La bolsa estadounidense ha batido a los mercados desarrollados. De hecho, sólo desde 2013 el índice S&P500 ha ganado un 30% más que la renta variable mundial (representada por el MSCI AC World) por rentabilidad total.
Y con una volatilidad menor. Porque en el período posterior a la crisis, las acciones estadounidenses han registrado una volatilidad en forma de pérdidas de valor más baja (y en descenso) que otros mercados desarrollados. “Ello se debe en parte a que EEUU se caracteriza por un entorno político relativamente seguro comparado con Europa, que se ha visto golpeada en varias ocasiones por problemas de deuda públicas y otras incertidumbres relacionadas con la viabilidad del proyecto europeo”, reconoce el último informe de Fidelity.
En este entorno, los expertos de la gestora dan hasta ocho argumentos a favor del mercado americano:
? El mercado bursátil de EE.UU. es el más importante por tamaño y ha superado al resto de forma constante con menos volatilidad
? La política monetaria estadounidense sigue siendo muy expansiva para estimular el crecimiento
? El consumo estadounidense es el responsable de aproximadamente el 70% del PIB y sigue encontrando apoyo en la fortaleza del mercado laboral y la vivienda
? Las valoraciones de las acciones estadounidenses están por encima de las medias históricas, pero se encuentran relativamente baratas frente a los bonos
? A pesar de las revisiones estacionales a la baja, los beneficios de las empresas estadounidenses no han dejado de crecer
? Los balances de las empresas de EE.UU. están saneados y tienen sustanciosas reservas de liquidez
? Tras décadas de falta de inversión en infraestructuras, el gasto probablemente aumente, lo que podría impulsar el crecimiento
? Los motores estructurales de EE.UU. no han perdido fuerza:
– énfasis en la innovación
– entorno empresarial muy favorable
– independencia energética gracias a la producción de hidrocarburos de esquisto