El cisne negro que jamás se pensaba que iba a aparecer en la escena tras las elecciones norteamericanas ha hecho acto de presencia. Y lo ha hecho sin necesidad de conocer un resultado oficial en el cómputo global, puesto que, en cuanto Donald Trump se ha hecho con la victoria en estados clave como Florida o Carolina del Norte, los mercados han empezado a descontar el triunfo del magnate neoyorkino.


La clave, más allá de los famosos “swing states” de los que tanto se habló durante la campaña electoral, estuvo en estados en los que en un principio no se pensaba que iban a tener la importancia del calibre que finalmente han tenido. En este caso, Wiscosin ha terminado siendo la piedra en el zapato para las aspiraciones de la candidata demócrata en su carrera hacia la Casa Blanca.


Como respuesta a este recuento de los votos, el impacto en los mercados no se ha hecho esperar y el primero en notarlo ha sido el peso mexicano. Principalmente por los comentarios de Trump sobre política exterior. Eso ha provocado el mayor desplome de la divisa latinoamericana en los últimos 20 años al ceder más de un 10%.

Pero no ha sido la única respuesta directa al temor de la llegada del candidato republicano al despacho oval. El dólar ha cedido más de un 2% frente al euro, para cambiarse en el 1,12; mientras que los futuros del mercado norteamericano se han venido abajo abruptamente para reflejar pérdidas de hasta más del 4%. Cifras que no se veían desde la consecución del Brexit en el mes de junio de este año.



¿Y ahora qué?…

Christophe Foliot, Director de Renta Variable Internacional en Edmond de Rothschild AM, expone que unas elecciones ganadas por Trump beneficiarían a sectores con una exposición “más fuerte al mercado doméstico americano, tales como defensa o infraestructuras, se verían casi sin duda beneficiados”. Además generaría una “apreciación de los títulos energéticos dado que es proclive a flexibilizar  las regulaciones en contra del calentamiento global”.
 
En el corto plazo, la victoria por parte del Trump, tal y como asegura Kreuzkamp, podría pillar a los mercados por sorpresa, “crear incertidumbre y probablemente dejar a los mercados de todo el mundo bajo presión”. De esta manera los diferenciales de crédito “podrían ampliarse”.
 
Además los Treasuries americanos podrían mostrar una caída “en las rentabilidades”, dando muestras de un panorama “económico más turbio”. También, las divisas podrían experimentar oscilaciones bruscas, “con el peso mexicano probablemente recibiendo duros golpes”. Aunque en especial “el euro y el dólar podrían debilitarse bruscamente”, añade.
 
¿De qué manera llegaría a las bolsas en porcentajes? la victoria del candidato republicano llevaría el principal índice del mercado norteamericano a sufrir correcciones que oscilarían entre el 7% y el 10%. Nada desdeñable teniendo en cuenta las caídas que ya acumula en las últimas jornadas