Con poco más de 2,5 millones de habitantes, Moldavia es un país en el que la pobreza impera y lo hace consagrarse como el país más pobre de Europa. Durante el siglo XXI, viene afrontando graves problemas económicos, sociales y culturales, especialmente como consecuencia del control de su franja este por el Gobierno separatista de Transnistria desde 1992.

Gran parte de Moldavia se dedica a la agricultura y la ganadería, siendo su fuerza laboral de 1,6 millones de personas. Los recursos y medios son insuficientes y el desempleo alcanza el 81% en algunas zonas del país. De hecho, el Banco Mundial calcula que cerca del 41% de su población vive con menos de 5 euros al día, la cifra más baja entre las de todos los Estados del continente europeo.

Los datos reflejan que renta per cápita es de aproximadamente 4,7 dólares, por debajo de países como Kosovo (8,74), Ucrania (8,78) o Albania (10,48).

Moldavia es la economía número 136 por volumen de PIB. En cuanto a su deuda pública, en 2023, fue de 5.411 millones de euros, con una deuda del 35,31% del PIB. Su deuda per cápita es de 2.233 euros por habitante. La última tasa de variación anual del IPC publicada en Moldavia es de diciembre de 2023 y fue del -1,2%. El PIB per cápita de Moldavia en 2023 fue de 6.141 euros, lo que la hace ocupar el puesto 104 del ranking. Sus ciudadanos tienen un nivel de vida muy bajo.

¿Oportunidad de inversión?

Moldavia destaca por su excelente ubicación geográfica, su fuerza laboral cualificada y competitiva y por su sistema fiscal favorable.

Energía

En Moldavia, el Índice de Desarrollo Humano (IDH), elaborado por las Naciones Unidas, se ocupa la posición 81 con respecto al progreso del país. Moldavia ocupa el puesto 48 de 190 del ranking Doing Business, que mide la facilidad para hacer negocios en un territorio.

El objetivo de Sandu es que Moldavia lidere la revolución verde de Europa. Los ataques de Rusia sobre Ucrania afectaron al país y ahora la comunidad internacional apoyará su reconstrucción. Es por ello que el país quiere aprovechar la llegada de capitales extranjeros a la zona para impulsar la posición preferente de Moldavia en materia de sostenibilidad.

Chisináu (capital de Moldavia) es, según la Agencia Internacional de Energía, una de las naciones con menor autosuficiencia energética en el mundo. Por si fuese poco, el país solo tiene una central eléctrica, ubicada en la región separatista de Transnitria (apoyada por Rusia). De ahí la necesidad de recibir inversiones y una reconversión que le permita independizarse del Kremlin y de cualquier proveedor de hidrocarburos.

A diferencia de otras naciones europeas como Alemania o Polonia, Moldavia empieza desde cero. No tiene que desmantelar sus sistemas de energía de carbón o gas para adentrarse en las energías verdes, solo tiene que construir. Esta es una clara oportunidad de inversión. Con el apoyo de capitales privados, Chisináu bien podría alcanzar su meta de ser neutro en carbono para 2035 y librarse de la dependencia rusa.

Pese a que Sandu se ha mostrado reacia a la llegada de inversiones privadas sobre el sector energético, la realidad es que el país necesita de otras naciones para poder salir hacia adelante y firmar alianzas políticas estratégicas.

El país ya ha alcanzado importantes objetivos en su Plan de Acción Nacional de Energía Renovable, como cubrir al menos el 17% de su consumo energético con energías renovables.

Agricultura y ganadería

Moldavia cuenta con una superficie de regadío de 300.000 hectáreas y poca disponibilidad de agua. De ahí que se solicite la presencia de empresas que asesoren y construyan mejoras en los regadíos del país.

Hace escasas semanas, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, y el ministro de Agricultura e Industria Alimentaria de Moldavia, Vladimir Bolea, vienen trabajando en diferentes programas de colaboración en materia agrícola y ganadera. En concreto, se ha interesado por razas ganaderas de ovino, en concreto la raza Assaf que permitiría aumentar la cabaña ganadera y la producción de leche en Moldavia.

Vid y nueces

La viticultura y la vinificación representan el 15% de la producción agrícola total y el 23% del sector agroalimentario. Sector esencial para la economía moldava, es uno de los principales países productores y exportadores de vino del mundo, lo que le convierte en una oportunidad de inversión.

Además, es uno de los mayores exportadores de nueces de Europa, con incremento en superficie y productividad, lo que lo convierten en un escenario perfecto.

Industria automotriz

No es país productor de automóviles, pero juega un papel fundamental en la fabricación de componentes para los principales productores de automóviles y camiones. Su sistema educativo se centra en las habilidades técnicas.

Industria de TI

Plenamente dinámico, este sector ofrece salarios altos y emplea una fuerza laboral joven y creativa. El gobierno ofrece incentivos, como un impuesto único del 7% sobre la facturación, para estimular la industria. Además, cuenta con una de las infraestructuras de Internet más rápidas y menos del costosas del mundo.

Moldavia es una oportunidad de inversión. Un país que llama a las puertas de Europa y de los potenciales inversores de todo el mundo.