Lógicamente, la mayoría de las instituciones financieras y brokers recomiendan que compremos opciones, pero en la mayoría de los casos siempre es más rentable venderlas. Y el por qué lo vamos a ver ahora.
Es maravilloso tener un sistema que siempre gana bajo las mismas condiciones de mercado pero ¿qué pasa cuando estas condiciones cambian? El sistema deja de funcionar y las pérdidas incrementan. Por eso, la clave es tener unos buenos conocimientos de ellas (las opciones) y saber amoldar nuestras posiciones en función a los cambios que van sucediendo en el mercado.
Existen estrategias de opciones combinadas con acciones que proporcionan, por un lado, un riesgo totalmente limitado, y por otro, unos beneficios potencialmente ilimitados, pase lo que pase en el mercado. Esto quiere decir que aunque suceda un ‘flash-crash’, podemos dormir tranquilos porque nunca vamos a perder más del riesgo máximo que hemos adquirido al iniciar la posición.
Operar con opciones no tiene por qué ser complicado, de hecho lo que mejor funciona es lo más sencillo. No hacen falta sistemas ni métodos complicados para conseguir una buena rentabilidad. Simplemente un buen entendimiento de cómo funcionan las opciones y una buena implementación de un plan y gestión de riesgo es lo único que hace falta para triunfar con este tipo de trading.
Veamos un ejemplo
Vamos a ver un ejemplo de cómo podemos utilizar las opciones en vez de la compra/venta de acciones para una determinada posición. Supongamos que las acciones de ABC están en una tendencia claramente alcista y queremos comprarlas para explotar tal tendencia. ¿Cómo o cuándo compramos las acciones? ¿Cuando alguna media cruza otra? ¿Cuándo algún indicador cambia de color? ¿Mirar el gráfico de precios todo el día para intentar conseguir la mejor entrada? ¿O utilizar algún modelo matemático rigurosamente complejo que requiere algún programa informático?
Existe una forma mucho más sencilla de hacerlo, y es vender una put un poco por debajo del precio actual de los títulos y dejar que nos asignen las acciones a un precio inferior de donde se encuentran los títulos en ese mismo instante. Si no nos asignan las acciones nos quedamos con la prima por la que vendimos la put, lo que sería un beneficio inmediato.
Y aquí hemos tocado un punto vital a la hora de operar con opciones. Tenemos que ser VENDEDORES y no COMPRADORES de ellas. El 80% de las opciones vencen sin ningún valor. Las opciones están diseñadas para ganar vendiéndolas y no comprándolas. Las opciones pierden valor con el paso del tiempo. Por cada minuto, hora y día que pasa las opciones valen menos. Abajo vemos un gráfico de la aceleración en esa pérdida de valor al acercarse el día del vencimiento de la opción.
Los casinos trabajan con un porcentaje de aproximadamente un 5% de ventaja sobre los jugadores asiduos. Este porcentaje es mucho mayor sobre los jugadores que sólo van de vez en cuando al casino y no entienden cómo funcionan las bases de las probabilidades. Pero sólo hace falta tener un porcentaje pequeño de probabilidades a nuestro favor para conseguir grandes beneficios. Y esto es lo que nos proporciona la venta de opciones.
Buscar un motivo del por qué un trade va mal es una buena manera de perder dinero, sin embargo es lo que hacen muchas personas antes de salir de una posición perdedora. Lo importante del trading es entrar en una posición con una ventaja y conocer bien los potenciales riesgos que existen desde el principio. Y esto es justo lo que hacemos cuando operamos con opciones vendiéndolas.
Y por último comentar que la mayoría de los traders rentables de opciones son los creadores de mercado. Ellos son los que venden las opciones al público en general. El público en general es casi siempre comprador de opciones y suelen ser los perdedores. Un dato interesante……..