Los recursos de los mercados emergentes también han presentado sus programas fiscales para frenar las caídas libres de su actividad provocadas por la pandemia del Covid-19. Por orden decreciente, según el tamaño de sus economías, estas son las líneas esenciales de los programas fiscales de los mercados emergentes que perteneces al G-20: 


China (PIB = 14,1 billones de dólares). El plan de estímulo de la segunda economía mundial para combatir el coronavirus en el país donde se originó la pandemia llegó a los 1,3 billones de yuanes lo que equivale al 1,2% de su PIB. Gran parte del mismo, destinado al gasto sanitario y, en menor medida, a cubrir seguros por desempleo. Pekín también activó normas de expansión fiscal, como retraso en las cotizaciones sociales, rebajas tributarias y fondos de inversión en infraestructuras con estabilizadores automáticos para contener el déficit presupuestario y la deuda.   

India (PIB = 2,93 billones de dólares). El país con más población confinada (sus 1.300 millones de habitantes), por decisión de su primer ministro, Narendra Modi, ha liberado 150.000 millones de rupias, el 0,1% del PIB a medidas económicas. Esencialmente, a reforzar el débil sistema de salud indio, a proteger su personal sanitario, insolar camas y dotar de UCI’s y ventiladores a sus hospitales. Aunque Nueva Delhi también ha aprobado importantes recursos a estados como el de Kerala, al que ha dotado con un plan equivalente al 2,5% de su PIB o el 0,1% del nacional y que establece transferencias directas a familias en una de las regiones más afectadas de inicio por el virus, así como una serie de medidas preventivas de respuesta al Covid-19, dentro de la Economic Response Task Force, que podrían recomendar apoyos fiscales adicionales.

Brasil (PIB = 1,84 billones de dólares). Uno de los gobiernos más reacios a admitir la gravedad de la pandemia, el de Jair Bolsonaro, ha dirigido las medidas, que suponen un 2,5% del PIB pero que se sumergen en líneas de ingeniería presupuestaria que retardan los ajustes a los próximos ejercicios para lograr que el déficit permanezca por debajo del 0,5% del PIB, a rentas temporales para hogares vulnerables y a transferencias para la red sanitaria federal y, principalmente, de los estados. El resto, la parte más cuantiosa, son exenciones fiscales eventuales y garantías para impedir la contracción del crédito, así como líneas de financiación a empresas. En su estado de alarma se ha invocado la supresión del límite constitucional de gasto para aprobar el programa extraordinario de estímulos.

Rusia (PIB = 1,63 billones de dólares). El programa de estímulo del Kremlin compensa al alza al personal sanitario, dota de beneficios federales presupuestarios a ciudadanos en cuarentena, delega el pago de subsidios por desempleo en los gobiernos regionales, garantiza créditos a las pymes y empresas de distribución y concede un periodo de gracia de tres meses en los pagos a la Seguridad Social, entre otras medidas, que suponen 0,3 billones de rublos, el 0,3% del PIB.

México (PIB = 1,27 billones de dólares). El Ejecutivo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha sido otro de los que interpretó muy tardíamente la gravedad del Covid-19. Aun así, cuando decidió aplicar las medidas de excepción a la sociedad civil mexicana anunció un plan que, según estipula en su texto el decreto de urgencia, dota al Ministerio de Sanidad de recursos materiales y de equipamiento médico para abordar los efectos del contagio, anticipa el pago de pensiones a los jubilados, acelera las partidas de gasto del presupuesto, que se ponen, todas ellas, bajo un mandato de ejecución inminente y crea un fondo de emergencia sanitaria que se nutrirá de una cantidad no especificada, pero que superaría los 180.000 millones de pesos, el 0,7% del PIB, que tendrá que ser aprobada previamente por el Congreso. 

Indonesia (PIB = 1,11 billones de dólares). El Gobierno de Yakarta ha activado dos paquetes de estímulo que, en total, suponen 33,2 billones de rupias, el 0,2% de su PIB. El primero, de apoyo al sector turístico, neurálgico en su actividad, con rebajas impositivas y descuentos en queroseno y billetes para las aerolíneas y subsidios asistenciales a familias de rentas bajas. El segundo eleva las exenciones impositivas a trabajadores y sectores industriales, así como a empresas, a las que les permite retrasar sus obligaciones fiscales y les cubre los desembolsos por IVA entre abril y septiembre. 

Arabia Saudí (PIB = 779.289 millones de dólares). El Reino wahabí ha liberado 70.000 millones de riyales, el 2,7% de su PIB para, esencialmente, apoyar al sector privado, que incluye retrasos en el pago de impuestos y su provisión de liquidez desde el Fondo Nacional de Desarrollo. Riad también aumenta el gasto sanitario con presupuestos adicionales destinados a tal finalidad y que, en gran medida, obtienen sus recursos de otras partidas no prioritarias. En concreto, con este cambio operativo desviarán 50.000 millones de riyales, el 1,9% del PIB. Las cuentas públicas saudíes se encuentran desbordadas por los gastos militares en Yemen y la pérdida recaudatoria por el abaratamiento del precio del petróleo.  

Turquía (PIB = 743.708 millones de dólares). Dotado con 100.000 millones de liras, destina a las medidas fiscales 75.000 de ellos, el 1,5% de su PIB, mientras que los 25.000 restantes, otro 0,25% a un fondo de garantía crediticia, que duplica su valor. Entre las medidas de apoyo directo a la población destaca el aumento de las pensiones mínimas y asistencia monetaria a familias con necesidades. También contempla normas de flexibilidad laboral, rebajas fiscales a industrias de especial trascendencia económica como el turismo y apoyo presupuestario a Turkish Airlines. 

Argentina (PIB = 445.469 millones de dólares). Su agenda fiscal contempla costes del 1% de su PIB para elevar los recursos sanitarios, apoyo a sectores estratégicos, para los que establece una serie de exenciones a las contribuciones a la seguridad social, pero en los que incluye partidas financieras directas a trabajadores vulnerables, transferencias urgentes a familias de renta baja, además de garantías crediticias a pymes o desembolsos a farmacéuticas en I+D+i.  

Sudáfrica (358.839 millones de dólares). El Ejecutivo de Johannesburgo ha aprobado asistencia financiera a empresas a través del Fondo de Seguro por Desempleo y programas de subsidios especiales a través de la Corporación Industrial de Desarrollo. Los trabajadores de rentas bajas recibirán una ayuda directa durante los próximos seis meses. Las pymes más favorecidas serán las del sector turístico. En el terreno fiscal, se acelerarán los ingresos para revertirlos en créditos impositivos a pymes. El coste de las medidas es de 12.000 millones de rands, el 0,2% del PIB, si bien el Gobierno sudafricano ya diseña un plan de medidas adicionales que presentará en breve en el Parlamento.