Tal y como ha explicado Santacruz, se entiende por coste de capital el rendimiento mínimo que debe ofrecer una inversión a los actuales y futuros inversores. Son muchas las variables que inciden en el coste de capital de la banca: el nivel de los tipos de interés, la regulación, el ratio de eficiencia, la morosidad, la política de reparto de dividendos y otros muchos más, incluso el modelo de negocio. También se destaca que el coste de capital varía mucho en el tiempo, lo que hace necesario un seguimiento estrecho de este indicador por parte de los gestores y de los analistas.

El problema, es que actualmente este coste “es superior a la rentabilidad sobre capital” (ROE) que obtienen los bancos españoles, lo que plantea un serio desafío para un sector. El coste de capital ha subido hasta el entorno del 6%, y se mantendrá en esos niveles al menos en los próximos dos años, según Santacruz.

En ese sentido, el estudio plantea diferentes medios de aumentar la rentabilidad. Así, concluye que “la contribución de ingresos por comisiones netas y similares sobre el margen bruto está en España sustancialmente por debajo de la media europea: 25% frente a un 32%”. “Esta es la vía principal de mejora y el camino para la diversificación en productos y servicios tanto bancarios como no bancarios”.

Otra posible vía de mejora de la rentabilidad es el ajuste “vía costes operativos”, que “todavía tiene margen de mejora” a pesar de años de esfuerzos en este sentido que han dejado la ratio de eficiencia del sistema bancario español por debajo de la media europea (53% frente al 62,7%). No obstante, “aún hay una diferencia de dos puntos en costes de personal y de 1,4 puntos en administración”.

Por otra parte, “las provisiones permanecen aún altas (2,3% frente a 0,6% sobre equity)”, destaca el estudio. “Con un volumen menor de activos dudosos e improductivos se podría conseguir mejorar sustancialmente la rentabilidad neta del margen de intereses, reduciendo sensiblemente el coste de capital”.

En este aspecto, hay que tener en cuenta no obstante que en la composición de la cartera de crédito de las entidades españolas “existe un riesgo potencial de tener una exposición más alta que la media UE a sectores afectados por la nueva normativa medioambiental”.  

El estudio ha sido presentado hoy en Madrid por la Fundación de Estudios Financieros (FEF), centro de análisis del Instituto Español de Analistas Financieros (IEAF) presidido por Lola Solana. El acto ha contado con la presencia de Alejandra Kindelán, presidenta de la AEB, Jordi Gual, profesor de Economía de IESE Business School y presidente no ejecutivo de VidaCaixa, y Joaquín Maudos, de la Universidad de Valencia, Ivie y CUNEF.