En su reunión del mes pasado, los responsables de la política monetaria del Banco Central Europeo parecieron cada vez más preocupados por el afianzamiento de la alta inflación, considerando que el riesgo era lo suficientemente grande como para justificar una subida de tipos mayor de la prevista, según se desprende de las actas de su reunión el pasado 21 de julio.  El BCE subió los tipos de interés en 50 puntos básicos el mes pasado, llevándolos a cero ante el aumento de los temores de inflación, en un movimiento que sorprendió a los inversores con una subida inesperadamente grande, después de que el banco central hubiera apuntado a un movimiento menor, de 25 puntos básicos.

Y es que los miembros tuvieron que reconocer que los riesgos al alza de las perspectivas de inflación se habían intensificado, especialmente a corto plazo. También se subrayó que la decisión del Consejo de Gobierno se basaba en una evaluación actualizada de los riesgos para las perspectivas de inflación a medio plazo. La decisión debía considerarse como un paso más en el proceso de normalización en curso, que se había iniciado en diciembre del año pasado con la retirada progresiva de las medidas de política monetaria no convencionales. Se consideró importante subrayar que la subida de 50 puntos básicos no constituía un cambio al alza en la senda de los tipos de interés, sino más bien un adelanto de la normalización de la política.

Se espera que el BCE suba los tipos en otros 50 puntos básicos el mes que viene, aunque el riesgo de recesión está aumentando, ya que la inflación se acerca ahora a los dos dígitos y la inminente escasez de gas podría hacer subir aún más los precios.

En las próximas reuniones del Consejo de Gobierno, aseguraron que sería conveniente una mayor normalización de los tipos de interés. "La anticipación de la salida de los tipos de interés negativos ha permitido al Consejo de Gobierno realizar una transición hacia un enfoque individualizado de las decisiones sobre los tipos de interés. La futura trayectoria de los tipos de interés oficiales del Consejo de Gobierno seguiría dependiendo de los datos y contribuiría a alcanzar su objetivo de inflación del 2% a medio plazo".

Por lo que respecta al PEPP, el Consejo de Gobierno tenía la intención de reinvertir los pagos del principal de los valores adquiridos en el marco del programa hasta, al menos, el final del año 2024. En cualquier caso, la futura liquidación de la cartera del PEPP se gestionaría para evitar interferencias con la orientación adecuada de la política monetaria. Los reembolsos que vencían en la cartera del PEPP se estaban reinvirtiendo de forma flexible, con el fin de contrarrestar los riesgos para el mecanismo de transmisión relacionados con la pandemia.

El Consejo de Gobierno seguirá vigilando las condiciones de financiación de las entidades de crédito y se asegurará, tal y como muestran las Actas, de que el vencimiento de las operaciones en el marco de la tercera serie de operaciones de financiación a plazo más largo con objetivo específico (TLTRO III) no obstaculizara la transmisión fluida de su política monetaria. Asimismo, el Consejo de Gobierno evaluaría periódicamente la contribución de las operaciones de financiación específicas a la orientación de su política monetaria.

El Consejo de Gobierno estaba dispuesto a ajustar todos sus instrumentos en el marco de su mandato para garantizar que la inflación se estabilizara en su objetivo del 2% a medio plazo. El nuevo IPT del Consejo de Gobierno garantizaría la transmisión fluida de la orientación de su política monetaria en toda la zona del euro.