El FOMC determina al final de sus dos días de reunión lo que el mercado esperaba, un recorte de tipos en un cuarto de punto, el segundo del año en EEUU. Ahora la clave es saber si, finalmente, se mantendrá el ciclo a la baja o, si por el contrario tras la victoria de Trump y su nueva política económica, cambiará el sesgo de las bajadas, para ralentizarlas o, incluso anularlas de cara a 2025.

La Reserva Federal cumple con lo que el mercado esperaba inmediatamente después de las elecciones presidenciales de Estados Unidos que ha ganado claramente, también con el control legislativo, el partido republicano, por lo que Donald Trump volverá en enero a la Casa Blanca.

El FOMC, el Comité del Mercado Abierto de la Reserva Federal de Estados Unidos, al finalizar su reunión de dos días de noviembre, ha bajado los tipos de interés en EEUU en 25 puntos básicos hasta la horquilla del 4,50-4,75% en el que quedan establecidos.

Los últimos datos económicos refrendan la marcha de la economía estadounidense en una senda de aterrizaje suave, por lo que la Fed ha optado de nuevo con seguir el camino de los recortes, con este segundo anual tras el implementado de 50 puntos en septiembre.

La reunión de hoy, no incluye nuevas previsiones macroeconómicas que la Fed dará a conocer durante la última reunión del año, la que se celebrará los días 17 y 18 de diciembre.

Wall Street, al conocerse la noticia, no cambia el sesgo del mercado, ni tampoco lo ha hecho tras la comparecencia de Jerome Powell. El DOW JONES Ind Average apenas sube un 0,04% y se coloca en los 43.745 puntos, con un S&P 500 que avanza un 0,64% hasta los 5.967 puntos y un Nasdaq OMX sube un 1,36% hasta los 19.241 puntos. 

Declaración de la Fed tras la reunión

En el comunicado, la Reserva Federal señala que "los indicadores recientes sugieren que la actividad económica ha seguido expandiéndose a un ritmo sólido. Desde principios de año, las condiciones del mercado laboral en general han mejorado y la tasa de desempleo ha aumentado, pero sigue siendo baja. La inflación ha avanzado hacia el objetivo del 2% del Comité, pero sigue siendo algo elevada"

Y destaca además que "el Comité procura alcanzar un nivel máximo de empleo e inflación del 2% a largo plazo. El Comité considera que los riesgos para alcanzar sus objetivos de empleo e inflación están aproximadamente equilibrados. Las perspectivas económicas son inciertas y el Comité está atento a los riesgos para ambos lados de su doble mandato".

La Fed señala también que "al considerar ajustes adicionales al rango objetivo para la tasa de los fondos federales, el Comité evaluará cuidadosamente los datos entrantes, la evolución de las perspectivas y el equilibrio de riesgos. El Comité seguirá reduciendo sus tenencias de títulos del Tesoro y de deuda de agencias y títulos respaldados por hipotecas de agencias. El Comité está firmemente comprometido a apoyar el máximo empleo y a hacer que la inflación vuelva a su objetivo del 2 por ciento".

Comentarios de Jerome Powell en su comparecencia 

Jerome Powell, el presidente de la Fed en su comparecencia posterior a la decisión, ha destacado que el resultado de las elecciones presidenciales no tiene "un impacto a corto plazo" en la política monetaria. 

Preguntado sobre si dimitiría si Donald Trump se lo pidiera, su respuesta es que no lo hará.

También ha señalado que la Fed no sigue un rumbo preestablecido con respecto a los tipos y que toma decisiones reunión a reunión, por lo que en diciembre, y preguntado por un nuevo recorte en el último encuentro del FOMC del año, tendrán más datos para tomar una nueva decisión. 

Eso sí, destaca que podría ser apropiado desacelerar el ritmo de recortes de tipos, tras los dos implementados este año de forma consecutiva, en las dos últimas sesiones, en algún momento. 

Aunque, eso sí, espera que la inflación americana continúe enfriándose. 

Sobre el tensionamiento de la deuda, afirma que el aumento de la rentabilidad el bono del Tesoro americano a 10 años tiene que ver con el crecimiento y no con la política de la Reserva Federal y que no será un "factor importante". 

Respecto del mercado laboral y su evolución, Powell dice que probablemente sea más débil ahora en comparación que justo antes de que estallara la pandemia en marzo de 2020.

 La economía de EEUU apunta a un aterrizaje suave

Entre ellos los relativos al último informe de empleo, que resta fortaleza al mercado laboral a pesar de la distorsión en los datos, con la creación en octubre de apenas 12.000 empleos impactadas las cifras por dos acontecimientos: por un lado, los huracanes Helene y Milton y por el otro la huelga en Boeing, que según algunas fuentes podría haber restado al mercado laboral del orden de 44.000 empleos en el pasado mes.

También en lo relativo al crecimiento de la economía, con un último trimestre, el tercero del año, en el que el PIB americano creció un 0,7% al igual que el segundo, por los que los riesgos de recesión se instalan claramente a la baja, sino se disipan, con un ritmo trimestral del 2,8%, con una nimia moderación del 0,04%.  

Mientras, tras el PMI, el índice de gestores de compras que marca la actividad comercial de EEUU repuntaba en octubre, con expansión, hasta los 54,3 puntos, a pesar de la debilidad de la industria.

Para S&P Global, la actividad comercial se ha mantenido "sólida" en el último mes, que indica un arranque "robusto" de este cuarto trimestre. La mejora de las ventas y la demanda han supuesto también una aceleración en el crecimiento de los nuevos pedidos de bienes y servicios en los últimos 17 meses.

El futuro de los tipos de interés en EEUU

Y, sobre todo, a tener en cuenta, tras las elecciones, el futuro impacto de la política económica que implemente Donald Trump en su llegada a la Casa Blanca, marcada por la implantación de aranceles a las importaciones, la inmigración y los impuestos, que puede marcar una nueva senda inflacionista y, potencialmente, paralizar nuevas rebajas del precio del dinero al otro lado del Atlántico.

Eso, además, crearía una disfunción entre una Europa en la que, previsiblemente seguirán los recortes, tanto del BCE como del resto de bancos centrales capitaneados por el Banco de Inglaterra, frente a un EEUU con impasse en las bajadas de tipos.