El informe ‘Credit Suisse Family 1000: Post the Pandemic’, publicado este miércoles, ha analizado más de 1.000 empresas familiares o controladas por su fundador cotizadas en bolsa. El banco suizo ha concluido que, desde 2006, estas empresas han obtenido un rendimiento superior al de las empresas no familiares equivalente a un promedio anual de 370 puntos básicos. Este rendimiento superior ha sido más pronunciado en Europa y Asia, con 470 puntos básicos y más de 500 puntos básicos al año, respectivamente.
La pandemia provocada por la COVID-19 ha tenido un impacto muy significativo en la rentabilidad de los mercados de renta variable y también en la volatilidad de los activos de riesgo. Sin embargo, el informe apunta que “las empresas familiares tienden a presentar unas características defensivas superiores a la media”, lo que les permite obtener un buen rendimiento, en particular, en periodos de tensión en los mercados. Los datos de rendimiento de los primeros seis meses del año respaldan esta idea, con un rendimiento registrado en lo que va de año de unos 300 puntos básicos por encima de las empresas no familiares.
Según Credit Suisse, las principales conclusiones extraídas sobre las empresas familiares son varias, entre ellas cuentan con un mayor crecimiento y mayores beneficios de forma tendencial, un mejor rendimiento en las calificaciones de inversión socialmente responsable y una mayor resiliencia al impacto de la pandemia. En la bolsa española hay ejemplos de grandes cotizadas familiares o que están bajo el control de su fundador como pueden ser Inditex, Ferrovial, Grifols, Acciona, ArcelorMittal, Almirall y Meliá Hotels, entre otros.
- Más crecimiento y mayores beneficios: el análisis sugiere que, desde el año 2006, el crecimiento de los ingresos generado por las empresas familiares ha superado en más de 200 puntos básicos al de las no familiares, tanto en el caso de las empresas de menor tamaño como en el de aquellas de mayor envergadura. Al mismo tiempo, el análisis también apunta a que las empresas familiares suelen ser más rentables.
Por ejemplo, el rendimiento de flujo de caja medio es unos 200 puntos básicos superior al generado por las empresas no familiares. Este mayor rendimiento puede observarse en todas las regiones a escala internacional.
- Un mejor rendimiento en las calificaciones ESG: de media, las empresas familiares tienden a obtener unos resultados ligeramente mejores que sus homólogas no familiares en sus calificaciones ESG. Este mejor rendimiento global, que se ha ido reforzando a lo largo de los últimos cuatro años, se debe principalmente a las mejores calificaciones que las empresas familiares suelen presentar en los aspectos medioambiental y social, ya que en lo referente al buen gobierno parecen ir a la zaga. Desde una perspectiva regional, las empresas familiares europeas registran las calificaciones ESG más altas. Las empresas familiares de Asia (excepto Japón), por su parte, superan en sus calificaciones a las ubicadas en Estados Unidos y se están acercando rápidamente a las puntuaciones de sus equivalentes europeos. De hecho, las empresas familiares asiáticas ya están obteniendo mejores calificaciones en términos de buen gobierno frente a sus homólogas europeas o estadounidenses.
Las empresas familiares más antiguas tienen mejores calificaciones ESG que las más recientes, un rendimiento que se repite en los tres aspectos: medioambiental, social y de buen gobierno. Quizás el hecho de que las empresas familiares más veteranas dispongan de procesos empresariales mejor establecidos les permita incorporar o centrarse en aquellas áreas de su negocio que no están directamente relacionadas con los procesos de producción, pero que son relevantes a la hora de mantener la sostenibilidad empresarial en su conjunto.
- El impacto de la COVID-19: con el fin de comprender mejor las características en materia de ESG de las empresas familiares, se realizó una encuesta en la que participaron más de 200 empresas. En ella, se les preguntó en qué medida les preocupaba la COVID-19 de cara al futuro. A pesar de la repercusión que está teniendo la pandemia en el crecimiento de los ingresos este año, parece que a las empresas familiares encuestadas les preocupa algo menos la COVID-19 a la hora de valorar sus perspectivas de futuro en comparación con las empresas no familiares. Asimismo, las empresas familiares se han visto obligadas en menor medida a implementar ERTE frente a las empresas no familiares (46% frente a 55%). Entre las empresas familiares, Asia es la región donde más se ha recurrido a los programas de ayuda, por encima de Europa o Estados Unidos. Esto podría ser un reflejo de la mayor disponibilidad de este tipo de programas promovidos por los Gobiernos en estas regiones.
- Impacto social: la encuesta ha puesto de relieve que, si bien las empresas familiares se han centrado más en las políticas sociales desde el brote de COVID-19, parecen ir por detrás de sus homólogas no familiares si analizamos ciertos factores del ámbito ESG, entre los que destacan los derechos humanos y las políticas relacionadas con la esclavitud moderna. En promedio, las empresas familiares tienen consejos de dirección menos diversos, y pocas disponen de grupos de apoyo para las personas lesbianas, gais, bisexuales y transgénero (LGBT), para las personas negras, asiáticas y pertenecientes a minorías étnicas (BAME) o han hecho declaraciones públicas relativas al respeto de los derechos humanos o a los principios de las Naciones Unidas en esta materia.