Las empresas que forman parte del MAB han ganado en rentabilidad, facturación y creación de empleo en 2019. ¿Podría decirse que son alumnas aventajadas?
Podría decirse que son aventajadas en el sentido de que cuando a una empresa se le insuflan más recursos, evidentemente su capacidad de crecimiento es mayor. Este impulso en la facturación -que no es solamente de 2019, sino que viene ocurriendo en los últimos años- y el hecho de que crezcan más o tengan más capacidad de generación de caja está muy vinculado a la incorporación de más recursos para crecer a través de capital. Pero sí, la verdad es que han sido aventajadas tanto en comparación con las compañías de la bolsa tradicional, del Ibex 35, y también con el conjunto de las empresas del país.
¿Qué diferencia a las compañías del MAB de las grandes?
La diferencia entre las empresas del MAB y las grandes empresas es sobre todo su capacidad de crecimiento. Pero es lógico. Una compañía pequeña que tiene un plan de desarrollo fuerte, que tiene capacidad de expandirse o bien en su sector o bien internacionalmente, puede crecer a un ritmo mucho mayor que una multinacional enorme como las que componen el Ibex 35. Esa diferencia en positivo genera una capacidad de crecimiento y de incremento de beneficios muy fuerte en comparación con una empresa grande, por lo tanto el inversor se encuentra con una compañía que puede ofrecerle una rentabilidad en el medio-largo plazo mucho más interesante y potente que una empresa más madura y estable. ¿En qué se basa esa principal diferencia? En la innovación, en la capacidad de diferenciación en el negocio, en la capacidad de generar oportunidades en nichos a veces que están inexplorados, etc. Y eso es lo que buscan los inversores: diferencias entre modelos más establecidos y modelos más innovadores.
¿Qué oportunidades ofrecen los mercados de valores a las empresas medianas y pequeñas?
Los mercados de valores ofrecen en primer lugar financiación. En 2019 lanzamos más de 60 operaciones de ampliación de capital a través del MAB por un importe superior a los 1.600 millones de euros, aproximadamente el 10% del tamaño de las empresas del MAB. Y esto recurrentemente, año tras año, le da una mayor capacidad de crecimiento, de generación de beneficios y también de creación de empleo. Pero además de la financiación hay más puntos a destacar. Por un lado, la compañía que cotiza en un mercado, ya sea el MAB o un mercado grande, tiene un plus de notoriedad, de visibilidad entre las inversores, entre otras compañías, socios e incluso frente a los proveedores financieros, y esa visibilidad le abre puertas y le hace candidato a jugar en una liga que antes estaba limitada a empresas muy grandes. También ofrece liquidez a los accionistas y esto es clave, porque en una empresa pequeña también es importante permitir que haya lo que llama "exit", es decir, desinversión, ventas de participaciones de los fundadores o accionistas mayoritarios hacia el mercado, dejando paso a inversores nuevos que en su timing no tienen prisa por salir y pueden sustituir al inversor inicial.
Este acceso a la financiación supone una ventaja extra en tiempos como los actuales, en los que algunas compañías encuentran dificultades para hacer frente a sus compromisos. ¿Qué papel jugará en los próximos meses en la reactivación de la economía?
Las empresas del MAB, y en general las que están en mercados de valores, tienen una ventaja fundamental frente al resto de compañías, y es la capacidad de encontrar financiación y capital en el medio y largo plazo. Es cierto que la financiación bancaria, en general, es absolutamente imprescindible y necesaria en el corto plazo, y es algo que está funcionando bastante bien ahora. Es decir, la crisis de liquidez generada por el parón del Covid necesita que se financie el circulante de la compañía y se ponga en "marcha la maquinaria", pero eso en el balance de la empresa significa más deuda, y la deuda obviamente hay que repagarla en el corto-medio plazo, luego la compañía tiene que ser capaz de generar mucha caja para pagar su funcionamiento normal y esa deuda extra. Llegados a este punto nos puede volver a pasar algo que ya ocurrió en la última crisis, y es que nos podemos ver en una situación mala si la deuda en las empresas empieza a pesar más con respecto a su balance y sobre todo con respecto a su generación de caja y EBITDA. Por ello, una empresa que tiene capital, la posibilidad de ampliar capital, recoge recursos propios que son indefinidos y no hay que devolver, y esto en un momento crítico como el que estamos ahora supone un chaleco salvavidas para la compañía, porque puede mantenerse a flote mucho más tiempo y generar un balance adecuado dentro de sus cuentas financieras, es decir, aportará una ventaja competitiva no solo para sobrevivir sino para crecer. Por tanto, necesitamos más capacidad de crecimiento apoyada en unas cuentas más saneada. Y eso se llama ampliar capital, dar entrada a nuevos socios, y hacerlo a través del mercado es más rápido, eficiente y posible.
¿Veremos pronto otro caso de éxito “engendrado” en el MAB como el de MásMóvil?
Hablar de MásMóvil es hablar de algo que probablemente sucede 1 vez cada 15 ó 20 años, por lo que no está muy claro que vaya a haber otros MásMovil. Pero sí va a haber más compañías del MAB que experimenten un crecimiento muy fuerte y lleguen a un nivel de tamaño que podrían convivir perfectamente con otras empresas del Mercado Continuo. Esto ha sucedido ya varias veces -la última el año pasado con Grenergy Renovables-, y creo que va a seguir sucediendo porque cuando la compañía necesita mucho más capital el tipo de inversor es más parecido al del Ibex 35 y, por tanto, el entorno natural para levantar cientos de millones ya empieza a no ser el MAB.