El mercado americano da ciertas muestras de cansancio, mientras que el europeo está más fresco. No obstante, los flujos de capital van a seguir beneficiando a la renta variable y al sector financiero.
Hay que tener en cuenta que el 2013 fue un año muy bueno de renta variable, por lo que sería normal que experimentáramos alguna corrección, pero esas caídas serían oportunas para ampliar posiciones en bolsa.
Muchos gestores han incrementado las posiciones de
bancos en sus carteras y, es que, a medida que se han ido mitigando los riesgos de disolución del euro, los bancos se han visto beneficiados. Además, se van a relajar las exigencias de los tests de stress, lo que favorece a las entidades y, por ello, creo que va a ser un sector que va superar las alzas de los índices bursátiles, aunque es el más sensible a cualquier ruido político o económico. Las expectativas de incremento de beneficios van a seguir en el sector, pero no hay que darles una credibilidad extremadamente alta.
Para invertir en
renta variable hay que seleccionar un fondo flexible, que busque activos concretos. La renta variable europea tiene que ser la parte core de las carteras y también tenemos que tener algo de bolsa americana en dólares. Tácticamente podemos tener posiciones en Japón aunque con la divisa cubierta. Tenemos que tener el radar en los emergentes, porque podrían comenzar a recuperar.
Ahora que finalizan multitud de
imposiciones a plazo fijo y depósitos, podemos reinvertir en dinero en fondos. En este sentido, para una cartera conservadora –perfil de un inversor de depósitos- podríamos combinar en cartera
Fondepósitos (dan mayor rentabilidad que los depósitos, siempre y cuando tengan baja comisión de gestión),
fondos de renta fija flexibles (sobre todo posicionados en RF periférica, que jueguen con la duración y con bajas comisiones de gestión) y
fondos de retorno absoluto (el entorno de tipos hace que salgan más favorecidos y tienen baja volatilidad) y
fondos de renta fija mixta (que puedan tener un 20-25% en renta variable). Con estos fondos podríamos obtener una cartera con baja volatilidad y una rentabilidad del 5%.
Dentro de la categoría de fondos de
retorno absoluto me gusta el BNY Absolut Return Equity y el GLG European Equity. Estos fondos diseñan estrategias de pares en valores, por lo que los aceritos en los diferenciales de estas estrategias son los que repercuten en la rentabilidad del fondo.
Este tipo de fondos serían el siguiente escalón de riesgo después de la renta fija.
Los
fondos internacionales han superado por primera vez el millón de inversores en España. En su mayoría los flujos de capital venían de inversiones de renta fija. Los fondos más conservadores han sido los que han participado menos de las subidas de los mercados.
La industria de fondos españoles es menos competitiva a nivel global, por lo que hay que buscar gestoras que lo hacen mejor en otros mercados y, por tanto, ir a gestoras internacionales.