Nada parece ser suficiente para el exigente Wall Street. Ni ingresos récord, ni superar lo que el mercado esperaba. Todo parece inútil a la hora de impresionar a la exigente bolsa americana, que ya ha visto y valorado de todo y de todos los colores a lo largo del tiempo de pandemia. De ahí que Microsoft no se haya visto premiado por las compras de los inversores tras sus buenos resultados. Sepamos la razón.
No solo hay que ser bueno en Wall Street, hay que ser el mejor. Y aunque sobre el papel la comparativa con el pasado año podía mejorar a todas luces por la crisis pandémica, lo cierto es que los magníficos resultados que están presentado las Big Tech estadounidenses han dejado atrás las cifras del tercer trimestre fiscal de la compañía washingtoniana de Redmond.
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Su mayor crecimiento de ingresos desde 2018, el superar lo que esperaban los analistas con 1,95 dólares por acción de ganancias y como decimos, una facturación de 41.710 millones de dólares. se quedaron cortos. Avances gracias a las ventas de Pcs, que mejoran en la comparativa anual, mientras que los de la nube Azure crecieron a un ritmo del 50%, lo único que sabemos de ellos porque las cifras en dólares no las publica.
También dió pistas y números de su guidance, con una estimación de ingresos de entre los 43.600 y los 44.500, como ven superando estas cifras anuales en el próximo trimestre, el cuarto en su contabilidad de cierre del presente ejercicio, lo que significarñía crecer por encima del 16%.
Pero como decimos todo quedó corto, con retroceso en un mercado que cree que Microsoft está sobrevalorado y, a pesar de batir expectativas sobre el papel, las mentales eran mayores, o como dicen los experto de BMO Capital Markets, los resultados fueron buenos, pero no excelentes. A pesar de la aceleración masiva de Azure, no lograron convencer. A ellos sí, porque han elevado el precio objetivo de sus acciones hasta los 300 dólares por título.
Mientras desde Citi aumentan su PO hasta los 302, desde los 292 dólares anteriores para su precio estimado con recomendación de compra. Y desde Raymond James su analista Robert Majek destaca lo impresionante de la mejora de los ingresos, que tras Pcs, provienen de la nube y los juegos, lo que no convence al analistas, que a pesar de ello mantiene comprar el valor con PO de 290 dólares desde los 275 anteriores.
Si buscamos más optimismo, debemos acercarnos a lo que piensa sobre el valor Dan Ives. Desde Wedbush destaca que sus resultados son “ una obra maestra en la nube” por su impulso masivo en un segmento todavía muy incipiente. Desde TipRanks consideran de forma unánime la compra del valor, en concreto los 22 analistas que siguen el valor con consejo de fuerte compra, y un precio objetivo de 298,18 dólares por acción, lo que le otorga un portencial a Microsoft del 18,24%.
Y todo este maremagnum de datos, cifras y recomendaciones confluyen en la valoración real, la que realizan los inversores sobre el valor. Digamos que lo han vendido con claridad en las últimas tres sesiones, desde que se conocieron los resultados, con una rémora negativa que supera el 3%. En las últimas cinco sesiones el valor cede un 3,43% con lo que se aleja de máximos, gana cerca de un 9% en el mes de abril. En los tres meses precedentes su desempeño es de avances del 8,7% y en el dato semestral, las ganancias se disparan al 24,5% acumulado para el valor.
A pesar de todo como vemos en el gráfico, en esa comparativa con la evolución anual entre el S&P 500 de máximos, en beige, y el azul de Microsoft, todavía lo supera el valor. Bate tambián al mercado, a pesar de las reticencias de los expertos, que en el fondo confían como vemos en sus precios objetivos y sus recomendaciones sobre el valor. En el avance anual la compañía que dirige Satya Nadella sube en el año un 13,38% frente al indicador que avanza un 11,3%.
Como nota de color, Microsoft abandonará su fuente de letra predeterminada, Calibri, vigente desde 2017. Y como no podía ser de otra manera se tomará su tiempo con otros cinco tipo de letra que consultará a sus clientes. Todas con diseños humanistas, geométricos y muy pero que muy parecidas. Y digo que se lo pensará porque no sabemos cuál resultará elegida hasta 2022. Renovarse es una de sus improntas. Ahora será la letra que cambiará en Microsoft 365.