas que muy pocos habrán detectado o que se han pasado por alto, y esa diferencia puede suponer una ventaja.

A nuestros ojos, el inversor debe profundizar más allá de los datos para entender lo que está sucediendo. Si es capaz de detectar un sesgo y entender su influencia en los análisis, podrá entender el mercado y tomar decisiones más fundamentadas que las de los demás inversores.

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Fisher Investments España es el nombre comercial utilizado por la sucursal en España de Fisher Investments Ireland Limited, (“Fisher Investments España”). Fisher Investments Ireland Limited es una sociedad de responsabilidad limitada constituida en Irlanda que opera bajo la denominación de Fisher Investments Europe (""Fisher Investments Europe""). Fisher Investments Ireland Limited y su nombre comercial, Fisher Investments Europe, están inscritos en el Registro Mercantil de Irlanda con los números 623847 y 629724. Fisher Investments Europe está regulada por el Banco Central de Irlanda. El domicilio social de Fisher Investments Europe es 2 George’s Dock, 1st Floor, Dublin 1, D01 H2T6 Ireland. Fisher Investments Europe externaliza parcialmente diversos aspectos de las funciones cotidianas de asesoramiento de inversión, gestión de carteras y operaciones bursátiles a sus filiales.

El presente documento recoge la opinión general de Fisher Investments Europe y no debe ser considerado como un servicio de asesoramiento personalizado en materia de inversiones o fiscal ni un reflejo de la rentabilidad de sus clientes. No se garantiza que Fisher Investments Europe siga sosteniendo estas opiniones, las cuales pueden cambiar en cualquier momento a la luz de nuevos datos, análisis o consideraciones. La información que figura en el presente documento no pretende ser una recomendación o un pronóstico de las condiciones del mercado. En su lugar, tiene por objeto esclarecer los aspectos tratados. Los mercados actuales y futuros pueden diferir ampliamente de los que se describen en este documento. Asimismo, no se garantiza la exactitud de ninguna de las hipótesis empleadas en los ejemplos contenidos en el presente documento

(i) Fuente: Banco de Inglaterra, a 10/12/2024. El término inflación se refiere a un aumento generalizado de los precios en toda la economía.

(ii) La valoración es una medición mediante la cual se intenta determinar si una acción está barata o cara en función de ciertos criterios fundamentales (por ejemplo, el precio, los beneficios, las ventas, etc.). El diferencial de rendimiento es la diferencia entre el rendimiento de diferentes instrumentos de deuda con distintos perfiles de riesgo (por ejemplo, la calificación crediticia). Por lo general, un diferencial pequeño implica un riesgo bajo, y a la inversa.

(iii) Fuente: Organización Mundial de la Salud y FactSet, a 16/12/2024. Declaración basada en el número semanal de casos de COVID-19 comunicados a la OMS y en la rentabilidad del MSCI World con reinversión de dividendos netos (en EUR), del 5/1/2020 al 31/12/2020.