Si nos centramos tan sólo en el dato de desempleo, en diciembre ha caído hasta el 6,7% desde el 7% de noviembre. Se queda así en el paro más bajo desde octubre de 2008. En el conjunto de 2013 el porcentaje de desempleados ha caído desde el 7,9%. En concreto, el número de parados se ha reducido en 1,9 millones de personas.
Sin embargo en la reducción de la tasa de paro no sólo ha influido la creación de puestos de trabajo, sino también la caída en la tasa de la población activa. Es decir, esa que está en edad de trabajar y está dispuesta a hacerlo. En diciembre del año pasado se situó en el 62,8%, el dato más bajo desde 1978.
Esto suele ocurrir cuando se producen situaciones de paro de larga duración, o la situación económica disuade a los trabajadores de seguir buscando. No se trata tan sólo de una característica del mercado laboral estadounidense, sino del conjunto de las economías. En lo que va de año este porcentaje de gente ha caído desde el 63,6%.
Por eso los objetivos de la FED, los llamados tresholds, enfocados en el empleo han dejado de ser orientativos. El propio Ben Bernanke aludía a la reducción de la población activa para afirmar que a la hora de decidir subir los tipos se tendrían en cuenta otros indicadores además de la tasa de paro, que ayudaran a hacerse una imagen más fiel del mercado laboral en Estados Unidos. En estos momentos, el objetivo de desempleo de la FED está en el 6,5%, muy cerca de la cifra actual.
Sin embargo nadie espera que la Reserva Federal tome la decisión de subir los tipos fijándose principalmente en el empleo. Si el inicio del tapering estaba íntimamente ligado al mercado laboral, todo el mundo opina que la subida del precio del dinero estará más relacionada con la evolución de la inflación, aun muy lejos del objetivo de la FED.
La mayor parte de los expertos consideran que la primera subida de tipos no se producirá hasta finales de 2015 o 2016.