Los expertos no auguran cambios con respecto a lo anunciado en la reunión de principios de junio, cuando anunció importantes medidas:
- Bajada de tipos de interés
- Gravamen a los depósitos bancarios. Se pasó a negativo la tasa de depósitos en el BCE hasta el -0,10%.
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- Fin a la esterilización de las compras de deuda, inyectando otros 165.000 millones en el sistema desde el 10 de junio.
- Programa de compras de deuda respaldada por préstamos a empresas. Los llamados ABS o titulizaciones simples, basadas en créditos reales y transparentes. Nada de CDOs u otras estructuras complejas.
- MROs (Main Refinancial Operations). Se realizarán con un procedimiento de subasta a tipo fijo y por el periodo de tiempo que sea necesario hasta diciembre de 2016. El vencimiento estará directamente ligado con las operaciones trimestrales que realicen los LTROs.
Según Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG, “el mercado ya ha absorbido el efecto del paquete de medidas que anunció el BCE. En este sentido, estaríamos atentos a que Draghi pueda hacer hoy alguna valoración subjetiva sobre el efecto que espera del paquete de medidas y, sobre todo, a ver qué dice sobre la compra de ABS”.
Víctor Alvargonzález, director de inversiones de Tressis, afirma que “el BCE tendrán que hacer un QE y lo hará cuando consiga convencer al Bundsbank y haya consenso en la UE. Aunque también podrían aumentar los 400.000 millones destinados a facilitar los créditos y ajustar el tipo de cambio del euro”. Ahora bien, como justifica José Miguel Maté, consejero delegado de Tressis, “la renta variable, especialmente de países periféricos, pues serán los más beneficiados de la llegada de dinero inyectado por el BCE.