La situación que dibuja esta encuesta no es tan optimista como la que se publicaba en los primeros meses de este año. Durante las últimas semanas se ha reducido el optimismo con respecto al crecimiento global al mismo tiempo que aumentan las incertidumbres geopolíticas. Todo ello ha llevado a que la mayor parte de los índices del mundo sigan cotizando en un estrecho rango y a que los inversores hayan acomodado sus carteras a este nuevo contexto.

La rotación de los activos es evidente, en general se han reducido las exposiciones largas a renta variable y se han tomado más posiciones cortas en bonos. Además, la encuesta muestra que se está incrementando el dinero asignado a materias primas y a la bolsa británica al mismo tiempo que se reduce la asignación de activos a sectores cíclicos.

En este entorno, el porcentaje de liquidez en cartera se ha incrementado desde el 4,6% del mes anterior al 5% actual.  Al mismo tiempo el nivel de cobertura en las carteras se ha situado en máximos de 18 meses.

Los últimos movimientos de la Casa Blanca han situado a una posible guerra comercial como el mayor riesgo para la economía, por delante de la política de los bancos centrales.  A pesar de eso, sólo un 13% de los encuestados creen que estamos a punto de una recesión.

Todo esto ocurre en un entorno en el que los inversores siguen confiando en un paradigma que en Bofa Merrill Lynch denominan TINA (There Is No Alternative to Equities), es decir, no hay alternativas a la renta variable.

Quizá esta visión se produzca porque sólo un 18% de los gestores de fondos creen que los mercados han tocado techo. Un 40% considera que los máximos de este ciclo se tocarán en el segundo semestre de este año y un 39% piensan que esto no ocurrirá hasta el año que viene.

Este entorno de visiones más lánguidas sobre la situación económica combina bien con las perspectivas que tienen sobre las empresas. Así, el porcentaje de gestores que creen que los beneficios de las empresas crecerán en los próximos 12 meses se ha reducido hasta mínimos de 18 meses, el 20%.

En este entorno, la asignación de activos a renta variable ha caído a mínimos de 18 meses y sólo un 29% la sobrepondera, frente al 41% en marzo.  El porcentaje, eso sí, está en línea con la media de largo plazo. Mejora la visión sobre los bonos y ahora sólo la infraponderan un 55% de los encuestados, frente al 69% de febrero.

También mejora la perspectiva de las materias primas, ya que el porcentaje de encuestados que la sobrepondera ha subido desde el 4% hasta el 6%.  Se trata del máximo desde abril de 2012 cuando el petróleo WTI cotizaba a 105 dólares por barril.

Regiones

Por regiones sigue cayendo los inversores que apuestan por Estados Unidos y ahora ya un 10% infraponderan Wall Street frente al 9% del mes anterior. También empeora la posición de la bolsa europea en las carteras de los inversores. Tanto que ha caído hasta mínimos de 13 meses. Sólo la sobrepondera un 34%. En octubre del año pasado el porcentaje era de un 58%. El dinero asignado a renta variable emergente se sitúa en máximos de 7 meses al estar sobreponderada por un 43% de los participantes en la encuesta.

Sectores

En abril los gestores apostaban por bancos, tecnología, consumo discrecional. Por el contrario, evitaban consumo de productos básicos, telecomunicaciones y utilities. Con todo, la posición de bancos ha caído un 10% y sólo está sobreponderada en un 26% de las carteras. El mes pasado el porcentaje de sobreponderación había llegado al 36%, el segundo máximo de la historia. La asignación a tecnología ha caído un 14% hasta mínimos de febrero de 2013. Sólo está sobreponderada en un 14% de las carteras, frente al 20% del mes anterior.

Las apuestas que concentran más apuestas es estar largos en FAANG y BAT. (Facebook, Amazon, Apple, Netflix, Google +Baidu, Alibaba y Tencent). Una posición que lleva en esta situación tres meses, aunque la idea de ponerse corto en dólar sigue aumentado y ya es la segunda posición más popular de la lista.