En este sentido de aquí a cinco años la inflación en países desarrollados va a seguir mínima. Los crecimientos económicos pueden estar por debajo del potencial de 1 a 1,5% en Europa y 2,5% en Japón y la generación de empleo mínima. De todas formas la inflación es una solución para la deuda de los países desarrollados y es posible que suba al 4% más allá de cinco años.
Mientras la deuda de gobiernos de países desarrollados muestra rentabilidad real negativa, con muy poco que ganar y mucho que perder. Es posible que la rentabilidad del bono alemán se vaya al 3% y genere una situación como en 1994, cuando la gente se dio cuenta que en renta fija podía perder dinero.

Pero la deuda emergente con grado de inversión a cinco años tiene rentabilidad de 5,7%, con calificación crediticia BBB+ y perspectiva de mejora e inflación controlada por debajo del 5%. Estos países se pueden llegar a financiar al 4,5% y sus divisas reflejar su mejor situación económica, apreciándose, especialmente tras las últimas caídas.
De hecho el ahorrador puede ser más innovador. Es el caso de deuda soberana global por fundamentales. Con ello es posible evitar el exceso de peso de los países más endeudados en los índices convencionales, donde las tres regiones de países desarrollados suman 90% y el resto no pasa del 10%. Hay que tener en cuenta que la deuda pública sobre PIB de países como Rusia o Chile es sólo del 10% e incluyendo empresas no llega a 60% (en España por encima de 150%). Parece apropiado comprar un bono de Chile con calificación crediticia AA- y cupón 5,20% que un bono español BBB- con perspectiva negativa que paga 4,8%.

Además en renta variable hay oportunidades fuera de los índices tradicionales, mediante fondos temáticos como Agua o medicamento Genéricos. Se trata de acciones globales de industrias diferentes a los sectores del índice mundial, pues hasta 99% de las compañías no están en los mismos. Son ideas de inversión basadas en mega-tendencias, cambios estructurales en la sociedad y economía a largo plazo, como digitalización de la sociedad. De manera que tienen un componente anticíclico y facilitan la diversificación. Además el nivel de solapamiento entre estos fondos temáticos es muy reducido.

Quedan dos o tres años sin crédito

Por otra parte la renta variable en Europa está más barata que EEUU pero el descuento se centra en eléctricas, financieras y telecomunicaciones y conviene la prudencia.

EEUU en los años 50, con un déficit público sobre PIB por encima del 100% e inflación por encima de 6%, implantó una política monetaria muy parecida a la actual para mantener los tipos de interés a largo plazo por debajo de 2,5%. A ello le siguió una de las etapas de mayor crecimiento económico, hasta el punto que su ratio deuda/PIB cayó al 68%. Además en 2009 había más activo tóxico en EEUU que en Europa. La Reserva Federal bajó rápidamente los tipos de interés al 0,25 y limpió los balances de los bancos comprando toda clase de activos, incluyendo hipotecas para casas prefabricadas. Ese dinero se está devolviendo, mientras empieza a subir el precio de la vivienda y se crea empleo. Además ya en 2009 EEUU presentó un plan de estímulo de 700.000 millones, aunque se fue reduciendo y actualmente está sin capacidad. Por otra parte, a medida que la Reserva Federal vaya comprando menos activos aumentará la volatilidad en el mercado, pues por muy despacio que se quiera hacer, debido a la menor liquidez, tendrá un efecto pernicioso en el patrón de crecimiento.

Mientras el PIB de la Europa de los 27 suma 17 trillones, la región económica de mayor riqueza, por encima de EEUU, pero la toma de decisiones tiene poca flexibilidad. En Europa los planes de política monetaria se han puesto en marcha en 2012, con tres años de retraso. Se ha proporcionado liquidez a los bancos y reforzado balances pero no prestan y han devuelto 200.000 millones de euros al BCE por no saber qué hacer con la liquidez, sobre todo porque ha bajado la prima de riesgo y el interés del bono local. Mientras la morosidad en España entre tres y 12% según los diferentes acuerdos de Basilea. Además hay grandes carteras de crédito en impago en productos financieros en Francia o Alemania. Así que quedan dos o tres años sin crédito, sólo disponible para gobiernos o instituciones públicas, pero no familias ni PYMES. Es el gran problema. Además la austeridad ha reducido el dinero disponible para empresas y consumidores, una combinación letal. Otra cosa sería subir impuestos pero contando con crédito.