Hay una locución proverbial en español de la que hasta el Instituto Cervantes hace gala. Se trata del refrán “ encender una vela a Dios y otra al diablo”. A los extranjeros que aprenden nuestro idioma se les enseña que es un modo de interés, de oportunismo. Y significa que ésto se dice de aquellos quienes quieren estar a bien con todos, sin definirse para no correr riesgos. En el caso del mercado de deuda, todas las velas tienen un único destinatario: el Banco Central Europeo.
Es sin duda el estandarte y el apoyo total de los mercados de renta fija donde incluso en las últimas fechas hemos visto, por primera vez, rentabilidades negativas en el bono de referencia, el 10 años, a pesar de que nuestro nivel de deuda sobre PIB crece exponencialmente y seguirá en lo sucesivo por ese camino, superando con creces el 120% de la riqueza nacional.
Fuente: Infobolsa
De hecho en las últimas sesiones ha llegado a marcar 58,2 puntos básicos, el nivel más bajo desde principios de 2010 y se mantiene, aunque por encima, en torno a niveles de octubre pasado, en los 61 puntos básicos, pero con un cambio sustancial. Entonces el diferencial se basaba en un nivel de avance claro de la rentabilidad de la deuda española y negatividad moderada de la alemana. Ahora no. En estos momentos ese spread se basa en mayor negatividad del bund germano, con niveles que claramente superan el medio punto y relativo al cero e incluso en ocasiones ya con intereses negativos, en el caso del 10 años patrio.
Fuente: Infobolsa
Aún así el panorama es envidiable con tranquilidad en el secundario de la deuda, lejos de los más de 155 pb alcanzados en abril y que desataba las alarmas en países como España o Italia, en lo más crudo de la pandemia, tras los máximos de 2017 hasta los 160 puntos básicos registrados tras el confinamiento en nuestro país en el mes de marzo. Ya en mayo, el diferencial caída por primera vez en ocho semanas de los 100 puntos básicos, esa cota psicológica, para no volver a retomarla en este ejercicio.
Y esta situación será aprovechada por el Tesoro Público para colocar más y mejor papel en el mercado. De hecho, la idea es que se aprovechen los primeros meses de 2021 para elevar la cantidad de bonos y obligaciones que se colocarán entre los inversores, para luego reducir el nivel e incluso replantearse la colocación en la segunda parte del ejercicio, ya con la vista puesta en la primera emisión verde del Tesoro.
En concreto, si hacemos números vemos que la prima de riesgo ha caído un 3,26% semanal, un 3,56% en el último mes, en tres meses un 18,7% semestral, y en un año casi un 5% y ajustando más si cabe los niveles cierra el trimestre actual con un retroceso de casi el 20% y el año en curso con una caída del 4,15%.