Más allá de condicionamientos técnicos, el Ibex sigue contando con un potencial mayor que el resto de selectivos. El rally actual, que comenzó a finales de junio, y que ha lanzado la cotización del selectivo un 31% desde entonces (cifra tres veces superior a la subida de Wall Street desde esa fecha, y dos veces superior a la protagonizada por la media de la renta variable europea), no presenta grandes síntoma de agotamiento, más allá de cierta amenaza de corrección técnica (lo que resultaría hasta conveniente).
El Ibex tendría que subir aún un 60% para alcanzar sus máximos históricos previos a la crisis, mientras que sus homólogos americanos cotizan ya un 12% por encima de esa referencia. El Dax lo hace un 9%, y, en otro orden, el Cac debería subir un 45% hasta sus máximos históricos. Aunque estas comparativas pueden no ser muy rigurosas (pocas bolsas se encontraban tan sobrevaloradas por la burbuja como el Ibex), el potencial del selectivo se asienta en otros factores.
A nivel macro, el cambio del signo de los datos sobre la economía española también ha ayudado mucho al selectivo, especialmente en lo que se refiere al riesgo percibido. Aunque los datos macro no van a ser mejores este año que el anterior (el PIB caerá de forma parecida, el desempleo será mayor, el déficit ligeramente inferior y la deuda pública, muy superior), la sensación que proyecta la economía española es la de haber tocado fondo, mostrando una franca disposición a mejorar, hecho que tiene un claro efecto llamada para los inversores no residentes.
La rentabilidad de la deuda española, el activo más correlacionado con la cotización de la renta variable, sí que parece ofrecer ciertos síntomas de agotamiento, y no muestra mucha capacidad de mejora. Sin embargo, el mero mantenimiento en los niveles actuales (próximos al óptimo de financiación), no ha supuesto una rémora para el selectivo durante el último impulso alcista, que se ha producido de forma lineal e ininterrumpida, en las últimas 9 sesiones, desde los 9.300 puntos.
Así pues, en un escenario normalizado, en el que los mercados financieros conserven la calma, el Ibex 35 podría continuar despuntando. Los potenciales focos de estrés se han alejado en el calendario (la reducción de las inyecciones monetarias en Estados Unidos o el rebrote de las tensiones periféricas, como la negociación de un nuevo rescate a Grecia, pospuesta para el próximo año). Además, la etapa estacionaria en la que nos adentramos, suele jugar a favor de los activos cíclicos y de riesgo”.
M.G.