Hasta cierto punto, desde Aberdeen creen que los inversores y las empresas se sentirán tranquilos porque se encuentran ante una tregua de la guerra comercial. Ante la amenaza de que se pospongan los aumentos arancelarios, Huawei puede seguir haciendo negocios con algunas empresas estadounidenses, y China comprará más productos agrícolas de los Estados Unidos.
En el lado negativo, la espada de Damocles continúa pendiendo sobre los mercados. Trump ha aclarado que no tiene prisa por cerrar un trato, y Huawei sigue atado de una cuerda muy corta ya que el permiso para operar en los EE.UU. podría retirarse en cualquier momento. Aunque los aranceles existentes siguen vigentes, existe una presión constante sobre las empresas estadounidenses para que reconsideren sus cadenas de suministro en relación con China, aunque se trate de una tendencia a largo plazo.
A pesar del éxito de las conversaciones comerciales de la UE con Mercosur, no es de extrañar que el comunicado del G20 siguiera el consejo del FMI y concluyera que los riesgos para la economía mundial son crecientes. Aunque el acuerdo entre Estados Unidos y China es una tregua, hay pocos indicios de que la actual rivalidad estratégica entre los dos países se negocie fácilmente.
Los mercados financieros habían cotizado buenas noticias la semana pasada, debido a los comentarios positivos de EE.UU. y China ante la posibilidad de algún tipo de acuerdo. Los mercados de renta variable pueden ahora reaccionar al alza de forma moderada, liderados por el sector tecnológico, tras el anuncio de Huawei, y el informe del PMI chino durante el fin de semana, que sugiere una mayor estabilización en su sector manufacturero.
Sin embargo, Aberdeen concluye que la atención se centrará rápidamente en las discusiones de la Reserva Federal y en la próxima publicación de datos de empleo en EE.UU. ya que darán nuevas señales para los mercados.