Los mercados son tan sigilosos como los cocodrilos. Nunca parece pasar nada en el verano, pero lo cierto es que el mes de julio se está convirtiendo en un hervidero de noticias para los mercados, a pesar de que, las vacaciones, siempre son un tiempo en el que, supuestamente los inversores descansan y la información también.
Nada más lejos de la realidad. Que el mercado no duerme es una verdad como un templo y el medio gas de antes, ya no sirve y hay que estar al pie del cañón de las noticias, para que no se nos escape nada. Hoy hablamos de dos valores que son el máximo exponente de lo que ahora decimos. Y lo son porque su sobrerreacción a sus respectivas noticias negativas que les afecta, ha superado a todas. Incluso han pasado por encima del profit warning y el castigo a Siemens Gamesa.
En primer lugar, por orden de sucesión de los acontecimientos en el Mercado Continuo, hablamos de Berkeley Energia. Un valor especulativo por antonomasia que ha estado esperando largo tiempo, desde nada menos que noviembre de 2020, el informe del Consejo de Seguridad Nuclear sobre la apertura de una mina a cielo abierto de uranio en la localidad salmantina de Retortillo. Se conocía el lunes 12 de julio, con el mercado abierto y era desfavorable a la decisión.
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Ese día sus acciones cerraron con una caída superior al 56%, en los peores niveles del año. Pero ni de lejos fue el día más negociado con 13,5 millones de acciones que cambiaron de manos. Para que se hagan una idea, en la jornada anterior se negociaron casi 31 millones y el posterior, con un recorte adicional de casi el 11%, el volumen alcanzó los 68,3 millones con mínimos de 0,122 euros por acción para el valor.
Pero ahí no quedó la cosa. El día 15 se produjo un repunte del 26,5% para después entrar en una vorágine de caídas y recuperaciones en las sesiones siguientes. No apto para cardiacos, el valor cotiza en torno a los 0,17 euros por acción con caídas anuales que alcanzan el 52%.
Berkeley no da nada por perdido y se apresta incluso a llegar a los tribunales, si finalmente como se espera, el gobierno no autoriza, con ese informe del CSN negativo la apertura de la mina, el gran aliciente de su acción.
En segundo lugar, hablamos de otro valor del Mercado Continuo, ENCE, otra de las grandes damnificadas de julio. Y se da el caso de que llega por vía judicial. El pasado día 16, la sala de lo contencioso administrativo de la Audiencia Nacional determinaba contra la prórroga de ocupación por una duración de 60 años de la superficie de dominio público entre Pontevedra y Marín. Hablamos del lugar donde se ubica la biofábrica de Ence, que con el gobierno de Mariano Rajoy obtuvo una prórroga para ese emplazamiento hasta 2073. Se estiman por tanto los recursos de Greenpeace y el Consejo de Pontevedra y ahora Ence recurrirá la decisión al Supremo.
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Con estos mimbres, el valor acumuló un descenso de casi el 22% en apenas dos jornadas para su cotización, aunque con un rebote posterior del 3,5% para Ence. De momento, se mantiene todavía a distancia de los perdidos 3 euros por acción y con caídas acumuladas en el último mes que alcanzan el 23,45%. Esto supone además que el bagaje anual coloque a Ence con recortes que rozan el 22% para el valor
Una decisión con recorrido, pero que paraliza las inversiones previstas para su mejora, de 250 millones de euros. Y además la empresa cuantificó en 74 millones de euros su coste en caso de tener que desmantelarla, 43 en concreto por el proceso y el resto dividido en cancelación de contratos y un ERE general para la plantilla, que se acerca a los 400.
Desde Renta4 y su analista Pablo Fernández de Mosterín consideran que el fallo de la Audiencia Nacional eclipsa los resultados del segundo trimestre que se publicarán el 29 de julio, de las que esperen recuperación en los precios de la celulosa y un crecimiento de las ventas del orden del 10 al 15%. Su Ebitda, con previsión de 42 millones de euros, con una mejora del 120% con márgenes al alza, aunque relativos tanto en celulosa como en energía.