El jueves pasado (21-06) puede que sea un día negro para nuestro país y para los depositantes españoles ya que fue el día en que la Comisión Europea aprobó una directiva bancaria en la cual los bancos no rescatados tendrán que aportar del importe de sus depósitos un 0,8 por ciento a un fondo de rescate para solventar futuras crisis bancarias
La política económica futura, como ya hemos comentado, tiene un perfil trazado muy claro en estas cuestiones: el riesgo bancario deberá ser asumido por los accionistas y depositantes principalmente, por lo que habrá que cuidare muy mucho dónde se invierte nuestro dinero en la compra de acciones y por otra parte, donde lo deposito para que esté seguro, porque habrá que mirar detenidamente la gestión y los balances. Los organismos internacionales están un poco cansados de que la gestión defectuosa de nuestra banca salga en pequeñas porciones y no se afronte nunca la realidad de sus balances, de ahí que deberemos profundizar donde confiamos parte de nuestro futuro.
Esta situación también tiene una parte favorable para la banca dado que en este mundo tan globalizado e interrelacionado y en un sector tan fundamental para el funcionamiento y progresión económica ir desligando el concepto de bancos y estado/país como una sola pata económica les beneficia, por que la gestión del estado afecta a la banca y la gestión de estos también afecta al estado como estamos viendo y sobre todo en la colocación de su deuda pública, ya que todos conocemos que la deuda pública es comprada por la banca y a su vez esta la recoloca en sus clientes, si se rompiera este círculo de una manera no programada las consecuencias podrían ser imprevisibles para el estado por su financiación y para la banca por su negocio y beneficios, dado que ahora prácticamente es el único colchón de beneficios que mantienen independientemente del saqueo a sus clientes.
Si con estas nuevas directivas que se van creando desligamos conceptos y cada uno asume su riesgo el panorama económico puede cambiar por que las entidades deben de pagar un sobre coste en los seguros por tener en sus balances riesgo soberado de los países, en unos muchísimo más que en otros ello les supone un gravamen al que deben de hacer frente, con esta línea de actuación que se vislumbra lo que se pretende es desvincular las dos cuestiones, por un parte que un banco bien gestionado no le suponga un gravamen ser de un país que el seguro de su deuda le grave un sobre coste aunque su negocio fundamental no esté en el, y por otra parte lo que también se pretende es que la mala gestión y sus costes recaigan sobre los accionistas y depositantes en mayor medida , teniendo en cuenta que por debajo de cierto importe en este caso 100.000 estarían totalmente garantizados de momento y superiores a este importe había que ejercitar una quita o recurrir al fondo en caso de no querer hacerlo .
Rafael Montava Molina
Consultor Financiero Empresarial
rafaelmontava@hotmail.com