La ciudad, en términos económicos, sigue dependiendo en gran medida del sector turístico, aunque 2024 podrá ser un año de plena recuperación motivada por el negocio de grupos y convenciones. En los últimos años, la ciudad ha ido incorporando nuevas empresas de primer nivel como los Raiders, los Golden Knights de la NHL o la Sphere, preparándose para el gran impacto económico que tendrán eventos como la Super Bowl que se celebrará a principios del próximo mes de febrero.

Las estimaciones poblacionales indican que el área metropolitana de Las Vegas suma unos 115 residentes al día, procediendo la gran mayoría de California. Esto supone una importante inyección para la economía local, que con motivo de la pandemia y de la recesión económica, se ha visto mermada.

El impacto económico de la diversión

Un informe reciente de Desarrollo Económico elaborado por la UNLV detalla que la economía de la diversión representa 13,7 billones de dólares en todo el mundo, lo que equivale al 13,7% del PIB total (unos 100,7 billones de dólares). De ahí que se configure un mercado de negocio superior a otros como la industria de la confección, la fabricación de automóviles, la construcción y la agricultura.

Además, la ciudad de Las Vegas ha visto como el concepto de economía de la diversión se incentiva a partir de la inyección de capital de 330.000 millones de dólares aportados por la industria del deporte durante los últimos cuatro años. Solo el año pasado, la industria del entretenimiento fue valorada en 2,7 billones de dólares en términos globales.

Diversificación de su economía

Pese a todo, Las Vegas trabaja en ir restando su dependencia a la economía de la diversión y focalizar su proyección económica y riqueza en otros sectores. No obstante, el informe anual de proyección demográfica de la UNLV señala que las Vegas ocupa el puesto 50 de 56 de grandes áreas metropolitanas. A esto se suma un reporte de la Universidad de Brookings que asegura que en las economías basadas en la alta tecnología, la investigación y el capital intensivo crecen más rápidos que las regiones que dependen de sectores como la hostelería y el comercio minorista.

El futuro económico de Las Vegas pasa por un aprendizaje continuo, tal y como le sucedió al sector del juego durante la pandemia. De este modo, deberá basarse en su actual infraestructura de economía de la diversión, como equipos deportivos, locales de entretenimiento y estados para seguir actualizándose y adaptándose a la nueva demografía turística que presenta necesidades diferentes.

Pese a todo, la economía de la diversión como epicentro seguirá siendo el motor durante 2024. Se han visto ejemplos como el intento de convertir a Las Vegas en un centro de vehículos eléctricos con Faraday Future, aunque el modelo no triunfó. Un ejemplo perfecto de que los experimentos no bien desarrollados pueden derivar en cuantiosas pérdidas económicas.

Problemas latentes para su modelo económico

Conforme la población siga creciendo, la economía se recupere y el turismo alcance nuevas cuotas, las Vegas se enfrentará a problemas serios como el consumo de agua, la escasez de viviendas asequibles, el elevado costo de la vida y las complejidades de tránsito. 

Aunque la ciudad acoja grandes citas deportivas como el Grand Prix de Fórmula 1, el evento generará millones de dólares de desarrollo económico, aunque la mayoría de los habitantes no podrán permitirse asistir y tendrán que soportar importantes problemas de tráfico.

¿Cómo será 2024?

Con una recesión económica menos severa, y ante la recuperación de la economía de la diversión, Las Vegas augura un 2024 con un crecimiento secular saludable en cuanto a ingresos del juego. Vendrá respaldado por el sector hotelero y hostelero.

El crecimiento de los deportes profesionales en Las Vegas no ha hecho más que diversificar la oferta de economía de la diversión. De ahí que, además de los Raiders de la NFL, el Allegiant Stadium y el circuito de la Fórmula 1, eventos como la Super Bowl y NCAA March Madness reporten grandes beneficios económicos para la riqueza de la ciudad.

Renovarse o morir, esa es la filosofía del epicentro del estado de Nevada que ve como depende en gran medida de la recuperación de la economía de la diversión, diversificada en otros modelos de ocio al margen de los casinos, para poder subsistir y generar nuevos puestos de empleo. 

No obstante, hay que tener en cuenta que la asistencia a eventos grupales podría debilitarse si las corporaciones ajustasen el gasto a medida que la economía presentase una desaceleración y desgaste.