Los 50.000 millones que Podemos quiere confiscar a las empresas del Ibex con un impuesto especial al dividendo (otra más, cada vez más bestia, eso sí) no darían ni para el pago de cuatro meses de pensiones. El problema no son nuestras empresas punteras, es un sistema descontrolado, manejado por incompetentes que ni tienen preparación ni mucho menos experiencia profesional.

Expliquemos por qué se dice eso de que “el sistema está quebrado”. De la partida de gasto en España, la principal, con muchísima diferencia, la constituye las pensiones, que suman 190.000 millones de euros. Es decir, 4 de cada 10 euros de pagos del estado son para esa partida. Por cierto, Sanidad y Educación es menos que la mitad que pensiones, en el entorno de 90.000. Y el siguiente gasto es intereses de la deuda, que también se puede imputar a pensiones.

¿Cuánto es el gasto total de España? 480.000 millones de euros, según los datos del Ministerio de Economía. Un pastón. El PIB de 2023 es de 1,498 billones, por lo que un tercio de la economía es gasto público

Es importante resaltar que, al hablar de “gasto” no estamos hablando de “ingresos”, porque España tiene un déficit estructural del 3% (soy generoso, apostaría a que más) y una deuda superior al 100%. Es decir, para cubrir ese gasto hay que endeudarse mucho, pese a que tenemos los impuestos a tope. Por decirlo claramente, el estado se queda con la mitad de lo que genera todo el mundo, ya sean empresas o empleados.

Cada pago de pensiones son 13.000 millones mensuales. Multiplicados por 14 pagas, dan esos 190.000 millones. Dentro de nada estaremos en 200.000 millones. Tenemos unos 20 millones de cotizantes para 10,30 millones de pensionistas que, cuando se jubilen los boomers, (los nacidos entre 1955-75) dentro de 10-15 años, llevarán la cifra a 14 millones. Se da por bueno la ratio de tres cotizantes por perceptor. Estamos en dos, más o menos, por uno.

Pero ojo, que uno de cada cinco cotizantes es empleado público, por lo que no puede ser considerado aportante neto. El 40% de los que sí lo son, ganan menos de 1.500 euros al mes. La encuesta de salarios así lo revela. Dicho de otro modo, el sistema lo soportan de verdad las rentas medias y altas. Realmente, 3-4 millones, que ganan más de 35.000 euros al año.

Los impuestos están en máximos, quizá por eso se ha habilitado la subida-trampa del SMI, que ha dado la bienvenida a la Agencia Tributaria a alrededor de un millón de nuevos contribuyentes.

Es decir, necesitamos subir con fuerza por encima de los 20 millones de cotizantes y, a su vez, incrementar los salarios, pero de verdad, no a base de leyes de Yolanda. Ya hay voces que dicen que no será posible superar esa cifra, a pesar de que la población aumenta en 500.000 habitantes por año, lo cual genera terribles problemas de vivienda, pero no suben los cotizantes de rango alto. Se habla de déficit de productividad y es cierto, ya que la inmigración que entra no es mano de obra excesivamente cualificada (esto es una obviedad) y por otro lado, no se crece, porque empresas y autónomos sufren sobre ellos la losa del estado, en forma de impuestos, regulación y burocracia.

Capítulo aparte merece el odio furibundo de la administración por la previsión privada. Se han prohibido de facto los planes de pensiones particulares, que suman del orden de 90.000 millones de euros (o sea, para siete meses del sistema público). Lo mismo vale para los de empleo, esos de los que sólo gozan los empleados del Ibex, de grandes corporaciones… o empresas públicas: algo más de 30.000 millones. Nuestro sistema de previsión privado (segundo y tercer pilar) está en pañales: hay que incentivarlo, no destrozarlo. 

Al cargarse el tercer pilar (planes privados), se ofreció como alternativa unos planes de empleo públicos a los que adherirse, que han captado la friolera de 60 o 70 millones… No lo sé, ¿quizá 100?. Una cifra ridícula. ¿Cómo van a suscribir planes de empleo las pymes y autónomos si no se les incentiva de alguna forma? Si uno lee el informe de Cepyme sobre el tamaño de nuestras empresas, se echa a llorar: el tamaño medio no llega a cinco empleados y la facturación apenas al millón de euros. La vida media, cada vez más corta.

Todos los días se ve a colectivos perceptores que piden que se suban las pensiones, y los políticos lo toman bastante en serio, ya que son una red clientelar absolutamente dependiente, capaz de poner y quitar gobiernos.

Es importante tener en mente la foto fija de las pensiones. Y saber que este problema sólo se puede arreglar con mucho crecimiento, empleo de calidad y salarios. Con productividad.

Que salgan políticos diciendo que proponen por ley confiscar la mitad de los beneficios del Ibex porque “ganan mucho” es demencial, aparte que, de nuevo, carece de esa foto fija tan necesaria. Las Ibex ganan 50.000 millones y facturan más de 600.000 millones. Su margen es justito.

Esos beneficios conjuntos, que escandalizan a nuestra casta política y les instiga a confiscarlo, no darían para cuatro meses de pago de pensiones. Confiscar y confiscar, al más puro estilo soviético, sólo lleva a eso: a países de corte marxista, empobrecidos y con enormes carestías. El problema no está ahí. Está en el sistema. 

Para darle la vuelta a la situación en España con las pensiones, hay que hacer lo contrario a subir impuestos, que es lo único que sabe hacer nuestra élite dirigente, sea del signo que sea. Hay que apostar por el crecimiento. Con incentivos y menor peso del gasto público en la economía.