A pesar del peligro de un "doble castigo" para los mercados emergentes debido a la próxima reducción de liquidez por parte de la Reserva Federal (Fed) estadounidense (tapering) y la ralentización económica en China, Didier Saint-Georges, de Carmignac Gestión, sigue apostando por la inversión en estos países y hace hincapié en los cambios que estas regiones han realizado desde la última crisis a finales de la década de los 90. "Aunque existen motivos de sobra para que los inversores sigan mostrándose inquietos a corto plazo, el mundo emergente, desde un prisma fundamental, es mucho más sólido y diversificado que hace 15 años", ha comentado Saint-Georeges en una conferencia celebrada hoy en Madrid.

Aunque este experto admite que el eventual tapering genera presión sobre los mercados que, hasta ahora, habían sido los principales beneficiarios del programa, Saint-Georges explica que hay cambios en los mercados emergentes que siguen haciéndoles atractivos. Su principal argumento es que "2013 dista mucho de ser 1997" cuando se revirtió el sobrecalentamiento global y la crisis arrastró a los países del Sudeste asiático para luego propagarse a otras zonas. Dicha crisis causó un profundo cambio en la ideología de los mercados emergentes, que optaron por adoptar un modelo muy distinto para su crecimiento de 2002 a 2011.

Saint-Georges señala que esta vez los países asiáticos y latinoamericanos velaron por limitar su deuda externa y que el tipo de cambio de las principales divisas emergentes es hoy en día flexible. "Esta combinación de tipo de cambio flexible y escasa dependencia del exterior les aporta en la fecha presente algo más que solidez: una suerte de 'antifragilidad'", afirma este experto. Como otros avances fundamentales, Saint-Georges comenta que, "en la actualidad, la mayoría de los países emergentes cuenta con unas reservas de divisas considerables para evitar el mal mayor". Además, señala que la debilidad de los precios de las materias primas (a excepción de la energía) y el débil crecimiento mundial "evitan en gran medida que la depreciación de las divisas tenga un efecto inflacionista".

Asimismo, este experto cree que hay motivos para desconfiar del exceso de correcciones que aún podría sobrevenir en el universo emergente. "Salvo que se produzca un empeoramiento incontrolado de las condiciones de la liquidez a escala mundial, la cuestión principal en el mundo emergente no es su situación financiera. La clave sigue siendo el crecimiento", comenta Saint-George. Además, advierte que el desendeudamiento sólo permitirá una recuperación modesta en Occidente y que, según sus análisis, el crecimiento en China continuará situándose por debajo del objetivo del 7,5% del Gobierno. "Sin embargo, este contexto no sitúa necesariamente al conjunto de los países emergentes en una situación desfavorable con respecto al universo desarrollado," afirma Saint-Georges.

Considera que el inicio de una normalización en la política monetaria de la Reserva Federal, "mientras la economía estadounidense y la mundial siguen frágiles, supone para la Fed un desafío ingente". Por un lado, Saint-Georges destaca que el tapering progresará de forma muy lenta debido a la todavía débil economía estadounidense y, además, al considerar que la inflación sigue siendo baja. Este experto admite que los mercados y las divisas, particularmente en el universo emergente, conservarán la volatilidad mientras prevalezca esta "doble incertidumbre" sobre el crecimiento y la liquidez. "No obstante, a medio plazo, un contexto económico internacional ávido de crecimiento, sabrá recordar a los inversores las virtudes del universo emergente, que habrá demostrado su resistencia en este convulso periodo", concluye.

J.M.