Comienza el nuevo año chino, el año de la Serpiente de Madera que simboliza la sabiduría, la introspección y la determinación, y un cuarto elemento que algunas firmas ven como el potencial relanzamiento de unos de los titanes globales, que en los últimos tiempos se ha quedado atrás, hablamos de la regeneración. 

El inicio viene marcado por el festivo en las bolsas chinas, que, de verdad, no comienza de facto, según Jeffrey Kleintop, el director ejecutivo de Charles Schwab, hasta mediados de marzo, cuando se conozcan los datos económicos de mayor relevancia y, sobre todo, las políticas del Partido comunista que espera el mercado. 

Los mercados chinos "son notoriamente volátiles a principios de año, como resultado de la falta de noticias, no necesariamente malas noticias. A los participantes del mercado tienden a desagradarles la incertidumbre más que cualquier otra cosa. Los datos económicos de China a menudo se combinan para enero y febrero y no se publican hasta marzo".

Y añaden que "la festividad del Año Nuevo Lunar, que dura una semana, suele ver un aumento en la actividad manufacturera, industrial y exportadora antes del cierre de la producción nacional, lo que trae consigo un fuerte aumento en el gasto de consumo y el turismo que posteriormente cae entre fines de enero y principios de febrero".

Y es que, constatan sus caídas desde las elecciones americanas que han vuelto a llevar a Donald Trump a la Casa Blanca. Destacan que ha arrastrado a la baja al índice MSCI de mercados emergentes, donde representa la mayor ponderación por país con un 28% del índice.

Tencent Ms Sp ADR-A se convirtió en la última causa de las caídas después de convertirse en una causa política; la acción cayó un 10% en la primera semana de enero después de ser agregada a la lista negra del Departamento de Defensa de Estados Unidos. 

También el índice CSI 300, que ha bajado un 3% en el inicio del año y un 10,7% desde sus últimos máximos, en octubre de 2024. Además se coloca un 36% por debajo desde sus máximos registrados en febrero de 2021.  En ese periodo la subida del S&P 500 alcanza el 65%. 

Mientras, las compañías ya no reflejan las últimas medidas del último -e insuficiente - programa de estímulo económico que se implementó a principios de otoño, como destaca desde US Bank su director de estrategia de inversión, Rob Haworth, mientras considera que el mayor desafío de China es la expansión de su demanda interna. 

Además destacan que la escalada de las tensiones comerciales sí se espera que sean un hecho en la segunda llegada de Trump. Para Pablo García, director general de Divacons Alphavalue, el 'efecto DeepSeek' que acaba de convulsionar a la, hasta ahora, compañía más capitalizada del mundo con la mayor pérdida en un día de la historia bursátil en Wall Street "abrirá seguro la guerra comercial definitiva entre EE.UU y China". 

Pero para el resto del año, a la espera de acontecimientos, desde JuliusBaer destacan que "China ofrece una oportunidad a corto plazo más favorable que
la India,
a pesar del optimismo estructural sobre esta última. 

"Prevemos que la evolución en 2025 dependa de dos factores clave: las tensiones comerciales y la política interna. Los aranceles comerciales bajo la segunda administración de Trump podrían afectar significativamente los beneficios, pero prevemos un paquete de estímulo sustancial que compense parte del impacto. Siendo realistas, un plan económico integral probablemente estará disponible en torno a las «Dos sesiones» de China en marzo de 2025"

Además desde la firma resaltan que "también es posible que los primeros indicios de mejora en los fundamentales empresariales no se manifiesten hasta mediados de 2025. Teniendo en cuenta este calendario, las acciones chinas pueden experimentar una fuerte volatilidad en los próximos meses debido a la falta de claridad en materia de políticas, con los inversionistas también preocupados por la incertidumbre que rodea a la nueva Administración Trump".

Por último, hay otro factor que, según Reuters, está cambiando en las cotizadas chinas. Hablamos del dividendo y la recompra de acciones, la remuneración a sus accionistas que hasta ahora no parecía tener gran cabida en el ámbito bursátil del país. 

Algo que además, marca un cambio cultural que pasa por el aumento de la rentabilidad por dividendo en el pago hasta el 3%, su nivel más alto desde 2026, mientras los reguladores, como destacan desde BNP Paribas, están diseñando una cultura de retorno a los accionistas. 

En cuanto al contexto macro, desde Eurizon, su CEO Stephen Li Jen destaca que "en conjunto, percibimos un escenario optimista para este 2025 con un crecimiento real de la economía china que rondará el 4,5-5%.

"Así-señala- si su economía mejora y el mercado inmobiliario se estabiliza, los grandes sectores de crecimiento de primer orden, podrían obtener mejores resultados a medida que se recupere el sentimiento de riesgo y mejoren las expectativas".