A partir de ahí, las entidades financieras empezaron a subir el precio objetivo de la petrolera Repsol en bolsa, y lo que son las cosas del mercado, fue subir el valor y empezar a tener buenas perspectivas y empiezan a aparecer nubarrones en el precio del crudo.
Y es que el precio del petróleo ha caído a mínimos anuales por debajo de los 74 dólares por barril debido a tres factores principales: la expectativa de una pronta resolución del conflicto entre Rusia y Ucrania, el aumento de las reservas de petróleo en EEUU y la preocupación por una nueva variante de COVID-19 en China. Si la paz se concreta y las sanciones a Rusia se levantan, los analistas prevén una caída adicional del precio del petróleo de entre 5 y 10 dólares por barril. Un desastre para cualquier petrolera.
El petróleo barato parece que no tiene fin, entre las nuevas reservas y la posible alianza de Rusia y EEUU pueden "garantizar" que el crudo va a seguir bajando en los próximos meses.
¿De verdad viene un nuevo coronavirus?
Pues desde China las noticias que llegan es que han descubierto en murciélagos una nueva cepa de Coronavirus, aunque con un riesgo bajo de transmisión a humanos, añade un elemento más de incertidumbre al panorama. Si este virus llegara a propagarse entre personas, podríamos ver un impacto en la movilidad y el transporte a nivel global, lo que a su vez afectaría a la demanda de petróleo.
Recordemos que durante la pandemia de COVID-19 en 2020, la demanda de petróleo se desplomó debido a las restricciones de movilidad y la paralización de la actividad económica.
Esto llevó a una situación inédita en la que el precio del petróleo llegó a ser negativo, con productores pagando para deshacerse del crudo que no podían almacenar.
Vean la curva forward de futuros del crudo ligero, claramente descendente por las malas perspectivas del petróleo.
El mercado descuenta nubarrones en el precio del petróleo que afecta a las petroleras en general.