Trabajar de noche se ha vuelto una necesidad en muchas industrias y servicios que requieren operar de manera continua para garantizar el funcionamiento de la sociedad. Este trabajo de noche puede deberse a diferentes situaciones, unas a un trabajo de noche continuo, conocido como trabajo nocturno y otras, a un trabajo por turnos, donde los turnos rotan a lo largo del tiempo en diferentes momentos del día.
Trabajar de noche, de manera constante, o en turnos cambiantes, si no se contemplan mecanismos compensadores y de adaptación, puede llegar a tener un impacto negativo en nuestra salud física, mental y en nuestras relaciones sociales, debido no sólo a una posible alteración del ritmo circadiano, nuestro "reloj interno" que regula el ciclo natural de sueño y vigilia, sino a otros factores como veremos más adelante. El trabajo nocturno prolongado requiere un esfuerzo consciente para equilibrar la vida laboral y personal, priorizando el cuidado de la salud.
De esta forma, tal y como advierte el doctor Antonio Moreno, especialista en medicina del trabajo de Quirónprevención, al trabajar de noche, no sólo los ciclos circadianos se ven afectados ya que se altera el ritmo biológico que marca la actividad en función de las horas de luz y de la temperatura diurna y nocturna, sino que se modifican hábitos de vida y de relación que son importantes para nuestra salud integral.
Esto, a largo plazo, puede llegar a tener diversos efectos sobre la salud, entre los que se encuentran posibles alteraciones en nuestros hábitos e incluso en nuestra dieta, al verse modificados horarios de las comidas si no los adaptamos y ajustamos a nuestra situación. Otras de las cosas que podemos llegar a sufrir, es una disminución en nuestro rendimiento y nuestra productividad si después de haber modificado los horarios de sueño, no tomamos medidas para compensar su efecto.
PUEDE AUMENTAR LA CARGA DE LA PERSONA
Trabajar en turno de noche, especialmente de manera prolongada, puede aumentar el riesgo de desarrollar algunas patologías, sobre todo, si no adoptamos hábitos que nos ayuden a compensar ese “cambio de ciclo de actividad”.
Estos padecimientos, pueden variar dependiendo de que el turno de trabajo sea nocturno o que el trabajo de noche sea por cambios alternativos de turno, siendo en este segundo caso, más compleja la compensación de los posibles efectos no deseados.
Desde el punto de vista del sueño, las alteraciones más frecuentes, según los casos, pueden ser insomnio en los casos del trabajo nocturno en los que no se tomen medidas para conciliar el sueño de forma adecuada durante el día, o somnolencia excesiva o fatiga crónica (debido a la alteración del ciclo normal de sueño) más frecuente en los casos de trabajos a turnos.
Por otro lado, trabajar por la noche puede aumentar la carga mental de las personas con el paso del tiempo y, en consecuencia, puede disminuir su eficacia y los tiempos de respuesta ante ciertas situaciones y según el tipo de trabajo que se esté realizando.
Al mismo tiempo y, sobre todo, si no compensamos los tiempos y hábitos de sueño y descanso, entre otros aspectos, podemos llegar a estar en una situación en la que el riesgo de padecer un accidente de trabajo sea mayor.
Si no ajustamos nuestros ciclos de sueño y buscamos mantener una correcta interacción social, se aumenta el riesgo de poder desarrollar alteraciones como estrés, ansiedad o depresión, subraya este especialista de Quirónprevención.
SUPONE MÁS RIESGOS LABORALES
Si se mantiene una situación a lo largo del tiempo, en la que no se compensen los aspectos ya reseñados, puede llegar a producirse un aumento de la carga física de la persona trabajadora con lo que ello puede suponer, no sólo en el ámbito personal e individual, sino también en la esfera laboral, con un posible aumento del riesgo de sufrir una posible enfermedad profesional.
El impacto que tiene trabajar de noche depende en gran medida de la edad, del sexo y de las características fisiológicas de la persona trabajadora, influyendo también aspectos como la situación económica y familiar de la persona que trabaja de noche y la tolerancia y adaptabilidad ante este cambio de ritmo de vida.
CONSEJOS IMPORTANTES PARA CUIDAR DE TU SALUD
Para minimizar estos riesgos, es fundamental tomar medidas preventivas tales como mantener una rutina de sueño estable, alimentarse de manera saludable y realizar ejercicio regular, además de buscar apoyo médico en caso de desarrollar síntomas que creamos que guardan relación con nuestro trabajo.
Por ello, si trabajas por la noche, y a la hora de cuidar de tu salud, el doctor Antonio Moreno de Quirónprevención plantea los siguientes consejos clave:
1. Cuida el sueño: Intentar mantener una rutina de sueño consistente, incluso en días libres, y crear un ambiente adecuado para dormir durante el día, en el que haya poco ruido y un buen control de la luz. Adopta un horario de sueño constante. La falta de sueño continuo es causante de la fatiga y del cansancio de muchos trabajadores nocturnos. Se debe de intentar dormir al volver de la jornada.
Una ayuda consiste en probar con siestas a distintas horas, para identificar el horario de sueño que mejor se ajuste a nosotros, debiendo de crear un ambiente favorable para dormir.
2. Presta atención a la dieta: Debemos de mantener una dieta saludable y evitar comidas pesadas durante la noche. Al trabajar de noche, se recurre a menudo a sustancias estimulantes para mantenerse despierto (cafeína), así como a otras relajantes para inducir el sueño (alcohol o medicamentos). Abusar de estos hábitos no es saludable y, en su lugar, se debe realizar una dieta saludable y equilibrada.
3. No dejes de lado la actividad física: dentro del estilo de vida a seguir en estas situaciones es primordial que primes la actividad física como regulador del sueño, de los niveles de energía y como tratamiento antiestrés. La actividad física del día a día, caminar o rutinas cortas de ejercicios a realizar en casa, son una buena opción.
4. Exponte a la luz natural: Pasa tiempo al aire libre o usa lámparas de luz artificial, en turnos de noche, para regular tus niveles de melatonina
5. Ten precaución al conducir: Tanto al ir como al volver del trabajo. Conducir por la noche, al igual que hacerlo de madrugada tras una larga jornada de trabajo nocturno, aumenta el riesgo de sufrir un accidente al volante. Mantén en todo momento, unas adecuadas medidas de conducción y seguridad vial.
6. Cuida tus relaciones y salud social: Haz que tu familia y amigos conozcan su situación laboral. Muchas veces, los compromisos con la familia y con los amigos se hacen incompatibles con el trabajo nocturno y pueden conducir al aislamiento del trabajador. Por ello, es muy importante, no sólo hacerles partícipes de tu situación, sino planear actividades sin que éstas sean a costa del sueño y otros hábitos saludables.
Estos consejos, juntos al concepto global de ‘empresa saludable’ que tanto defendemos desde Quirónprevención, ayudan a que la salud y la seguridad de las personas trabajadoras, forme parte del concepto global, integral e individualizado de salud que queremos aplicar a las personas que trabajan en nuestras empresas clientes, de ahí la importancia de realizar los Reconocimientos Periódicos en Salud, que identifiquen un posible riesgo de los ya comentados.