En su reunión de diciembre, el BCE básicamente anunció el fin del actual ciclo de subidas de tipos, actualmente en el 4,50%. El mensaje, unido a los síntomas de debilidad de la economía de la eurozona, fue tomado como una señal de recortes de tipos casi inminentes. Empezando en marzo, el mercado ha llegado a poner en precio cinco recortes en el año, con una reducción en conjunto de unos 125 puntos.

Sin embargo, los analistas avisan de que Christine Lagarde muy probablemente decepcionará al mercado en este sentido. “En el pasado, los banqueros centrales invirtieron mucho esfuerzo (de comunicación) en ser legibles y predecibles. Sin embargo, en la coyuntura actual, la pregunta es si el BCE realmente debería preocuparse por las expectativas del mercado”, considera Carsten Brzeski es el director global de Macro de ING Research. “La ironía de la fijación de precios de mercado en este momento es que hace que la necesidad de recortes reales de los tipos sea menos urgente”. 

“Es una paradoja perenne de la política monetaria”, coincide Felix Feather, economista de abrdn, “cuanto más se espera un cambio de tipos, menos necesario se vuelve”. El experto piensa que “el BCE insinuará, casi con toda seguridad, que cree que las expectativas del mercado de al menos cinco recortes de tipos este año son exageradas”.

“Los precios del mercado implican que los inversores han adoptado nuestra ya duradera expectativa de un ciclo de recortes significativo este año, relajando así las condiciones financieras. Esta relajación aumenta el riesgo de un repunte de la inflación, justo después de un periodo de notables avances en la batalla del BCE contra la inflación”, apunta Feather.

Las condiciones de financiación se han relajado desde principios de diciembre, haciendo el trabajo que deberían hacer los recortes de tasas reales”, abunda Brzeski: “respaldar el crecimiento pero también aumentar los riesgos de inflación”. “En consecuencia, cuanto más agresivos sean los precios del mercado para futuros recortes de tipos, menos necesarios y probables serán esos recortes”. 

Al mismo tiempo, “dado el alto grado de incertidumbre que rodea las perspectivas tanto de crecimiento como de inflación, cualquier orientación más explícita que el BCE pueda dar fácilmente podría quedar obsoleta debido a la evolución macroeconómica real”, añade el experto de ING Research. Por lo tanto, “el resultado más probable de la reunión del BCE de la próxima semana será enfatizar la dependencia de los datos y dar algunas ideas sobre las condiciones potenciales para un recorte de tipos, sin comprometerse previamente a nada”.

“Lo más probable es que Lagarde siga aportando una aproximación dependiente de los datos que se vayan conociendo (reunión a reunión), pero siempre dentro de un entorno de bajadas de tipos de interés”, cree Germán García Mellado, gestor de renta fija de A&G. “Desde la última reunión de política monetaria, hemos conocido algunos datos de inflación no tan favorables como los anteriores”. 

Además, “se ha incrementado el riesgo geopolítico en el Mar Rojo con implicaciones sobre el comercio global, lo que no ayuda a ganar visibilidad a futuro sobre próximas actuaciones a realizar por parte del BCE”, apunta García Mellado.

“El trabajo del BCE [de contener la inflación] aún no está terminado”, avisa Brzeski, que explica que “en los próximos meses, la evolución de la inflación estará determinada por dos tendencias opuestas”. Por un lado, “una mayor desinflación y potencialmente incluso deflación como resultado de una demanda más débil”, pero por el otro “nuevas presiones inflacionarias debido a efectos de base menos favorables, nuevas presiones inflacionarias como resultado de las tensiones en el Canal de Suez, así como intervenciones gubernamentales en algunos países, sobre todo en Alemania”.

Por su parte, Claudia Fontanive-Wyss, gestora de carteras de Vontobel, señala que “es probable que el tono general de la reunión se asemeje al de diciembre, con una declaración en la que prácticamente no habrá cambios y donde se constatará positivamente la tendencia subyacente de la inflación”. “También esperamos que el BCE siga dependiendo de los datos y que en la conferencia se oponga verbalmente a las apuestas de los inversores por recortes más tempranos”.

Aunque Vontobel cree que el BCE comenzará a bajar tipos en junio -“no hay que descartar del todo un recorte antes”- apunta a que “es probable que la actualización de las previsiones del BCE en marzo proporcione mejores pistas sobre el calendario del primer recorte”.