El actual presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se verá obligado a vencer en las urnas este 28 de mayo a Kemal Kiliçdaroglu, líder de la oposición, que logró forzar una segunda vuelta de las elecciones presidenciales turcas después de conseguir un porcentaje cercano al 45% de los votos en las elecciones del pasado 14 de mayo, por el 49,5% que recibió Erdogan. A priori, el actual presidente parte como favorito para este domingo, después del apoyo mostrado por Sinan Ogan, el tercer candidato eliminado ya en la primera vuelta, y que recibió el 5% restante de los votos.
Los resultados son un reflejo de la inestabilidad vivida recientemente en el país. En los últimos años, la lira turca ha perdido gran parte de su valor, sufriendo una importante depreciación. En 2018, la divisa del país cotizaba a 5 liras por cada euro. Ahora, cinco años después, un euro equivale a algo más de 21 liras, alcanzando así el nivel más bajo de su historia. Si echamos la vista hacia los últimos 10 años, la lira turca ha pasado de cotizar frente al dólar de 1,85 a 19,76 liras por cada billete estadounidense.
A su vez, el país vive una espiral inflacionista alimentada por la constante bajada de tipos del Banco Central turco. La inflación llegó a superar el 80% a finales de 2022, y actualmente se coloca en valores superiores al 40%.
El hecho de bajar los tipos de interés en lugar de seguir las recomendaciones de los expertos, que insisten en reducirlos ante tasas altas de inflación, ha provocado una estimulación en factores como el consumo, la producción o la exportación, creando una sensación de crecimiento a costa de unos porcentajes de inflación muy altos.
Mapfre, ante el reto de una economía hiperinflacionaria
El mercado turco es uno de los principales ámbitos de actuación para algunas empresas españolas, como es el caso de BBVA. El 13% de los márgenes del grupo provienen de este mercado, así como el 9% de los activos. De hecho, el actual consejero delegado de la compañía, Onur Genç, es nacido y formado en el país anatolio. La entidad financiera se encuentra presente en Turquía desde 2010, y tras 13 años la presencia se hace más notoria a través de su filial Garanti.
Tras la oficialidad de una necesaria segunda vuelta para definir el devenir político en el país, las acciones de la entidad financiera cayeron cerca de un 4,5% en el IBEX 35 en las dos jornadas posteriores a las elecciones.
Para Mapfre, Turquía supone un peso del 1,5% del total, porcentaje que ha ido cayendo en los últimos años. En 2018, por ejemplo, esta cifra ascendía al 2,3%, lo que supone un 0,8% más que los porcentajes actuales.
La aseguradora presentó sus resultados correspondientes al primer trimestre de 2023 a finales del pasado mes de abril, anunciando que los ingresos aumentan un 20,5% con respecto al mismo periodo del pasado año, situándose en los 9.121 millones de euros.
Sin embargo, el beneficio neto de la entidad presidida por Antonio Huertas Mejías sufre un descenso interanual del 17,4%, situándose en algo menos de 128 millones de euros. Desde la compañía de seguros, además de un “complicado entorno de automóviles”, atribuyen esta cifra al impacto del terremoto de Turquía, cuyo coste neto, estiman, asciende a los 77 millones. “El terremoto en Turquía ha sido el principal evento catastrófico relevante que ha afectado a los resultados, y la estimación, que todavía está sujeta a una evaluación completa de los daños, presenta un impacto de aproximadamente 77 millones en el resultado neto”.
Sigue en directo la cotización de Mapfre
A su vez, la empresa afirmó que el resultado en 2022 de Turquía muestra una pérdida de 40,3 millones de euros, debido, destacan, a efectos como “un aumento de la siniestralidad en Autos debido a la alta inflación en el país, que impacta de forma importante el coste medio de los siniestros”, y la “re-expresión por hiperinflación aplicada a los estados financieros del país", y que tuvo un impacto negativo de 16,6 millones de euros a diciembre del pasado año. El pasado año la compañía de seguros asumió las pérdidas generadas en el país transcontinental, hecho que contrasta con 2021, cuando Mapfre declaró a Turquía una economía hiperinflacionaria.
Los indicadores económicos de Turquía continúan mostrando una evolución adversa para la compañía, que se ha reflejado en una continua depreciación de la divisa frente al euro. Este hecho ha supuesto un impacto negativo acumulado durante los últimos años en los fondos propios consolidados de Mapfre por importe de unos 360 millones de euros, “debido a la pérdida de valor de la filial en este país por el efecto moneda”.
El valor acumula una subida del 6,55% en lo que va de año y la cotización se coloca en los 1,84 euros.