La creciente ola migratoria hacia EEUU, con millones de migrantes no autorizados, ha supuesto un impacto económico significativo que está permitiendo acelerar el crecimiento y mejorar las cifras de productividad, frenando así una posible recesión.
Según un informe reciente de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), de fecha de 7 de febrero de 2024, se espera que el número de trabajadores potenciales alcance a finales de año los 1,7 millones y los 5,2 millones en 2033 (un 3% más). El citado incremento, sumado a la proyeccióne crecimiento del PIB en un 2,1%, representa un dinamismo económico inducido por la inmigración.
Análisis específico de la influencia migratoria en la economía
Se calcula que aproximadamente unos 2,4 millones de trabajadores agrícolas ejercen su labor en granjas y ranchos de EEUU. El 36% carece de estatus laboral. De hecho, en 2022 se recibieron a 300.000 trabajadores temporales con una visa H-2ª para trabajar en el campo, según datos del Instituto de Política Económica (EPI). De media, un contrato de seis meses genera un ingreso de 12.500 dólares, diez veces más de lo que se obtiene en México.
El poder migratorio influye directamente en la recaudación de impuestos, derivados tanto de la actividad económica generada como de los salarios. Que haya más trabajadores implica más producción y, por ende, ingresos fiscales adicionales. De ahí que se prevea una reducción del déficit federal al 6,4% del PIB para 2033. De este modo, contrastaría con la estimación previa del 7,3%.
Pese a todo, el perfil de los nuevos migrantes puede ejercer una presión moderada, la cual acabaría influyendo en los salarios y en la productividad a corto plazo. Solo hay que ver que, según el Departamento de Seguridad Nacional de EEUU, más de 2,5 millones de migrantes cruzaron la frontera suroeste en 2023. Este registro implica un incremento de la inmigración neta a 3,3 millones de personas durante el último año y supera el promedio anual de 919.000 registrado en la década de 2010.
Giovanni Peri, economista laboral de la Universidad de California en Davis asegura que, pese a las preocupaciones a corto plazo, la inmigración aporta trabajadores en los años más productivos y contribuye al sistema fiscal, más de lo que consumen en términos de beneficios federales.
âââââââPosibles efectos adversos para la economía nacional
Pese al gran potencial y a los beneficios que implica, en términos económicos, la mano de obra de inmigrantes llegados hasta EEUU, la realidad es que el incremento de trabajadores en sectores de baja cualificación y remuneración podría generar una presión descendente en los salarios promedio. De ahí que se establezca una reducción del 1,7% en el índice de costo laboral en 2033.
Además de los salarios, la productividad media del trabajador podría verse afectada. El PIB per capital descendería un 0,8% en una década, en comparación a lo que hubiera sido sin este aumento de la inmigración.
Solo hay que recordar cómo durante la pandemia se produjo una disminución abrupta en la inmigración, con escasez de mano de obra y aumento de salario en sectores como servicios de alimentos y hospitalidad.
No obstante, y tal y como señala Tom Barkin, presidente del Banco de la Reserva Federal de Richmond, el rebote de inmigración ha permitido aliviar las presiones del mercado laboral y la inflación.
âââââââEEUU, un país con historia migratoria
Donald Trump ha asegurado en más de una ocasión que los afroamericanos e hispanoamericanos se están viendo diezmados en sus salarios por hora y que es importante frenar los movimientos migratorios.
EEUU ha sido históricamente un país proclive a la migración. En la década de los 90, el presidente Bill Clinton compartió sus preocupaciones y se comprometió a luchar contra la entrada de extranjeros ilegales. De hecho, aseguró en 1995 que los empleos que ocupan podían ser ocupados por otros ciudadanos o inmigrantes legales.
Pero la realidad es que la ola de inmigración en EEUU implica nuevos ciudadanos, especialmente de Latinoamérica, que mejoran la dinámica laboral del país y que representan una mano de obra necesaria.
De todos los inmigrantes que llegan al país, solo una porción menor consigue la autorización legal para trabajar, en comparación con los que comenzaron a llegar en la década anterior.
La realidad es que se producen implicaciones directas en la composición del mercado del trabajo, generando más productividad, cubriendo los puestos de empleo vacantes, pero también a una infravaloración de ciertos puestos. Y es que esto es consecuencia de la limitada accesibilidad de este grupo a un amplio espectro de ocupaciones.