Alcanzado el ecuador del año 2024, se plantean una serie de retos macroeconómicos y geopolíticos que podrían seguir repercutiendo, de manera negativa, en los precios de las commodities. De ahí que sea importante proceder al análisis de inteligencia de mercado e instrumentos de hedge para proteger a las empresas y a los inversores de la volatilidad de las commodities.
La volatilidad en los precios de los mercados de commodities parece aumentar notablemente la volatilidad de la inflación interna a medio plazo. De este modo, cuando la mayor volatilidad del precio de los bienes importados se traslada a los precios internos, genera como resultado una mayor volatilidad de la inflación de precios al consumidor.
Un contexto geopolítico complejo
EEUU, principal economía mundial, presenta un mercado laboral resistente, con una tasa de desempleo estable en torno al 3,7%. Además, el non-farm payroll alcanzó máximos históricos, incluso tras un año de subidas de tipos de interés por encima del 5%.
Hay que destacar que Ucrania ha vuelto a exportar mucho trigo y maíz lo que se convierte en una medida fundamental para estabilizar la oferta y la demanda mundiales y reducir tanto la volatilidad de precios como la inflación.
Solo hay que ver que los precios mundiales de las materias primas alimentarias subieron casi un 40% en los dos años previos a la invasión rusa de Ucrania. En marzo de 2022, los precios del trigo subieron un 38% con respecto al mismo mes de 2021, impactando negativa en los inversores.
Por su parte, el desarrollo del conflicto entre Israel y Hamás sigue determinando el pulso de los participantes en los mercados de commodities, viéndose especialmente afectados sectores como la energía.
De igual modo, otros conflictos en Oriente Próximo, Asia (entre China y Taiwán) y las tensiones de la Europa del Este podrían acabar repercutiendo directamente en los inversores, debido a la incipiente volatilidad en los mercados de commodities.
Los principales mercados
El mercado de los cereales presenta un claro comportamiento volátil. Todos los años empieza de manera nítida y acaba intensificándose. Tras unos meses de julio y agosto negativos, suele culminar el año más tranquilo, por lo que alivia el poder adquisitivo de los inversores.
El mismo patrón se aplica a otros mercados de commodities como la soja, el maíz o el trigo. Sin embargo, el café suele presentar volatilidades entre mayo y diciembre, mientras que el petróleo evoluciona en base a la agenda geopolítica.
Se espera que 2024 se un año positivo en cuanto a las cosechas de cereales en Sudamérica, impulsada especialmente por la recuperación de Argentina en el mercado de la soja.
La marcada volatilidad de 2023
El pasado año se vivieron hasta tres meses consecutivos de subidas de los tipos de interés en EEUU, retirándose dinero de empresas, de ahí que los balances de los bancos se viesen en claro peligro.
Esta etapa fue la de mayor volatilidad para los mercados de commodities. Solo hay que ver que Silicon Valley Bank se declaró en quiebra, UBS compró Credit Suisse y el sistema bancario suizo colapsó. Posteriormente, la FED intervino para proteger a todos los depositantes, generando un efecto en cascada sobre la economía.
Estrategias frente a la volatilidad en los mercados de commodities
Los inversores, por tal de ralentizar su fuerte impacto, aplican una serie de estrategias comunes como la cobertura o hedging. Así, se podrán tomar posiciones en los mercados financieros que compensasen las pérdidas potenciales en caso de movimientos desfavorables en los precios de las commodities. De este modo, un productor de trigo puede vender contratos de futuros para protegerse contra la disminución de los precios del trigo.
Se da la circunstancia de que los productores de commodities podrían diversificar su producción para reducir la exposición a un solo producto básico, mitigando los efectos negativos de la volatilidad en los precios en un único cultivo.
En otro orden, los gobiernos e instituciones oficiales pueden implementar políticas efectivas para mitigar los efectos de la volatilidad. Dicho esto, puede optarse por reservas estratégicas de commodities que garantizasen un suministro estable en caso de escasez o interrupciones en la producción.
De igual modo, los gobiernos podrían ofrecer su respaldo a los inversores, frente al elevado impacto, a partir de una serie de políticas de estabilización de precios, logrando que los consumidores no se viesen afectados por las variaciones constantes del IPC.
Los mercados de commodities líquidos atraen a inversores de alto nivel, fondos de inversión y especuladores. Esa variedad de participantes proporciona liquidez y profundidad adicionales al mercado, lo que luego atrae a más inversores.