El "precursor clave" para que esta recesión se esté desacelerando es el crecimiento de la productividad en los EEUU, asegura Edwards. El crecimiento de la productividad empresarial no agrícola en el tercer trimestre se mantuvo estable en comparación con el año anterior, según el Departamento de Trabajo. Para muchos analistas esto es una señal de que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos mantendrá su programa de compra de bonos de $85.000 millones al mes.
Pero profundizando en las cifras, Edwards ha notado una tendencia preocupante en un ciclo que comenzó en junio de 2009. Los costes laborales unitarios se encuentran hoy muy por delante de la salida de la inflación de precios, señala este experto, lo que significa un margen de beneficios en crisis para las empresas estadounidenses que está a punto de desarrollarse. Esto deja a la economía muy vulnerable a una recesión en el ciclo de inversión. "Los beneficios de Estados Unidos están empezando a luchar. Una vez que el ciclo de ganancias se torna a la baja, no tiende a recuperarse. La suerte está echada", afirma Edwards.
Asegura también Edwards que en la mente de muchos inversores no se producirá una recesión a menos que la Fed ponga en marcha una restricción monetaria: “Esto es, por supuesto, absurdo. Una burbuja de crédito puede estallar sin ninguna restricción monetaria y del mismo modo el ciclo de beneficio puede bajar debido a una variedad de factores”. Añade este experto que “un ciclo de 55 meses de edad está ya mostrando signos de arrugas faciales que la Fed no puede evitar, por más que aplique hidratante QE (flexibilización cuantitativa)".
Recordamos que no es la primera vez que Edwards ha hecho predicciones pesimistas sobre el mercados. En julio de 2012, el estratega de Société Générale afirmó entonces que EEUU ya había entrado en una recesión y que no pasaría mucho tiempo antes de que el mercado de renta variable reacciona. En esa ocasión, advirtió sobre que el S&P 500 vería como su promedio móvil de 50 meses caería por debajo de la media de 200 meses. Desde esa declaración el índice neoyorquino ha subido un 32%. ¿Le ocurrirá esta vez a Edwards como a Pedro, el de cuento?
M.D.