Los banqueros centrales, un grupo de tecnócratas en gran medida independientes, tienen en vilo a mercado y políticos a partes iguales. En sus manos está el destindo de políticos, inversores, pero también el de la gente normal.
Ante la falta de acción de los Gobiernos son las autoridades monetarias los que están soportando la mayor parte de la carga de mantener la recuperación económica entre Estados Unidos y Europa.

Asegura Mohamed El-Erian, afamado inversor de Wall Street, que “con sus compras de bonos y otras políticas no convencionales se han convertido en una importante fuerza en la 'fiesta' de los mercados financieros de todo el mundo”.
La semana que viene Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), volverá a centrar las miradas y es que se espera que “mueva ficha” en una Europa desinflada que se juega su recuperación.
Pero toda la expectación se puede quedar en nada. Fuentes del la autoridad que preside Mario Draghi aseguran este viernes que puede que no haya consenso para el anuncio de una QE a la europea el 4 de septiembre, aunque otra fuente advierte que a menudo es bueno rebajar las expectativas para sorprender positivamente al mercado.
Ante este panorama, parece que nada ha cambiado desde el comienzo del verano, ya que el mercado sigue dependiendo de los bancos centrales. No obstante, el ex socio de Bill Gross y el que fuera consejero delegado de PIMCO, propone tres lecciones que debemos aprender del periodo veraniego:
1. Los mercados de acciones han sido extremadamente resistentes. Durante este verano, las bolsas han sido objeto de shocks inesperados, algo que en años anteriores habrían provocados descalabros de calado en los mercados. No ha sido así este verano. Las bolsas se las han apañado bien para evitar los daños colaterales derivados del entorno geopolítico, incluidos los que podrían llevar a Europa a la recesión o a la debilidad económica mundial que afecta a los países avanzados y emergentes.
El mercado parece haber encontrado el “sosiego” amparándose en dos factores: i) el firme apoyo de los bancos centrales, que están reforzando a los mercados financieros para alcanzar sus objetivos económicos; y ii) el beneficioso impacto de las grandes entradas de fondos.

2. Correlaciones cambiantes entre las bolsas. Las correlaciones inusuales y cambiantes entre los distintos mercados se han sucedido en la mayoría de los modelos de asignación de activos. Durante este verano, todos los mercados han ido de la mano, con unos inversores confiados en la capacidad de los bancos centrales. En otras ocasiones, las bolsas han sufrido desacoples entre junio y agosto, no así ahora. La volatilidad en casi todos los mercados se ha mantenido a la baja.
3. Las señales de los bancos centrales. Este verano, Yellen, Draghi, Kuroda y compañía han dejado sin luz a unos inversores que más de una vez podrían a ver pronunciado la mítica frase de "Houston a ciegas", utilizada por los astronautas estadounidenses cuando no reciben respuestas a sus transmisiones de radio. Sin embargo, los mercados se han comportado como si los bancos centrales les dieran todas las respuestas que necesitaban.