Las acciones de Grifols retroceden un 0,33% a media mañana hasta marcar 10,52 euros, poniendo fin a una racha de tres días consecutivos de avances. 

El valor se encuentra en el ojo del huracán desde el 9 de enero, cuando la firma Gotham City Research pasó al ataque con un informe en el que acusaba a la compañía de hemoderivados de maquillar sus cuentas y señalaba que sus acciones podrían valer 0 euros. La respuesta del mercado fue de un fuerte desplome, que al cierre fue de un 25,9% hasta los 10,55 euros, la misma cotización a la que cerró ayer el título.

Grifols llegó a caer hasta los 8,37 euros unos días después, pero desde entonces ha recuperado un 14% dentro de sus esfuerzos por recuperar la confianza de los inversores. En el acumulado del año, el gráfico muestra todavía una caída de un 32%, con la capitalización bursátil en unos 4.480 millones de euros.

Esta misma semana, Grifols ha anunciado cambios profundos en su cúpula, con el fichaje de Nacho Abia como nuevo consejero delegado y la retirada de la familia Grifols de los puestos ejecutivos de la compañía.

Sin embargo, parece que esta tímida recuperación en Bolsa ha servido de acicate para atraer a más inversores bajistas. Según los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), desde el pasado día 2 de febrero Qube Research & Technologies Ltd tiene declarada una posición corta en Grifols equivalente al 0,61% del capital. Se suma al 0,51% que tiene declarado WorldQuant, LLC desde el 30 de enero.

Las posiciones cortas son una estrategia puramente especulativa por la que un inversor apuesta por la caída de la cotización de un valor en vez de por la subida. Al abrir una posición corta los valores se toman prestados de un tercero, generalmente un bróker, para después venderlos. La ganancia procede de la diferencia entre el precio de venta del activo y el que se paga posteriormente para comprarlo con el fin de devolver este préstamo.

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Un factor a tener en cuenta es que la CNMV solo hace público el dato de las posiciones cortas netas agregadas superiores o iguales al 0,5% del capital de la compañía, si bien los hedge funds e inversores bajistas tienen obligado comunicar al regular cualquier posición que supere el 0,2%. Esto quiere decir que los datos públicos no tienen por qué reflejar fielmente las posiciones cortas reales que están tomadas en Grifols, ya que podría haber otras apuestas bajistas que se realizan bajo el radar de los inversores.

Eso sí, hay que tener en cuenta que la apuesta de estos bajistas contrasta bruscamente con el potencial que dan los analistas al valor. Según datos recopilados por Reuters, de media los analistas que cubren a Grifols mantienen una recomendación de ‘comprar’ con un precio objetivo de 18,71 euros que supone un potencial alcista de un 77,2% respecto a los niveles actuales.