Los parques eólicos, ubicados en cuatro estados norteamericanos (Iowa, Pensilvania, Texas e Illinois),
La transacción se desarrolla a través de una estructura (“Pre-tax After Tax Partnership”, en terminología inglesa) cuyas características esenciales son las siguientes:
- El capital social de dicha sociedad está dividido en dos clases de acciones, clase “A” y clase “B”: (i) la clase A es titularidad de los inversores financieros (JP Morgan y Morgan Stanley) cuyos derechos económicos se materializan fundamentalmente a través del aprovechamiento de los incentivos que la administración americana otorga a los proyectos eólicos; (ii) la clase B es titularidad en su mayoría de Algonquin (en un 51% a la firma) que, a su vez, es socio de control, administrador (“management member”) y responsable de la operación de los parques eólicos. La clase B obtiene sus derechos económicos principalmente de los flujos de caja operativos de los parques eólicos.
Gamesa, socio minoritario de acciones de la clase B, se encuentra en negociaciones con potenciales compradores para la venta de su participación.
- Gamesa será la encargada de la operación y mantenimiento de los parques eólicos durante un periodo de 20 años.
La operación se encuentra sujeta al dictamen favorable de la “Federal Energy Regulation Commission” (FERC), que está previsto que se produzca en un plazo aproximado de 45 días. Adicionalmente, Gamesa y Algonquin han alcanzado un acuerdo de cooperación para el desarrollo futuro de proyectos eólicos en los Estados Unidos y Canadá.
Acuerdo clave
El anuncio se produce en un momento en que la cotización de Gamesa está mirada con lupa por parte de los inversores. ¿El motivo? La compañía se deja más del 28% en lo que va de año, frente al 3.02% en negativo que acumula su índice de referencia, el Ibex 35. Roberto Moro, analista de Apta Negocios reconoce que "la zona en al que me haría pensar en cierta lateralidad en el valor sería la recuperación de los 2.90- 3 euros. Mientras tanto, es un título que está en caída libre".