Los datos eran muy claros, a finales de marzo, los hogares de nuestro país tenían invertidos en renta variable cotizada –es decir, en bolsa-, casi 183.000 millones de euros.
Se trata del segundo volumen más alto de la historia, por detrás de los 195.564 millones de 2007, lo que supone volver a las cifras de antes de la crisis.
No es de extrañar que los hogares de nuestro país hayan optado por los mercados financieros, a tenor de la falta de rentabilidad que dan otras opciones de inversión, como los depósitos o los bonos que se han entendido siempre como más seguras.
Los
Si hogares de nuestro país no hubieran metido ni sacado nada de dinero de bolsa de abril a agosto, habrían perdido en bolsa más de un 14% de todos los ahorros invertidos en renta variable, es decir, unos 29.000 millones de euros. Prácticamente toda esta cifra es lo que se ha dejado el Ibex sólo en agosto, un 15%.
Si no sólo invirtieran en España la cifra sería muy parecida, porque la mayor parte de las bolsas de Europa y Estados Unidos se mueven en unos porcentajes de caídas muy similares.
Probablemente esta fuerte caída podría tener un efecto inmediato en la forma de actuar del ahorrador español, tradicionalmente muy conservador. Quizá podríamos ver un descenso en el porcentaje de dinero que los hogares de nuestro país dedican a la bolsa. Habrá que ver cómo es la evolución en los próximos meses del flujo de fondos a planes de pensiones y fondos de inversión.
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