La reconstrucción del patrón de crecimiento hispano está, pues, sobre la mesa de los dirigentes políticos. Pero también de industrias y de empresas. En medio de este ‘tsunami’, las empresas cotizadas españolas capean el temporal, valoran las ondas expansivas sobre sus segmentos productivos y atisban escenarios del próximo ciclo de negocios. A la espera de comprobar el momento, la velocidad y la intensidad del despegue.
¿Hasta dónde descenderá el PIB español?, ¿y la tasa de desempleo?, ¿cuánto tiempo empleará reconstruir la economía de sus cimientos? O ¿qué sectores serán los más perjudicados por esta pandemia productiva? Estas y otras cuestiones como qué empresas sobrevivirán a la hecatombe del Covid-19, que ha hibernado la actividad en casi todos los confines del planeta pululan por el ambiente universal. Y España, obviamente, no es una excepción. Será una de las economías más castigadas, de hecho, por lo que el FMI ya ha denominado la Gran Pandemia. La predicción del informe primaveral del Fondo situaba los números rojos en el 8%. En el grupo de naciones que, junto a Italia (9,1%), Grecia (10%) y el enclave de San Marino (12,2%) marcan los peores augurios del espectro europeo y del espacio industrializado. Aunque con matices inabordables. Al menos, de momento. Porque la recuperación, que en principio sería en V, ahora parece que se convierte en U, algo más retrasada, hacia finales de año, sin descartar una versión más lenta, en forma de L, que llevaría la mayor parte de 2021, depende del tiempo que perdure la pandemia sanitaria. La prioridad máxima, según el consenso del mercado y de las instituciones multilaterales. De ahí que la recesión española, como todas, esté todavía sometida a vaivenes de cálculos. Muchos de los cuales tienen que ver con la relajación de las condiciones crediticias y el manejo de los niveles de deuda, soberanos y corporativos, bien empresariales o financieros. Es decir, con la efectividad y el tamaño de los planes de estímulo fiscales, de gobiernos, y monetarios, de bancos centrales.
En definitiva, es una carrera contra el tiempo. Cuanto antes se contenga la crisis sanitaria, antes volverán a una normalidad con pautas cronológicas los mercados y los sistemas productivos.
Este cuadro de mando explica por qué organismos como el Banco de España, apenas unos días después de la valoración del FMI, se inclina por estipular una amplia horquilla para calibrar el hundimiento del PIB español. Entre un 6,6% y un 13,6%, aunque por el tenor de su diagnóstico, su prestigioso servicio de estudios, no descarta que se registre el peor de los escenarios. Porque, en el transcurso del primer trimestre, la contracción era ya del 4,7%, anticipa el organismo que dirige Pablo Hernández de Cos, y porque se alejan, a juicio de la entidad reguladora española, las opciones de “un despegue económico en V”. El informe avanza que, al término del próximo ejercicio el PIB todavía se dejará más de un punto por debajo del estadio actual, valorado por el FMI en 1,397 billones de dólares a precios de mercado. Este horizonte devolverá de nuevo la tasa de paro a cotas insostenibles, entre un 18,3% y un 21,7%, sin contabilizar los afectados por los ERTE’s, los expedientes de regulación de empleo temporales. Y lo que es peor, con un retorno al deterior mayúsculo de la contabilidad nacional. Un déficit de entre el 7% y el 11% y una deuda que oscilará entre el 110% y el 122% a la conclusión de 2020. En línea con el desequilibrio fiscal del 9% y el endeudamiento del 113,4% que presagia el FMI. Dependiendo de hasta qué punto llega el intervencionismo estatal de la economía y los recursos de ayuda a empresas y hogares.
La incertidumbre, pues, es el rasgo esencial de la radiografía del Banco de España. No sólo por las estrategias de nacionalización de compañías e, incluso, de sectores o industrias enteras que están sobre la mesa de gobiernos europeos para proteger -dicen- segmentos operativos vitales de sus estructuras productivas, sino por las dudas sobre la desescalada de las cuarentenas, las fórmulas parciales para poner fin al confinamiento o los condicionantes que resultan necesarios para prevenir focos de contagio futuros. El mejor de los pronósticos del Banco de España -receso del 6,6%- es bajo un escenario de ocho semanas de confinamiento y una conexión inmediata de la actividad económica tras superar esta fase. El panorama intermedio, con una caída del 8,7%, sería con el mismo tiempo de cuarentena, pero con un despegue más gradual. Pero si el estado de alarma se prolonga hasta doce semanas y se sucede un restablecimiento económico lento, se cumpliría el más negro de los presagios: un desplome del 13,6%.
Rescatar la economía de las cenizas
La visión compartida del FMI y el Banco de España, sin que difieran substancialmente los datos y la medición del calibre de la recesión ni sus daños colaterales, se ha trasladado a las empresas. En un momento crucial. En plena maniobra de viraje del patrón de crecimiento. Porque en 2020, el doble impacto de las nuevas tecnologías -la revolución digital- y de la neutralidad energética -asociada al nuevo paradigma económico de lucha contra el cambio climático- empezaba ya a vislumbrarse. Los sectores más dinámicos del modelo productivo español habían logrado, al final del ejercicio pasado, revertir el uso preferente de combustibles fósiles por energías renovables en el mix energético español, que entraba en el top-ten global de fuentes limpias. De hecho, la energía y el turismo destacaba como motores del que era, aún, dinámico PIB. También los planes de infraestructuras, necesarios para desarrollar este nuevo paradigma, afloraban en los planes de inversión de las constructoras. Con el turismo como valor seguro y el sector inmobiliario con un pulso algo menor en el tránsito entre 2019 y 2020, pero en disposición de despegue, según los fondos de inversión del sector, y con previsiones de dinamización. Y con mercado online de comercio al por menor en constante crecimiento, con consolidación de plataformas logísticas y la proliferación de ecosistemas de consumo y de modelos de negocio digitales.
Pero este clima empresarial se ha quebrado. El Covid-19 ha puesto un epígrafe, momentáneo, aunque sin fecha de caducidad a la vista. Un periodo de transición indeterminado que requiere, a los ojos del Gobierno, un gran acuerdo de reconstrucción, con consensos políticos, económicos y sociales; una reedición de los Pactos de La Moncloa que consolidaron la democracia y el patrón de crecimiento español en la Transición.
Pero, ¿qué opinan las empresas sobre el duro periodo recesivo que ha arraigado en España? Y, sobre todo, ¿cómo valoran el proceso de reconstrucción y en qué estadios de gravedad están sus sectores productivos?, ¿cómo piensan cooperar para revitalizar la prosperidad del país? En porcentaje del PIB, el turismo, con un 15%, la construcción -un 14%- la industria sanitaria, el comercio y la suma de los servicios financieros y la banca -todos ellos, segmentos con un 12%- son los motores de la economía. Aunque en términos de creación de empleo sea el comercio el predominante, con 3,19 millones de puestos de trabajo directos e indirectos, un 17% de la fuerza laboral, al que le sigue el turismo, con 2,83 millones de empleos (un 15%), el sanitario y el sector de la construcción, ambos con un 14%, por encima -ambos- de los 1,6 millones de trabajadores. Mientras que el segmento inmobiliario, que llegó a representar el 11% del PIB en 2013, se redujo unas décimas por debajo del 9% en 2019.
Sin embargo, la crisis del Covid-19 ha traído viejos fantasmas. Salto de los impagos de hipotecas que ha generado las primeras tensiones en el mercado financiero, cierres de decenas de hoteles, con ERTE’s, recortes de sueldos a directivos y ejecutivos de grandes cadenas y máxima tensión sobre el futuro de la gran industria económica, el turismo, en toda su dimensión, con petición de ayudas estatales desde las aerolíneas insulares. O perspectivas de caída de dos dígitos en el mercado inmobiliarios -del 13,5%-, según el servicio de estudios del portal pisos.com, pero de mayor profundidad, hasta del 25%, si la reactivación se retrasa hasta 2021. Y las constructoras diversificando obras en sus mercados exteriores y reduciendo deuda a la espera de que sus flujos de caja les permitan retomar la normalidad lo antes posible. En medio de un clima generalizado de retraso en la decisión de repartir dividendos este año.
La opinión de las grandes patronales…
Estrategias de Inversión ha recopilado la opinión de las asociaciones empresariales de cuatro de los principales sectores económicos españoles -banca, construcción, turismo e inmobiliario- y de varias de sus empresas cotizadas representativas, en las que repasan la coyuntura, resaltan las medidas y estrategias implantadas y valoran el futuro post-Covid.
Desde la Asociación Española de Banca (AEB) admiten que, “sin duda, son momentos económicamente difíciles para todos”, pero resaltan que “los bancos españoles están preparados y apoyando ya a sus clientes en esta crisis sanitaria”. En los últimos años han fortalecido significativamente sus niveles de capital, lo que los hace más resistentes en situaciones adversas, y han acumulado una liquidez que ahora, dicen fuentes de la patronal bancaria española, “ponen a disposición de familias y empresas en coordinación con las autoridades”. En su opinión, “el principal riesgo del sector financiero es el deterioro económico que se derive de la crisis sanitaria”, aunque, en este sentido, expresan que “el compromiso de los bancos es mitigar el impacto de la pandemia en los ciudadanos y en las compañías, para facilitar, de esta manera, la reactivación económica, una vez se supere el estado de alarma”. En este contexto, la AEB reconoce que “nos enfrentamos a una situación excepcional que requiere una respuesta excepcional, con decisiones rápidas y contundentes que, al mismo tiempo, preserven la estabilidad financiera”, imprescindible para “garantizar la estabilidad económica en el futuro”. Desde este foro se hace hincapié en que “la crisis sanitaria ha supuesto un verdadero examen del grado de digitalización de la sociedad española” y que, en este sentido, “la conexión digital ha sido clave para superar la soledad de este periodo de alarma, para mantenernos informados y también para posibilitar el teletrabajo en numerosas actividades”. Para la AEB, “el sector bancario está funcionado a la perfección en esta crisis del coronavirus”, gracias -enfatizan fuentes de la patronal- al esfuerzo realizado en el pasado para liderar la transformación digital financiera en Europa”. Porque “los clientes cada vez demandan mayor digitalización financiera para acceder a los productos y servicios bancarios desde sus dispositivos en el momento que más les conviene”, una tendencia “que no hará sino intensificarse en el futuro”.
Desde Seopan, la patronal de la construcción, inciden en que, tras la finalización de la hibernación para sectores no imprescindibles en el combate contra la pandemia, se ha reiniciado la actividad en el sector, con las excepciones que determina el decreto gubernamental. La prioridad “sigue siendo cumplir estrictamente las recomendaciones y directrices de las autoridades sanitarias”, dicen fuentes de esta organización desde donde se asegura que el reinicio de la actividad implica reactivar el 78,5% de la construcción nacional”. En la práctica -matizan- “algo más, dado que no están suspendidas las obras de rehabilitación en inmuebles sin residentes”. Con esta decisión se han reocupando a 1.389.000 trabajadores, 916.740 directos y 472.260 indirectos vinculados a otros sectores industriales, con una producción diaria, en condiciones de trabajo normal, de 271 millones de euros. Según sus cálculos, la paralización del sector ha afectado a cerca de 1.770.000 trabajadores: 1.268.600 directos y 500.000 indirectos. En términos económicos representa el 10% de la económica nacional con más de 124.000.
En Exceltur, la asociación de empresas turísticas, se calcula una pérdida de más del 32,4% del negocio en 2020 y un impacto de la crisis del coronavirus de 55.000 millones de euros en su sector. Este lobby, que acoge en su seno desde firmas hoteleras, a aerolíneas y compañías que desempeñan su labor en la industria turística, como las de alquiler de vehículos, admite que la parálisis económica “ha golpeado a nuestra actividad mucho antes y con mayor intensidad y velocidad que a ningún otro sector de la economía española”. Por lo que propone aplazamiento en los pagos de impuestos y ampliaciones del período de vigencia de los ERTE’s. En su opinión, las restricciones de movimientos y el cierre de los hoteles han dado la puntilla a sus negocios: el 30 de marzo, el 98% del negocio había desaparecido, según Exceltur, que considera que en España las medidas del Gobierno “son insuficientes”, y reclama un plan “mucho más ambicioso” para salvar el sector, que contemple, además, aplazamiento en los pagos de las cotizaciones a la Seguridad Social, de todos los impuestos y la ampliación de la línea de avales. Porque, alertan desde esta asociación, está en juego una caída del 5,5% del PIB español en 2020, de la que casi la mitad (el 46,8%) sería provocada por la profunda recesión que vivirá el sector. Su estimación habla de una caída de hasta el 81% en el turismo este año. Con Cataluña como la autonomía con mayores pérdidas, con 25.218 millones de euros, seguidas de Andalucía (20.888) y Madrid, con 15.442. Para unas pérdidas totales de 125.000 millones en todo el ámbito nacional.
En materia de vivienda, la economía española parece en condiciones de amortiguar el impacto de la pandemia. Idealista anticipa en un coloquio con agentes del sector inmobiliario que en su segmento productivo sólo se han cancelado el 4% de las compraventas por el Covid-19. Las inversiones en el ladrillo han entrado en una fase de hibernación, aunque la realidad es que el capital -de momento- no ha huido por la crisis del covid-19, según la consultora CBRE. El ‘retail’ y los hoteles son lo más perjudicados, mientras que la logística saca músculo ante este frenazo de la actividad económica. Tranquilidad y optimismo contenido. Estas son las sensaciones que ha querido transmitir CBRE a través de un encuentro online donde todos los directores de sus divisiones han explicado la situación del negocio ante la crisis sanitaria y económica. Adolfo Ramírez-Escudero, CEO de esta firma de consultoría, ha rebajado el pesimismo que envuelve al sector al igual que los analistas de Idealista/data, Gesvalt, Savills o Inviertis. Lola Martínez, directora nacional de ‘research’ de CBRE arrojó datos de la inversión en el sector inmobiliario durante el primer trimestre de 2020: algo más de 3.000 millones de euros. Cifras que mostraban la buena salud del ladrillo antes del covid-19. Pero la directora de ‘research’ de la consultora sabe que la evolución del cuadro macro español resulta fundamental para captar la evolución del sector: “Ahora toca mirar al frente y ser conscientes de que la mayoría de los países entrarán en recesión. En España, el PIB no se recuperará hasta bien entrado 2022, aunque hay condicionantes (medidas del Gobierno) que pueden mejorar o empeorar la situación”, explicó.
… y de empresas emblemáticas en sus sectores
Bankinter. Su presidente, Pedro Guerrero, calificó de “imprevisibles” las consecuencias de esta pandemia en el terreno económico en la Junta General de Accionistas porque el Covid ha sumido al mundo “en una situación sin precedentes”, con unos daños colaterales que en estos instantes resultan “imposibles de evaluar”. Aunque recordó a los accionistas que ha sido “siempre, en los momentos de dificultad cuando Bankinter lo ha hecho mejor, cuando ha marcado la diferencia”. Por su parte, su consejera delegada, María Dolores Dancausa, resaltó que la entidad concentrará todo su esfuerzo en preservar “la salud de los empleados, el empleo y el servicio a los clientes”. Aunque el momento de la recuperación les reporta algún poso de pesimismo. Las previsiones del FMI sobre “una ligera recuperación” para este año “han pasado a la historia”, dijo Guerrero, lo que añade incertidumbre “a todo el planeta”, que se encuentra “paralizado en su actividad económica”. Aun así, calificó de “excepcionales” tanto el esfuerzo de los empleados durante el confinamiento, en el que han mantenido “la calidad [en la prestación de servicios] que siempre nos ha caracterizado” como el balance del ejercicio 2019, en el que Bankinter sobró un resultado de 550,7 millones de euros, un 4,6% más que en 2018.
Con un aumento del beneficio antes de impuestos del 2,8%. Y la aprobación de un reparto de dividendo de 263 millones de euros. Por su parte, Dancausa, transmitió a los accionistas “la confianza en las capacidades de Bankinter para superar este inusitado y gigantesco reto y así seguir generando valor en el futuro”. Y añadió que el banco cuenta con “excelentes” servicios a distancia -como la app móvil, la web o la Banca Telefónica-, que permiten a los clientes “resolver casi todas sus operaciones sin presencia en la oficina”. Además de incidir en el compromiso de la entidad por el “mantenimiento del nivel de empleo”. Bankinter, que ha cerrado el primer trimestre de este año con 130,3 millones de euros de beneficio, mejoras en los márgenes y un fuerte crecimiento en créditos y recursos de clientes, ha implantado algunas iniciativas de gestión de crisis. Por ejemplo, el adelanto en los abonos a los subsidios por desempleo de los afectados por ERTE’s o en los pagos de pensiones a clientes del banco. También asegura haber triplicado las “acciones comerciales” resueltas en la red de oficinas, multiplicado por seis la media de contactos con sus clientes empresas y redoblado los esfuerzos de asesoramiento sobre financiación, inversión y de mercados. Además de empezar a gestionar la solicitud de pymes y autónomos para acceder a la línea ICO del segundo tramo de avales del Estado.
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Mapfre. La multinacional del seguro ha decidido destinar hasta 24 millones de euros en ayudas a sus proveedores, medida con la que pretende contribuir a paliar las dificultades económicas provocadas por el parón de actividad a profesionales que colaboran con la multinacional. Más de 700.000 de distintos gremios. “Ahora es el momento de apoyarles, porque son también una parte esencial de nuestra cadena de valor”, dice José Manuel Inchausti, CEO de Maprfre España. Esta medida se une a otras anunciadas por la compañía la semana pasada, como la de destinar 30 millones de euros a descontar a sus clientes autónomos y pymes la parte de las primas de sus seguros correspondiente a los días en los que esté en vigor el estado de alarma. O la donación de 5 millones de euros de su fundación al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para acelerar la investigación en España, especialmente aquella relacionada con el COVID-19.
La firma aseguradora también ha decidido asesorar gratuitamente a sus clientes en la presentación de declaraciones de la renta; servicio gestionado por asesores fiscales y abogados especializados en distintas especialidades jurídicas, que ofrecen atención online personalizada a los socios de su plan de fidelización Mapfre teCuidamos. Mapfre, que ganó un 15,2% más en 2019 pese a los costosos siniestros en Japón, España y Chile que, en conjunto supusieron 150 millones de euros, por los daños de los tifones Faxai y Hagibis en Japón, los disturbios en las protestas en Chile y las indemnizaciones por los efectos de las DANAS o gotas frías en España, obtuvo un beneficio anual de 609 millones de euros. Tras registrar un incremento de ingresos del 7,1%, hasta los 28.472 millones: 23.044 de ellos por recaudación por primas. Desde la firma que preside Antonio Huertas se prevé una contracción de la economía de al menos el 5,6% y un paro del 18%. Mapfre Economics, su servicio de estudios, no descarta que la recesión pueda alcanzar el 10,7%. Baremo que se sitúa entre la predicción del FMI y la más pesimista de las que estipula el Banco de España. Si bien sus analistas matizan que “la actividad económica ya se encontraba en una tendencia de desaceleración” previa a la irrupción de la crisis sanitaria y alertan del impacto “colosal” que las recetas estabilizadoras del gobierno tendrán sobre las cuentas públicas.
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Naturgy (Gas Natural). La empresa energética dice que el Covid-19 ha provocado que el planeta haya entrado en un coma inducido y la pregunta que todo el mundo se hace es cuándo y cómo vamos a empezar a superar esta crisis. “Nos hemos visto inmersos en la peor depresión desde el Crash del 29; pero, en esta ocasión, tenemos que lamentar la pérdida de miles de vidas”. Todo apunta -aseguran fuentes de la gasista- que el mundo “va a ser diferente a partir de ahora”, porque “nos enfrentamos al cuestionamiento de la globalización”, por lo que “la relación entre países, en el comercio internacional y en la libre circulación de personas podrían presenciar alguno de sus efectos negativos”. Uno de los perdedores puede ser Europa como proyecto común de casi 300 millones de personas, explican.
Desde el comienzo de la pandemia en Asia, en Naturgy “comenzamos un exhaustivo programa de monitorización de la situación, nos anticipamos al estado de alarma, e hicimos extensivo el teletrabajo a toda la plantilla y nos hemos blindado financieramente para hacer frente a esta crisis, con una importante emisión de bonos y con otras iniciativas”. En línea con nuestra política de diversificación de fuentes de financiación, “continuamos explorando como lo hemos hecho siempre, las diversas alternativas del mercado”. Aunque también “es importante destacar toda nuestra labor y compromiso con la sociedad”. En estos momentos, es donde las empresas tienen que demostrar sus valores y Naturgy lo ha hecho con una batería para ayudar a paliar este virus y sobre todo su impacto en la economía real de la sociedad y de nuestros clientes. La compañía también se ha puesto al servicio de la Sanidad y ha ofrece suministro energético gratuito a los hospitales de campaña y a los hoteles y residencias que cedan sus instalaciones para convertirse en centros medicalizados.
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Sobre el sector energético, Naturgy resalta su “valor defensivo y prudente como inversión”. No obstante, “esta crisis es diferente de cualquier otra”. El Covid-19 “nos ha puesto a prueba como sociedad, en nuestras relaciones interpersonales y también en las laborales”. En cuanto a la actividad, dicen desde la multinacional española que “es precisamente en estos momentos de incertidumbre cuando que se percibe la importancia de los servicios esenciales como es el sector energético”. La compañía no ha registrado ninguna incidencia en la distribución de electricidad y gas asociada a la situación de excepcionalidad. Además, “está en permanente contacto con el Ministerio, las autoridades competentes y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para llevar a cabo planes de contingencia específicos en los puestos operativos críticos y garantizar el suministro energético los ciudadanos, hospitales, centros sanitarios y de necesidades básicas que en estos momentos están trabajando a un ritmo exhaustivo frente al Covid-19”. En el orden interno, “hemos aprendido muchas cosas”.
Lo primero a adaptarnos a nuevas circunstancias: Tenemos aproximadamente al 80% de la plantilla teletrabajando y hemos sido capaces de hacer prácticamente lo mismo desde sus hogares gracias a esa capacidad de adaptación. También “es importante destacar que Naturgy tiene un colectivo de trabajadores esenciales que cada día sale a trabajar o que está en las instalaciones críticas y que si no fuera así no tendríamos suministro energético como tenemos”. La firma “tiene una cómoda situación financiera para hacer frente a esta situación y continuamos con nuestra política activa de diversificación de fuentes de financiación, al igual que veníamos haciendo”. Gracias a esta solvencia, “hemos podido poner en marcha medidas que van desde la acción social hasta la protección de nuestros clientes, proveedores con el pago al contado o accionistas con el adelanto del pago del dividendo”.
El Covid-19 pasará una factura propia de episodios de guerra. Pero “las energías renovables son clave hoy en el futuro”. Naturgy se ha anticipado a esta tendencia y hace dos años dio ya un giro estratégico a su plan de negocio, balanceando su mix energético hacia una mayor electrificación que se apoya en las energías verdes. “No obstante, en esta transición energética es necesario garantizar la sostenibilidad económica del sistema, así como la seguridad del suministro”, dicen desde la compañía. “Estamos en un momento clave para transmitir unidad ante los grandes objetivos comunes, que se centran en detener la propagación del virus y trabajar de manera decisiva en la recuperación económica y de nuestro tejido industrial, del consumo y del empleo”. Ahora “Es el instante de impulsar liderazgos fuertes, con gran dosis de determinación y alianzas entre todos los actores. Sin el consenso y la participación de todos será difícil llegar de nuevo a tener un proyecto ilusionante y sostenible para todos”. Entre los objetivos prioritarios debe estar “la recuperación inmediata del tejido industrial, del consumo y del empleo”.
Ferrovial. La constructora que preside Rafael del Pino destaca la sólida posición financiera de Ferrovial para hacer frente a los efectos de la pandemia y anuncia un recorte de un 20% de la retribución fija del presidente ejecutivo, del consejero delegado y del resto de miembros del consejo de administración. Del mismo modo, la multinacional de servicios ha aprobado un plan de retribución al accionista -Ferrovial Dividendo Flexible- y mantiene la venta de la división de Servicios. Del Pino explicó que la crisis del Covid-19 está teniendo un impacto relevante en la actividad y negocio de Ferrovial: “En estos momentos, tenemos que ser muy prudentes pues es muy difícil de prever el ritmo de normalización de los tráficos y los proyectos de construcción”. El presidente de Ferrovial también reseñó “la contribución desinteresada que viene realizando la empresa en la lucha contra la pandemia, entre la que destaca el fondo Ferrovial Juntos Covid-19, con una aportación de hasta 10 millones de euros por parte de la empresa, dentro del cual se ha producido la reciente donación de 300.000 mascarillas a la Comunidad de Madrid.
Del Pino subrayó la vuelta a beneficios experimentada por la compañía en 2019 por la solidez mostrada por sus activos de infraestructuras. De los 729 millones de euros que Ferrovial percibió en forma de dividendos, 309 millones de euros procedían de la canadiense 407 ETR, mientras que 166 millones correspondían a la primera remuneración que realizaba la Managed Lane texana North Tarrant Express (NTE). También incidió en los 145 millones que aportó Heathrow y en el buen comportamiento de la acción de la compañía en 2019, dado que logró una de las mayores revalorizaciones del IBEX-35. Ejercicio en el que el valor del título se incrementó un 52%, hasta los 26,97 euros -sumando la recompra y amortización de acciones, el retorno total al accionista ascendió un 57,2%-, frente al 12% del conjunto del selectivo. De forma que la firma logró cerrar el ejercicio con una capitalización de 19.829 millones de euros.
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“Ferrovial afronta 2020 con el desafío de la mayor pandemia global que ha vivido la humanidad en los últimos cien años”, para el que “contamos con activos de gran calidad, con un gran equipo de profesionales, un balance sólido y adecuada liquidez, lo que nos permite abordar el futuro con decisión y optimismo”.
En este contexto, Ferrovial ha aprobado el Plan Horizon 24 para concentrarse en infraestructuras sostenibles. Estrategia perfilada para el periodo 2020-2024 que sitúa el foco prioritario de la compañía en la promoción, construcción y gestión de infraestructuras sostenibles. La compañía baraja una rentabilidad basada en crecimientos anuales del 11% de EBITDA en el próximo lustro, prevé recibir más de 4.000 millones vía dividendos de la cartera de infraestructuras, extiende su actividad a los negocios de movilidad, electrificación y agua, establece EEUU, Canadá, Reino Unido, España, Polonia, Chile, Colombia y Perú como son mercados principales, se marca como objetivo la reducción de un 32% de sus emisiones de CO2 en relación a 2009 y renueva su modelo operativo para ganar en agilidad, eficiencia e innovación. Con estas herramientas combatirá la lucha contra la pandemia y la recesión más virulenta y profunda de la historia económica moderna. Ferrovial “integrará a partir de este año los objetivos del desarrollo sostenible en su estrategia de negocio”. La firma es líder sectorial a nivel mundial en el Dow Jones Sustainability Index y miembro destacado de otros índices como el CDP, FTSE4Good, el STOXX Global ESG y el MSCI Global Sustainability Index.
Sacyr. Desde la constructora española dicen creer que las medidas que han tomado contra el coronavirus son las adecuadas. Trabajo desde casa para todas aquellas personas que sea posible “desde incluso antes del decreto de estado de alarma”; normas de protección en las obras y los servicios, refuerzo de personal que opera en áreas críticas en hospitales y otros centros de asistencia, atención personalizada a los expatriados y personal de viaje o colaboración con las instituciones y Administración en cesión de equipos y obtención de material sanitario, señalan fuentes de la multinacional.
Sacyr menciona alguna de las principales decisiones corporativas que ha puesto en marcha para afrontar la crisis del coronavirus. Dentro y fuera de España, dada la vocación internacional de la firma de infraestructuras española. Sin descuidar iniciativas altruistas. Como las donaciones en España, Portugal, Perú y Uruguay para la adquisición de equipamiento sanitario. O de comida, a través de Cafestore, gestora de áreas de servicio del grupo, que ha entregado más de 1.000 kg de comida a asociaciones o fundaciones implicadas en causas humanitarias. Estas donaciones se han realizado en Valencia, Vitoria, Mollina (Málaga), Arroyo de la Miel (Málaga), Cabezón de la Sal (Cantabria) y Tudela (Navarra). En Colombia, también hemos participado con la donación de cestas de comida.
En el área de los hospitales concesionados, Sacyr Concesiones, que gestiona siete hospitales en España, Portugal, Chile y México, ha llevado a cabo todas las acciones que están en sus manos para hacer frente a esta crisis en los dos centros que se sitúan en el foco de la enfermedad. Por ejemplo, en los hospitales universitarios Infanta Cristina (Parla) y del Henares (Coslada), donde se han acometido acciones como el incremento de más de 100 camas para atender el aumento de los pacientes, aumentando su número hasta el 150% de las existentes antes de esta crisis.
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Sacyr también ha implantado una gestión permanente de crisis con las gerencias clínicas de los hospitales y adicionalmente, dada la situación actual, se ha creado un grupo de trabajo entre las instalaciones de España y Portugal para compartir las medidas adoptadas en Madrid en ciudades como Braga, Vila Franca y Açores. En este sentido, ha unido el equipo de intercambiadores de transporte, que está actuando sobre sus instalaciones para prevenir contagios de sus usuarios.
La constructora ha establecido moratorias en el cobro de alquileres a los arrendatarios de locales comerciales en los hospitales e intercambiadores que gestiona. También destacan las tareas de limpieza de Sacyr Facilities a la UME, que incluyen acciones concertadas desde las zonas de aprovisionamiento de esta división de la constructora y desde las de Valoriza Medioambiente para la localización y adquisición en mercados internacionales de medios de protección ante la falta de ellos.
Además, Sacyr Servicios sigue prestando servicios esenciales con un equipo de 27.000 personas que se dedican a ayuda a domicilio y en residencias de tercera edad. También se atiende el ciclo integral del agua. Con suministros, abastecimientos y tratamientos para consumo familiar y de empresas. Desde Valoriza Medioambiente se realiza una distribución de la jornada de trabajo para evitar aglomeraciones y se ha dotado a su personal de todas las medidas de protección a sus empleados con EPI’s acordes a la indispensable evaluación de riesgos laborales. En cuanto a mantenimiento de carreteras e instalaciones, Sacyr Conservación mantiene activos los servicios esenciales de comunicaciones, vigilancia, vialidad invernal y atención de incidencias, con objeto de garantizar el tránsito de las mercancías para el abastecimiento de las ciudades y pueblos. En ocasiones con refuerzos de plantilla. Como varios procesos de oferta de empleo. Por ejemplo, en los hospitales de Parla y Coslada que gestiona nuestra filial Sacyr Concesiones y donde Sacyr Facilities precisa incorporar limpiadores, administrativos y celadores. O en residencias de tercera edad y de discapacitados que gestiona Sacyr Social.
En la construcción el parón de actividad ha sido de 15 días en España e, incluso, menos en otros países importantes para nosotros como Chile, Colombia o Italia. Paradójicamente, en alguno de los servicios que prestamos, “estamos trabajando con mayor intensidad”. Por ejemplo, en los que están directamente afectados por el estado de alarma, como la restauración, la limpieza de aeropuertos que están cerrados o el mantenimiento de plantas industriales que están paradas. Aun así, como los clientes han reducido el nivel requerido “nos hemos visto en la obligación de acometer ERTEs que esperemos sean lo más breves posible porque eso querrá decir que todos volvemos a la normalidad”, la prioridad absoluta de esta pandemia, primero sanitaria, y luego, económica, como advierte el FMI, aseguran en Sacyr. Además -inciden fuentes de la compañías- “hace algunas fechas, también anunciamos la integración de nuestras divisiones de EPC (Sacyr Ingeniería e Infraestructuras y Sacyr Industrial) para obtener economías de escala y sinergias y así reducir riesgos y aumentar rentabilidad”.
Amadeus. La multinacional de soluciones tecnológicas, que opera esencialmente en la industria turística, apuesta por un enfoque dual para abordar la crisis económica del Covid-19. Stefan Ropers, presidente de Strategic Growth Businesses lo explica de manera elocuente. En primer lugar, con medidas sobre cómo gestionar lo mejor posible la incertidumbre actual, ya que “los viajes globales se han reducido considerablemente”. Y, por otro, sentar las bases y construir la senda de la recuperación, “aunque no esté claro cuándo comenzará”. Al final, los actores de la industria deben tomar decisiones para asegurar la confianza del consumidor y garantizar que están bien posicionados cuando regrese la demanda de viajes, explica Ropers.
“Los eventos recientes han puesto de manifiesto que la colaboración resulta esencial”. Líneas aéreas y aeropuertos, por ejemplo, deberán cooperar para gestionar el impacto del Covid-19. Los aeropuertos tienen que adaptarse rápidamente al descenso fulgurante del tráfico aéreo y las aerolíneas requieren gran flexibilidad. Una prioridad clave de los aeropuertos es ayudar a las aerolíneas y los pasajeros, ya sea asegurando que pueden gestionar vuelos a medida para que los gobiernos realicen la repatriación de ciudadanos a sus países de origen, o manteniendo las rutas abiertas para los viajes esenciales que facilitan el comercio global y la infraestructura. Al mismo tiempo, los aeropuertos se están centrando en implementar controles de salud, medidas de distanciamiento social e higiene y en establecer áreas dedicadas para las inspecciones de salud o para los vuelos que llegan de áreas con transmisión comunitaria activa.
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Desde Amadeus “trabajamos proactivamente con nuestros clientes de aeropuertos al ofrecerles la tecnología para adaptar ágilmente sus operaciones a las actuales necesidades operativas, así como para ofrecerles soporte remoto y servicio para asegurar la continuidad del negocio y la adaptación”. Y, al mismo tiempo, “queremos ofrecer apoyo adicional para sus planes futuros”. Reconocemos -dice Ropers- que cuando la industria emerja de la situación de incertidumbre actual, los aeropuertos tendrán que adaptarse a una “nueva normalidad”. Por lo que “estamos trabajando en un proyecto por el que seguramente tendrán que pasar los aeropuertos en el camino a la recuperación total de la situación del Covid-19”. Este enfoque sistemático proveerá el diagnóstico para identificar sus necesidades únicas de infraestructura de TI para acelerar esta recuperación.
“También anticipamos un nuevo énfasis en los viajes sin contacto, movilidad y diferenciación en el servicio”, ya que los aeropuertos responderán a las nuevas demandas de los pasajeros en relación al distanciamiento social y la higiene en los puntos de contacto, explica. Como resultado de esta crisis “cambiarán muchas cosas”. Motivo por el que “estamos buscando cómo ofrecer las mejores capacidades de autoservicio y automatización, junto con la infraestructura escalable necesaria para atender las fluctuaciones en las operaciones de las aerolíneas y la demanda de pasajeros”. El directivo de Amadeus asegura que “muchas de nuestras soluciones actuales pueden utilizar la infraestructura existente de los aeropuertos, lo que significa que el gasto de capital se puede minimizar mientras que la industria comienza a ver más allá del Covid-19”.
Asimismo, “estamos apoyando a nuestros clientes y socios de medios publicitarios turísticos”, a través de “nuestro equipo de Travel Audience, que ha lanzado la iniciativa Building a Pathway to Future Recovery (Construyendo el camino hacia la recuperación futura), que diseña rutas para destinos según vayan saliendo de la crisis”. Mediante la utilización de datos únicos de Amadeus ofrecemos una visión general de cómo los destinos alrededor del mundo están evolucionando en función del grado de incertidumbre económica. La innovación sigue siendo clave, insisten en la multinacional.
Metrovacesa. La empresa inmobiliaria asegura que, “si bien es cierto que aún es pronto para aportar una correcta valoración de la situación a nivel económico, dados los continuos cambios que vemos diariamente”, la compañía está llevando a cabo “un seguimiento continuado de la situación y de las sucesivas medidas del estado de alarma”. En función de la realidad cambiante, Metrovacesa adapta sus decisiones, con el objetivo de proteger el interés social de la compañía en todo momento, así como la seguridad de sus trabajadores, clientes y colaboradores.
Con medidas como el teletrabajo. “Nuestra plantilla trabaja en su totalidad en remoto desde sus domicilios desde el comienzo de la crisis, sin incidencias y con un alto grado de implicación y productividad”. Una actividad comercial online, de forma telemática, ya que los puntos de venta físicos están cerrados desde el 16 de marzo, potenciando el uso de medios tecnológicos para el contacto con los clientes, con visitas virtuales a las promociones, atención personalizada a través de videollamada, un sistema de firma digital de contratos y un servicio de interiorismo gratuito. Ayudas para clientes actuales y potenciales, porque “somos conscientes de la gravedad de la situación actual, hemos introducido una serie de medidas para contribuir a la economía familiar de sus clientes actuales y potenciales”. Por ejemplo, permitir la moratoria de dos meses en el cobro a los clientes que así lo soliciten, o que las nuevas reservas durante el mes de abril puedan ser desistidas de forma gratuita hasta el final de mayo. También se ha negociado un seguro para los compradores de vivienda que cubre las mensualidades pendientes en el caso de resultar afectados por el Covid-19.
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El sector inmobiliario, dicen fuentes de Metrovacesa, así como el de la construcción, son dos de los más importantes para la economía española por su significativa contribución al PIB español (la construcción supuso un 14% del PIB en 2019, de los cuales 8 puntos corresponden a vivienda). Por ello, “consideramos que, tras el confinamiento, podrán convertirse en los impulsores de la economía, garantizando la actividad y la competitividad frente a otros sectores como el turístico, que sufrirán en mayor medida por esta crisis”. Asimismo -inciden-, “sigue habiendo una fuerte necesidad de vivienda asequible y una firme demanda a la que dar respuesta, que no va a desparecer tras el confinamiento”.
Desde Metrovacesa “mantenemos la firme responsabilidad de continuar ofreciendo nuestros servicios y cumpliendo con los compromisos con todos nuestros clientes, garantizando al mismo tiempo la seguridad de nuestros equipos y de todos aquellos con los que interactuamos”. Contamos, asegura la compañía, con un Plan de Continuidad de Negocio sólido, así como con todos los medios tecnológicos necesarios, que “nos permiten garantizar la continuidad de nuestros servicios en su totalidad de manera telemática”. Concretamente, “las medidas que hemos implementado para garantizar nuestra actividad consisten en la implementación del teletrabajo para la totalidad de la plantilla”. De igual manera que la actividad comercial continúa realizándose de forma totalmente telemática, ya que los puntos de venta físicos continúan cerrados. Para que esto se desarrolle sin incidencias, se han reforzado y potenciado el uso de medios tecnológicos para el contacto con los clientes, con visitas virtuales a las promociones, atención personalizada a través de videollamada y un sistema de firma digital de contratos.
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Sobre el momento del despegue y el futuro económico basado en la sostenibilidad, Metrovacesa cree que preservar el Medio Ambiente es uno de los grandes retos del S. XXI e implica a todos los sectores de actividad de una economía. En este sentido, “es prioritario impulsar prácticas y procesos cada vez más sostenibles que permitan al sector inmobiliario se agente dinamizador de esta tendencia”. En Metrovacesa apostamos firmemente por la sostenibilidad, considerando como sostenibles todas aquellas practicas enfocadas al desarrollo de los proyectos de una manera socialmente responsable, con el objetivo de proteger el medioambiente, reducir el impacto negativo de nuestras operaciones y hacer un uso eficiente de los recursos. Asimismo, “nuestro plan estratégico de Sostenibilidad, orientado a crear valor económico, medioambiental y social, sitúa a la compañía en disposición de contribuir a la mejora del bienestar de la sociedad y de sus grupos de interés”. Consideramos -dicen- que la demanda de viviendas que tengan en cuenta en su diseño y ejecución principios sostenibles en cuanto a menor demanda energética y mayor confort interior será la tónica que guiará el sector en los próximos años.
Por otro lado, la industrialización puede convertirse en un gran aliado para afrontar todos los retos medioambientales que se presentan, ya que la construcción industrializada demanda unos procesos de fabricación menos agresivos con el entorno y que disminuyen considerablemente el volumen de residuos generados y permite reducir la demanda energética, lo que facilita una mayor preservación del ecosistema. Metrovacesa “es ya un referente de la industrialización en altura”. Pero “seguiremos trabajando con los valores y los principios que nos distinguen, en la búsqueda, ante todo, de un crecimiento rentable, sostenible y responsable que aporte valor a nuestros clientes, empleados e inversores, en particular, y a la sociedad, en general”.