España ha sido de las economías que han sufrido una mayor rebaja de perspectivas y va a ser el único, de todos los países revisados de la UE, que en 2014 no va a crecer. Ha rebajado en un 0,7% las perspectivas, después de Brasil, que ha sido revisado en un 0,8%. La bolsa está achacando esto.
Tras la rebaja de rating a Italia, no podemos descartar una rebaja también a España. No obstante, hace menos de un mes S&P mantenía el rating de nuestro país en ‘BBB-‘ con perspectiva negativa, lo que le hace susceptible de rebaja en los próximos 6-12 meses. Después de ver que la previsión de crecimiento del FMI de España para el 2014 era del 0,6% al alza y ahora ha sido rebajada, nos entran dudas sobre si mantendremos este rating. El problema es que bajar un escalón nos sacaría del grado de inversión, algo totalmente nefasto para España, pues también dejaría de entrar capital en nuestro país y la recesión se haría más aguda.
China supone uno de los riesgos más importantes para el crecimiento global, junto con la retirada de estímulos por parte de los bancos centrales. China ha disminuido exportaciones y ha dado un mal dato de importaciones. Si empezamos a ver deceleración, comenzaremos a ver problemas en cuanto a créditos, la liquidez de los bancos y una burbuja inmobiliaria que podría pincharse con nefastas consecuencias a nivel mundial. También encontramos estos problemas a Brasil, aunque a otra escala. También aquí se podría pinchar la burbuja inmobiliaria y el impacto que tendría sobre las empresas españolas sería muy fuerte, porque es uno de los países donde más intereses tienen nuestras empresas.
Deberíamos aprovechar los movimientos intradiarios bastante fuertes que tienen los bancos y constructoras españoles. No sabríamos plantear una perspectiva a medio plazo por la incertidumbre.
El Ibex 35 se sigue soportando 7.600 puntos y, de perderlo, iría a los 7.250 puntos. Por arriba, de superar los 8.000 puntos encontraría un soporte bastante importante. De cara a final de año pensamos que vamos a terminar por encima de los 8.000 puntos, gracias a unos tres meses de final de año más positivos.
En el mercado de divisas, el cruce del dólar australiano frente al dólar americano está marcando una perspectiva bajista, aunque en los últimos días ha empezado a subir un poco. Aquí jugaríamos con las políticas monetarias: la de la Fed ha sido muy expansiva durante la época de crisis y hemos visto un dólar australiano que venía de niveles de 0,80 irse hasta 1,10. En cambio, ahora que la Fed tiene pensado retirar la liquidez, el par podría continuar con la senda bajista en el medio plazo.