A pesar de un consenso de analistas partidario del mantenimiento de tipos hasta, como mínimo, el mes de diciembre
El argumento que aducían los defensores de esta rebaja es que las cifras macroeconómicas dadas a conocer últimamente no eran, ni mucho menos, satisfactorias. La última de ellas se presentó unas horas antes de la reunión del BCE: la producción industrial alemana cayó un 0,9% en septiembre. Y es que la fortaleza de un euro que ha llegado a tocar máximos de cuatro años, en niveles de 1,38 dólares al cambio, sólo ayuda a perjudicar a las exportaciones.
Cambios que motivaron el endurecimiento del crédito. Bancos UE (FUENTE: ECB)
Las conclusiones de la rueda de prensa concedida ayer por Mario Draghi se resumen en una serie de ideas básicas: ‘política acomodaticia’ el tiempo que sea necesario, el Consejo del BCE estaba de acuerdo en que era necesario ‘actuar’ con unos tipos que permanecerán bajos durante mucho tiempo; ‘periodo prolongado’, en palabras de Draghi, que mantendrá asimismo el nivel de precios bajo; y se abre la mano a dos tipos de ‘compra’: un nuevo LTRO para la banca y –esto sí es una novedad- la adquisición de otro tipo de títulos, hasta ahora no queridos por tener una baja calificación, que el BCE podría comenzar a financiar.
¿A qué favorece la rebaja de tipos?
Lo dijo el propio Draghi ante los periodistas: ‘en la situación de inflación actual, tendrá poco efecto sobre la economía real’. Y esa es la línea mantenida por los expertos. “Los efectos son muy limitados ya que el tipo de intervención es muy bajo”, asegura Luis Francisco Ruiz, director de Análisis de Estrategias de Inversión.
Ruiz, de hecho, desmiente el impacto que algunos decían que podría tener sobre el crédito concedido por los bancos. “El crédito aumentará si la demanda es solvente, cuando la economía vaya mejor”.
Miguel Ángel Bernal, profesor y tutor del programa de Renta Fija del Instituto de Estudios Bursátiles, reconoce que el BCE se enfrenta a “un serio problema” como es “la velocidad de circulación del dinero”, o lo que es lo mismo, la velocidad y el número de veces que se presta. A pesar de las inyecciones de liquidez del Banco Central Europeo en el sistema bancario vía LTRO, nueve de cada diez entidades comunitarias reconoce mantener inalterada su política de concesión de créditos y sobre el restante 10% que sí ha modificado algo esta situación, la mayor parte ha sido para endurecer su criterio, según datos elaborados por el BCE en base a una encuesta realizada a 127 bancos comunitarios.
Encuesta sistema financiero UE sobre facilidades de crédito (FUENTE: ECB)
FUENTE: ECB
Poniendo un ejemplo práctico, dice el experto, sería similar a una situación en la que “nosotros donamos mucha cantidad de sangre, esta va al banco de transfusiones, pero llega nunca a los enfermos”.
Teniendo en cuenta, por tanto, que el crédito no va a comenzar a fluir, ni los datos macro, a cambiar, el euro parece ser el único favorecido por la rebaja de tipos. “Las compañías exportadoras van a ser las grandes beneficiadas de un euro más débil”, afirma Ruiz que introduce, asimismo, otro elemento: la deuda pública.
Si el Bruselas colabora de este lado del Atlántico a depreciar el euro, Wall Street está colaborando en apreciar su moneda. La diferencia, cercana al punto porcentual, entre la rentabilidad exigida al Treasury a diez años estadounidense, que se coloca en el 2,60%, frente al 1,69% al que cotizaba el bund debería provocar un trasvase de inversores hacia la renta fija estadounidense y el dólar debería apreciarse. Ruiz mantiene que el nivel ‘razonable’ para el euro/dólar se encuentra en el 1,20.
¿Europa es el nuevo Japón del Siglo XXI?
El país nipón sufrió durante más de dos décadas una situación de deflación y caída prolongada de su economía que ha conseguido solventar este 2013. En Europa, la situación momentáneamente es controlable teniendo en cuenta que el IPC del cierre de octubre fue del 0,7%, cuatro décimas por debajo de lo pronosticado por el mercado, y encuadrada dentro de una tendencia a la baja. El BCE estima que los precios mantengan esta misma línea durante un ‘tiempo prolongado’.
(FUENTE: *Informe 'Deflación crónica de Japón', 2012, BoJ)
Comúnmente, siempre se ha dicho que una inflación en decadencia es sinónimo de una economía en contracción y que lo contrario era precisamente la situación vivida por España durante la crisis actual hasta hace tan sólo unos trimestres.
“Si Europa entra en deflación no saldrá de la recesión en 25 años”, asegura categórico Bernal. Y es que según explica el experto existe una relación diabólica entre el endeudamiento de un estado y la caída de la cesta de la compra. “Si compro una casa por un valor de 300.000 euros, con la correspondiente deuda con el banco”, pero debido a la rebaja de la inflación “la casa reduce su precio hasta los 200.000 euros, la deuda con el banco seguiría siendo la misma. El problema es que el alquiler de ese inmueble sería también menor y el banco no bajaría la financiación”. Aplicado este ejemplo a nivel macro, y partiendo de un escenario de endeudamiento masivo de los estados –además de bancos, particulares y empresas-, una situación de deflación sería catastrófica.
Tomando como referencia la pregunta realizada por un periodista del Financial Times a Mario Draghi durante la rueda de prensa, la situación de Japón es ejemplarizante. Durante el periodo continuado de deflación nipona, el coste laboral unitario se mantuvo en una contracción constante desde el año 1995 hasta 2007. O traducido… los salarios de los japoneses no pararon de reducirse durante más de una década, sin contar con descensos anteriores. Todo ello sin hablar de la rebaja de las pensiones, etc.
(FUENTE: *Informe 'Deflación crónica de Japón', 2012, BoJ)
Draghi se va de compras
O eso es lo que ha dejado caer: su gran novedad. Si bien un posible LTRO para los bancos siempre ha estado en el ideario del Banco Central Europeo, en esta reunión Draghi abría la puerta a lo que Bernal denomina “préstamos especiales” en base a “papel con calificaciones de triple y doble B”, como pueden ser titulizaciones hipotecarias españolas, ciertas compañías nacionales, alguna emisión del MARF… Todo ello siguiendo el esquema actual empleado por Bruselas, esto es, la financiación. El BCE presta dinero a alguien para que compre deuda de un tercero, pero no lo hace de manera directa. Hay cosas que nunca cambian.