110 años después, nace una OHL que cambia su imagen corporativa para dar un aire diferente a la compañía de la que los hermanos Amodio son los principales accionistas con el 26% de su capital. Una nueva era en la que el presidente de la compañía, Luis Amodio, quiere que OHLA se distinga por sus avances, progreso, objetivos y proyectos en liza apoyados por su capital humano.
De esta forma, y tras superar su reestructuración de bonos, dice Sabadell que OHLA reduce de 175 a 67 millones de euros su deuda y que, con la venta del Hospital de Toledo y el Old War Office cerraría el año con una caja neta de 55 millones de euros para la compañía.
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Este hecho mejorará su evolución operativa y sobre todo le pondrá sobre la mesa la posibilidad de desarrollar nuevos proyectos. De hecho, Sabadell señala que ya tiene contratados por valor de 3.000 millones, 300 más que a julio del pasado año, con lo que presenta una situación muy tranquila para negociar la ampliación de los avales correspondientes.
Además, revisa al alza sus estimaciones para los dos próximos años, hasta 2023, con la suma de 2,55 en las ventas, del 3,4% en su resultado bruto de explotación en su EBITDA, sobre todo por el avance de la construcción. También destaca que OHLA cotiza un 44% por debajo de los niveles preCovid para el valor y que sube un 28% desde los mínimos con recomendación de compra y un precio objetivo de 0,80 euros por acción, lo que supone otorgar al valor un potencial del 37%.
En su gráfica de cotización, vemos como el valor se mueve con descensos del 5,80% en las últimas 20 sesiones, aunque sus caídas se pronuncian más desde que comenzara el mes de julio, con el que el valor cede en la bolsa española un 11% en su precio. Desde el pasado 4 de enero OHLA gana en el Mercado Continuo un 6,51%.
Tras consolidar la rebaja de su deuda, Moody’s ha elevado su calificación crediticia. Sube un escalón, desde Caa1 a Caa2 con perspectiva positiva, desde la negativa anterior. Desde Renta 4 destaca Pablo Fernández de Mosteyrín que el valor sigue estando en grado de inversión especulativa y, por ende, de alto riesgo, una vez acabado el proceso.
La idea de la compañía es que continúe el descenso de su deuda mientras mejora la generación de EBITDA de la compañía. Pero espera que la compañía genere un flujo de caja negativo en los próximos 4 o 6 trimestres de negocio, antes las previstas salidas de caja para finalizar los antiguos proyectos. Por tanto, consideran todavía elevado su apalancamiento.
Desde la cúpula de la compañía destaca su CEO José Antonio Fernández Gallar, en declaraciones al Economista, que espera alcanzar números negros ya este mismo ejercicio 2021, con la idea de producir, en línea con lo que señalaba Sabadell, entre 2800 y 3000 millones de euros en el presente año, con Ebitda de 80 millones y una contratación que alcance los 3.000 millones de euros.
Mientras los indicadores premium de Estrategias de Inversión nos marcan una puntuación total a la baja de 2 frente a los 4 puntos anteriores y los 10 posibles. En la parte positiva solo se encuentra el momento total rápido que es positivo para el valor y el volumen a medio plazo que es creciente.
En el otro lado destaca la tendencia bajista en sus dos vertientes, tanto a medio como a largo plazo para el valor, el momento total lento, que es negativo, el volumen a largo plazo que es decreciente y la volatilidad de OHLA, medida en términos del rango de amplitud, que se muestra creciente a medio y largo plazo.