El dicho de que “nadie es imprescindible” se hace más presente que nunca en Amazon tras la salida de su fundador Jeff Bezos. Atrás quedan 20 años de avances bursátiles acumulados al 9.466% y 7 más fuera del mercado, la defensa directa de su ya exmujer MacKenzie Scott a los que criticaban en las valoraciones de Amazon a su marido, jornadas maratonianas y la composición del equipo S de Senior, su núcleo duro de directivos de la compañía.
Y por delante nos encontramos por ejemplo con una capitalización bursátil de 1,88 billones, que ya le sigue muy de cerca los pasos a las bimillonarias Apple y Microsoft, una subida enaltecida desde su salida, principalmente por el respaldo del no del Pentágono a Microsoft y la advertencia de Washington sobre la vigilancia en sus operaciones para evitar prácticas monopolísticas junto con Facebook. Y sobre todo computación en la nube.
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Ese es el aspecto actual de una Amazon en la que uno de los riesgos que encierra, a decir de los expertos, es no tener más margen para crecer. Sobrevaloración en lo que hay sobre la mesa, que consideran algunos analistas. E incluso mejores alternativas en el mercado, para una acción que cotiza a 30 veces su Ebitda y con valor en libros de 205 dólares. Un precio caro.
A pesar de ello, Bank of America mantiene su precio objetivo de 4.360 dólares por acción. Y, por ejemplo, desde Morgan Stanley consideran incluso que Amazon podría alcanzar, en 2023, con su desempeño en la nube de liderazgo y progresivo, los 6.000 dólares la acción. Ahora mismo si miramos la media del mercado recogida por Tipranks que apuesta globalmente por la compra del valor, como es el caso de 32 de los 32 analistas consultados. Su precio objetivo medio, 4,299, 35 dólares la acción, lo que supone un potencial para el valor del 16,78%.
Ahora todo son desafíos para Andy Jazzy el hasta ahora jefe de los servicios de la nube, AWS, y el gran futuro de la compañía. Los expertos consideran que la integración de equipos y por tanto el establecimiento, sin problemas de su nuevo equipo S adaptado a su medida, debe ser una de sus prioridades.
Y sobre todo que el mercado sienta que nada ha cambiado en la cúpula: que todo sigue igual con la idea de que traslade que se pueden mantener las cifras y sobre todo los ingresos del grupo, tras registrar más de 386.000 millones al cierre del pasado año, con los vientos de cola de la pandemia.
De momento sus primeras acciones o, mejor dicho, la primera impresión del mercado, con la colaboración especial del Pentágono lo respaldan. El hecho de que el ministerio de Defensa norteamericano decidiera suspender su acuerdo con Microsoft en el contrato JEDI Cloud, valorado en 10.000 millones de dólares, proyectó al valor con ganancias del 4,7% en el primer día del nuevo CEO al frente de Amazon. Y es que en 2019 AWS perdió ese contrato, dicen, que, por la mano de Donald Trump por sus desavenencias con el Washington Post, propiedad de Bezos.
Pero ahora está próximo un nuevo contrato por el que ambas van a competir. Hablamos del Joint Warfighter Cloud Capability por el que ambos van a competir, con Amazon, según consideran los analistas de Raymond James, el primero de la quiniela. Y no olvidemos que este es uno de los muchos contratos gubernamentales que están en liza.
El valor en el mercado apenas cede un 0,40% en los últimos cinco días, pero sube un 8,80% en el último mes, un 10,46% en el trimestre, y un 17,7% en el semestre precedente. En lo que llevamos de año el valor gana ya en el mercado un 13%.
Pero el segundo riesgo puede provenir de la capital federal de Estado Unidos. Concretamente del Mall. Capitolio y Casa Blanca, con un presidente Joe Biden que ha pedido a la comisión Federal de Comercio y al departamento de Justicia que se hagan cumplir las reglas antimonopolio en el que podría verse afectado el dominio de mercado que ejercen las Big Tech en el país.
También en materia impositiva, con el acuerdo del G20, respaldando a la OCDE para que toda empresa pague un impuesto mínimo de sociedades del 15% a partir de 2023.
Y mientras Jeff Bezos, a punto de salir al espacio con su compañía Blue Origin y su cohete suborbital de despegue y aterrizaje vertical New Shepard. Apodado así por Alan Shepard, el primer estadounidense que salió al espacio y que luego ante John Glenn fue uno de los grandes olvidados de la carrera espacial. Y ya hay peticiones de Change.org para que Jeff Bezos salga al espacio…y no vuelva a la Tierra.