De acuerdo con este estudio, al menos el 55 % de los asesores españoles (el 68 % en todo el mundo) considera que los inversores tienen una falsa sensación de seguridad con las inversiones pasivas y el 67 % de ellos (el 66 % en todo el mundo) cree que los inversores podrían no ser plenamente conscientes de los riesgos derivados de un exceso de dependencia de las inversiones pasivas.
Este estudio indica que los factores ligados a costes y las presiones normativas pueden llevar a los asesores a hacer un mayor uso de las inversiones pasivas. “Actualmente, los asesores españoles tienen el 41 % de sus carteras invertidas en productos pasivos, porcentaje que prevén aumentar hasta el 44,8 % durante los próximos tres años”, explican en la firma autora del estudio.
El sentido de las encuestas tiene mucho que ver con quien las realice. Recientemente Indexa Capital publicaba hace unos días el estudio “rendimiento de los fondos de gestión indexada y activa en España (2006-2015). En él se observaba que sólo un 11,7% de los gestores de fondos españoles logra batir a su índice de referencia. Para ser exactos, 299 de los 2.547 fondos que han sido sometidos a un análisis por parte de la gestora. Un porcentaje que va desde el 14,6% de los fondos de la categoría renta fija Garantizada que bate a su ínice de referencia hasta el únicamente 0,9% que lo hace en la categoría de renta fija mixta internacional.
Sin embargo, “los asesores de todo el mundo coinciden en que la inversiones activas baten a las pasivas en aspectos como la generación de alfa, las rentabilidades ajustadas al riesgo, el aprovechamiento oportunista de los movimientos del mercado a corto plazo, el acceso a inversiones alternativas y la exposición a clases de activos descorrelacionadas”.
Sophie del Campo, directora general para Iberia y Latinoamérica y responsable del área US Offshore de Natixis Global AM, apunta que: “la inversión comienza con la comprensión del riesgo, por lo que es especialmente preocupante que tantos inversores parezcan desconocer los riesgos inherentes a sus carteras y tiendan a recurrir en exceso a las inversiones pasivas por su bajo coste. Aunque la inversión pasiva tiene su hueco dentro de las carteras, es imprescindible que los inversores entiendan cómo las inversiones activas pueden ayudarles a mantener el rumbo en unos mercados muy volátiles y complejos y a configurar carteras más diversificadas y robustas a largo plazo. Por eso el papel de los asesores es más importante que nunca”.
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