La volatilidad es uno de los indicadores de riesgo y se prefieren los activos con volatilidad más reducida que aquellos que tienen una volatilidad más elevada. Para determinar la volatilidad en los indicadores se utiliza el rango de amplitud que coge la distancia entre máximos y mínimos del precio, con lo que se incorpora más información a la hora de utilizar los filtros cuantitativos. Muchos indicadores de volatilidad se calculan entre cierres, donde se pierde mucha información.
La volatilidad no dice cuál será el sentido del precio pero sí alerta de que el precio se moverá con mucha rapidez y, en caso de que eso ocurra, habrá que trabajar con stops más amplios y dar más margen al precio.
Un activo que esté muy castigado suele tener una volatilidad a muy corto plazo disparada, con lo que un rango de amplitud creciente es mejor evitarlo y dejarlo a un lado.