Japón lleva varios meses captando la atención de los inversores, tal y como se ve en los flujos. ¿Qué ha cambiado en la región?

Hay varios factores que ahora mismo son favorables a que Japón esté de moda después de bastante tiempo. El primero de ellos es que es una economía que ha estado muchos años en deflación. La inflación es mala pero la deflación también, porque refleja poca actividad económica, y ya llevamos dos o tres años con una inflación pequeña, pero que da un poquito de actividad a la economía. Por otro lado, las empresas japonesas están recomprando acciones, algo que también da mucha robustez. Desde el punto de vista más macroeconómico, el país presenta un superávit por cuenta corriente del 4,5 durante los últimos años, con lo cual eso es muy buena señal también. Y, por último, los beneficios empresariales para este año se estiman que estén en alrededor del 7-8%. Todos estos factores son bastante favorables para que continúe la buena recha.

Hay inflación y tipos de interés algo más elevados respecto a hace unos años. ¿Cómo están sus mercados?

Después de muchos años sin el beneplácito de los inversores y siendo un mercado bastante olvidado, a principios de este 2024 los dos principales índices bursátiles japoneses, el TOPIX y el Nikkei, han alcanzado los máximos previos que databan de la década de los 90, es decir, han tenido que pasar 30 años. Es un dato importante dado que la renta variable japonesa representa dentro del MSCI World un 6%. Esto lo que quiere decir es que ha estado muy infraponderado en las carteras en los últimos años, es decir, muchos inversores no tenían posición en Japón o si tenían no alcanzaba ese 6%. Ahora, con este apetito, se ha puesto de manifiesto que muchos inversores que no tenían exposición están tomándola (aunque sea por debajo de ese 6%) o incluso los que ya tenían han igualado ese peso para tenerlo neutral frente a un posicionamiento global, y todo ello dinamizado por inversores más que locales, extranjeros, y sobre todo en China. De hecho, los inversores chinos hasta el año pasado no podían invertir fuera de su país, pero ahora hay vehículos que permiten invertir fuera, principalmente en Asia, y dado que China no ha ido muy bien en los dos últimos años ha habido un traspase de flujos de China a Japón que ha sido muy favorable.

¿Cuál es la mejor estrategia a llevar a cabo sobre la región? Renta variable, renta fija...

Tanto en renta fija como en renta variable pensamos que puede tener sentido. Invertir en renta variable de Japón es una buena opción por los motivos mencionados anteriormente, y porque por valoraciones tampoco está caro, es decir, estaríamos hablando de unos múltiplos parecidos a los de Europa y más baratos que Estados Unidos. En renta fija también pues interesante, no por la yield que pague, porque obviamente la política de Banco Central japonés va a ser bastante moderada y creemos que los 10 años que ahora mismo los podemos tener al 0,3 - 0,4% pueden llegar al 0,7-0,8%, pero poco más, es decir, vía yield poco vamos a lograr. Pero vía divisa sí. Con ello, vía exposición a yen es interesante tener el componente de la yield aunque sea bajita y la posible revalorización de la moneda.

¿A través de qué fondo tenéis exposición a la región?

En renta variable tenemos dos, el Eurizon Sustainable Japan Equity que, como su nombre indica, es renta variable japonesa con un componente de sostenibilidad importante, sobre todo en la parte de medio ambiente, y el tracker de renta variable Japan Equity LTE. Y también tendríamos el Bond Japan LTE que sería sobre renta fija japonesa. Es decir, tenemos dos vehículos de renta variable -uno de gestión activa y otro de gestión pasiva-, y uno de deuda pública japonesa con aras de beneficiarnos de la reorganización del yen.

¿Por qué tipo de compañías apuestan en sus fondos de renta variable?

De los dos fondos de renta variable, el de gestión activa, los últimos movimientos han venido sobre todo de las large cap, es decir, las grandes compañías, tipo Toyota, Nintendo, Sony... que tienen un componente muy global, es decir, que se han beneficiado de la divisa sobre todo vendiendo en EEUU. Con ello, las large cap son las más beneficiadas. Nosotros pensamos que eso se tiene que revertir. En las large caps el componente de Japón a lo mejor es un 18% únicamente, y nuestro fondo va, más que a mega caps, a compañías grandes y medianas, porque tiene una exposición más grande en Japón, es decir, en vez de un 18% que tienen los índices tiene alrededor de un 41% y son menos dependientes del efecto de divisa. Entonces el fondo está posicionado de esa forma porque no es muy sostenible que el dólar-yen se mantenga a los niveles que estamos.

¿Qué papel juega la divisa?

Muy importante. Ahora mismo tenemos el dólar-yen a niveles de 154, que son niveles que no se veían desde el año 1988. Es un nivel muy extremo y que ha beneficiado a las compañías grandes exportadoras tipo Toyota, Sony... ya que en EEUU obviamente con esos niveles es mucho más barato comprar bienes japoneses durante el último año año y medio. Esto ha sido crucial pero pensamos que estos niveles de cambio no son muy sostenibles, sobre todo porque Japón es un país con superávit; es incompatible tener superávit comercial año tras año importante y tener una visa débil. Por ello, pensamos que cuando el diferencial de tipos entre Estados Unidos y Japón se reduzca lo normal es que el yen se revalorice frente al dólar, porque además el yen actúa como divisa refugio en épocas de turbulencias en los mercados. Con todos estos elementos, creemos que en el medio-largo plazo el yen debería ser una apuesta bastante interesante y debería favorecer, por un lado, a inversión en renta fija japonesa sin cubrir divisa y, por otro lado, a compañías japonesas que dependan más de la propia economía del país y no tanto de exportar en los mercados globales.