En estos momentos el índice alemán cede un 0,37% y cotiza en los 9.096 puntos, y desde los máximos intradía del pasado 20 de junio en los 10.050 puntos se ha dejado por el camino cerca de un 9% de su valor.
Pero Wittmann cree “francamente que si usted compra el Dax en su punto más bajo durante la segunda mitad del año y después lo vende en su punto más alto del próximo ejercicio creo que la diferencia será del 50%”.
En su opinión, apostar por el selectivo germano “en los próximos dos meses y mantenerlo” será una estrategia “tremendamente buena” pues Alemania está muy orientada hacia la economía global, “sobre la que yo me siento muy positivo. Así que no, no creo que este país europeo sea 'el canario de la mina de carbón' a largo plazo”.
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La renta variable alemana se ha visto lastrada en las últimas jornadas por una serie de datos macro que apuntan a un debilitamiento de la “locomotora europea”. Es el caso de los pedidos de fábrica que cayeron un 3,2% intermensual en junio (el mayor descenso desde septiembre de 2011) o de la producción industrial que repuntó “sólo” un 0,3%, frente al 1,3% esperado por el consenso. Tampoco han ayudado al sentimiento inversor las tensiones geopolíticas con Rusia, pues muchas empresas del país dependen de la energía que se genera en dicha región.
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