La transposición incorpora mejoras en el ámbito del gobierno corporativo con el fin de conseguir un mayor compromiso de los accionistas promoviendo que éstos mantengan su participación a largo plazo en las sociedades cotizadas que han elegido para confiar sus ahorros.
En este sentido, la Ley de Sociedades de Capital incorpora el reconocimiento del derecho de las sociedades cotizadas a conocer no sólo la identidad de sus accionistas, sino también la de sus beneficiarios últimos con el objeto de agilizar la comunicación con ellos, y así poder transmitirles la información necesaria para facilitar el ejercicio de sus derechos. Este derecho se extiende también a las sociedades admitidas a negociación en BME Growth.
De acuerdo con la nueva redacción de la Ley, en el supuesto en que el accionista sea una entidad intermediaria que custodia las acciones por cuenta de otros beneficiarios, como suele ser el caso en la inversión no residente, las compañías podrán solicitar la identificación de estos beneficiarios últimos que pueden figurar a lo largo de una cadena de custodia de entidades intermediarias. Para ello, la mencionada norma prevé asimismo el deber que tienen los intermediarios tanto de transmitir la información recibida a lo largo de la cadena de custodia, como el de, en su caso, facilitar los datos establecidos en lo que a la identificación de accionistas y beneficiarios últimos se refiere.
Iberclear, el Depositario Central de Valores de BME, ha adaptado en consonancia sus procedimientos ofreciendo tanto el servicio de identificación de accionistas, como el de identificación los beneficiarios últimos de los valores. Para este segundo servicio, y con el fin de facilitar el reporte de las identidades por parte de los intermediarios, Iberclear ha implementado un canal de comunicación adicional a los habituales: una sede electrónica.
A través de ella, los intermediarios podrán comunicar a Iberclear de una forma ágil e intuitiva toda la información referente a la identidad de los beneficiarios últimos. Este servicio favorece una comunicación directa de la sociedad con sus inversores para facilitarles el ejercicio de sus derechos y su implicación en la compañía por su condición de accionistas, sin que ello afecte a la titularidad y al ejercicio de los derechos que corresponden al accionista.
Asimismo, en respuesta a la demanda de los emisores y de sus entidades participantes, BME ha puesto recientemente en marcha otra herramienta orientada a sus clientes cuyo interés ha crecido enormemente en los últimos años: un servicio digital de gestión del voto en las Juntas de Accionistas. Se trata de un servicio en tiempo real, transparente y sostenible que conecta de forma centralizada a entidades participantes y emisores para agilizar y promover la eficiencia en la gestión del proceso completo de voto en las Juntas de Accionistas, desde el anuncio de la convocatoria hasta la confirmación de los votos, pasando por la tramitación y la contabilización de estos. Mediante este servicio, el emisor podrá tener acceso en todo momento al detalle del quorum y el envío de los votos, ya que la solución consiste en un repositorio al que se envían telemáticamente las posiciones y los votos minimizando así la necesidad de realizar desarrollos tecnológicos.
La solución cumple con todos los requisitos de seguridad y protección de datos establecidos en SRDII, con el objetivo de garantizar la confidencialidad y protección de la información alojada en los sistemas.
La evolución constante de los mercados de valores facilita una mayor transparencia en las transacciones, lo que sin duda beneficia a sus participantes y a la economía en general. Desde BME apoyamos y cumplimos con este, cada vez más exigente, marco regulatorio con el fin de garantizar a nuestros usuarios el mejor servicio, lo que sin duda implica una mejor reputación de los mercados españoles haciendo a la vez más seguro y atractivo el sistema financiero español, en un contexto global y competitivo como el actual. Además, todos estos cambios agilizan el acceso a la financiación de los mercados y facilitan una relación más estrecha de los inversores con sus accionistas finales, factores determinantes para todas aquellas compañías que se acercan a la Bolsa para afrontar sus planes de crecimiento y desarrollo.