A punto de concluir la temporada de resultados en EEUU, hay una conclusión clara: el crecimiento de los beneficios de las cotizadas en el S&P 500 durante el cuarto trimestre del año pasado ha sido el peor desde el tercer trimestre de 2009.
En concreto, las ganancias de las cotizadas no solo no han crecido, sino que se contrajeron un 4% con respecto al mismo periodo del año anterior. Sin tener en cuenta la energía, los beneficios hubieran crecido un 2% en ese tiempo.
Por si fuera poco, los beneficios solo han superado las previsiones de los analistas en un 0,3%, la menor tasa en cuatro años.
Por si fuera poco, las estimaciones de las firmas de análisis continúan siendo cautas y se mantiene la propensión a rebajar el guidance para este año. Es por esa razón por la que el equipo de Savita Subramanian afirma que se mantienen cautelosos en el corto plazo. Unos datos que aún no incluyen las minoristas y las utilities que aún tienen que publicar sus cuentas.
Por sectores han sido las biotecnológicas, las automovilísticas y las compañías de software las que han publicado unas cuentas mejores de las esperadas, al contrario de lo que ha ocurrido con aseguradoras y petroleras. Por tamaño, las grandes compañías han obtenido los mejores resultados y eso se ha notado porque el
S&P 500 ha sido el índice que más ha batido las previsiones. Es más, las mega empresas del selectivo han ofrecido la mayor cantidad de sorpresas positivas, ya que el 60% ha batido las estimaciones del consenso.
Las small caps, de hecho, han publicado una caída de los beneficios por acción del -10%, (de un -5% sin tener en cuenta la energía). Esto es lo que hace que estos analistas expliquen que prefieren grandes empresas sobre pequeñas ya que normalmente tienen una mayor calidad y menos apalancamiento.
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