Salió de aquella situación. Para su suerte, claro. Aunque le costó arrancar el motor. Tanto que, traducido en su cotización en la bolsa neoyorkina, no fue hasta finales de julio de 2012, momento en que la acción tocó fondo situándose levemente por encima de los 19 dólares, cuando el valor comenzó a desarrollar una tendencia alcista.
Parecía que el signo había cambiado. Las ventas de automóviles a lo largo del mundo crecían y eso se plasmaba en el beneficio por acción de la empresa de fabricante de coches. Hasta el punto que, se ha revalorizado en Wall Street más de un 80% desde mínimos. Levantó el vuelo con unas perspectivas, según sus propios datos, bastante alentadoras.
Por el contrario algo empezó a cambiar a finales del pasado año. Concretamente, en diciembre se anunció que Mary Barra sería la nueva CEO de General Motors. Con una experiencia que le avalaba, sería la encargada de llevar las riendas de la compañía. Así, el activo tocó máximos históricos casi en las últimas sesiones del pasado ejercicio.
Pero todo cambió para los intereses de la firma automovilística. Una nueva tormenta azotó a sus aspiraciones, pese a que esta vez, paradójicamente, sí tenía que ver con la climatología. El temporal que azotó a gran parte del país mermó las expectativas que tenía el consenso de analistas de cara a este 2014. Sin ir más lejos, a nivel bursátil las acciones han retrocedido más de un 13% borrando de un plumazo las últimas ganancias.
Las caídas se agravaron aún más en el mes de febrero, en donde la compañía liderada por Barra presentó un descenso de sus ventas del 1%. De esta manera, todo el sector, a excepción de Chrysler, tuvo un balance negativo en este duro invierno que ha atravesado el país norteamericano.
Además, no es el único problema que ha tenido General Motors en los últimos días. El temporal, aunque este de forma metafórica, le ha llegado también desde otros frentes. Y es que se ha visto obligada a retirar del mercado a diferentes modelos de vehículos, que se ha demostrado que son defectuosos, después de la muerte de 13 personas.
El fabricante de automóviles de Detroit tuvo en su conocimiento estos defectos a lo largo de una década, según un informe que publicó ante el subcomité de la Cámara.
¿Qué le espera a General Motors?
Pese a esta lluvia torrencial que está empapando durante los primeros meses del ejercicio a la empresa de la industria del motor, las perspectivas del consenso de FactSet para su actuación en el mercado americano son positivas. Tanto que el 80% de los brókers recomiendan comprar acciones de la compañía y el 20% restante mantener en cartera. Además, elevan el precio objetivo en promedio hasta los 46,38 dólares.
Los analistas de Citigroup consideran que para ver el devenir de la compañía este año hay que ver cómo será el informe de ventas de marzo. Explican que eso puede ser un indicativo para los siguientes meses. “Las acciones pueden funcionar bien si la cuota de marzo es positiva y si Barra ofrece los remedios necesarios ante la polémica de los incidentes que han surgido enlos últimos días”, analizan.
Con todo, el beneficio por acción de General Motors del primer trimestre del año se espera que sea el más bajo desde 2009. En concreto, la estimación del consenso de mercado es que esté en torno a los 0,51 dólares por acción. Esa cifra, comparada con los 0,65 dólares por título de hace un año, que ya se aseguró que era baja, sería un descenso importante.
Sin embargo, se espera que las ganancias por acción crezcan en el conjunto del año por primera vez en 3 años hasta llegar a los 3,77 dólares. Asimismo, los analistas expresan que en 2015 será de verdad cuando podría despegar la compañía al obtener casi 5 dólares por acción de beneficio neto. Pero por el momento, la empresa debe ir paso a paso y achicar el agua que se les ha generado. Con cautela.