La rápida disminución de los precios de las baterías y los avances innovadores podrían permitir que los vehículos eléctricos compitieran por precio, no solo con los coches de gasolina, sino con todo el parque automovilístico en circulación, incluidos los coches de segunda mano.
Eso son unos 270 o 280 millones de vehículos solo en Estados Unidos. Desde una perspectiva a largo plazo, significa que el crecimiento podría ser mucho mayor de lo que prevé el mercado.
GM anunció recientemente su intención de vender solo vehículos eléctricos a partir de 2035, lo que marcó un punto de inflexión en todo el sector. Poco después, fue Volvo quien se comprometió a producir únicamente coches eléctricos a partir de 2030.
Una innovación que no solo influirá en los costes, sino que además transformará la experiencia del cliente, es la introducción de los vehículos eléctricos definidos por software. El software puede recibir actualizaciones inalámbricas para mejorar la funcionalidad y seguridad del vehículo, al tiempo que ofrece contenido de entretenimiento.
Gracias a estas actualizaciones, el vehículo podría convertirse en un producto mejor cinco años después de su compra. Este enfoque permitiría a los fabricantes de vehículos eléctricos neutralizar parte de la gran depreciación que sufren los coches más antiguos.
Como inversora, Kaitlyn Murphy, trata de identificar qué compañías tienen potencial, no solo para ganar dinero vendiendo los coches, sino también para desarrollar paquetes de suscripción que incluyan la gestión de la batería, el suministro de contenidos de entretenimiento a bordo, una mayor seguridad y tecnología de conducción autónoma.